CAPÍTULO 4.

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-Tu educación va más allá de los límites de la física-le suelto.

-Me has manchado la camiseta, no tengo otra, ¿qué quieres? ¿Qué me ponga a darte palmas?

-Ya te he dicho que lo siento-le digo.

-Eso no va solucionar esta mancha.

Pongo los ojos en blanco.

-Tienes el dinero suficiente para comprarte miles de camisetas como esa.

-Pero ahora las tiendas están cerradas-me suelta enfadado.

Suspiro.-Mira, yo me he disculpado, así que, adiós.

Me vuelvo para irme pero no sin antes, el futbolista soltarme:

-Me debes cincuenta euros.

-Y tú a mí una copa-le digo, y me voy.

Vuelvo hasta la barra del bar intentando no perderme como antes y toparme con un famoso idiota. Al llegar a la barra veo a Marcos charlando con María y Luc.

-Ya estás aquí-dice María.

-Sí-digo.

-¿Dónde estabas?-pregunta Luc.

-Nah, perdida-digo-, por ahí.

-¿No has encontrado el baño?-me pregunta Marcos.

-Sí, al final, sí.

Será mejor que no les diga nada acerca del futbolista ya que los tres son del...

-¿De qué equipo sois?-pregunto.

-Barça-me responden los tres a la vez.

Genial. Será mejor que no les diga nada, no vaya a ser que se enfaden conmigo y me quede sin amigos.

-¿Tú?-pregunta María.

-Madrid-digo-, Real Madrid.

-Puag...-dice Luc.

-Eh, no te metas con el Madrid y yo tampoco me meteré con el Barça. Respect, lo dicen los futbolistas.

-Sí, yo respeto-dice Luc.

-Bueno, ¿nos vamos? Estoy agotada-dice María.

Todos asentimos con la cabeza y salimos afuera de la discoteca, afuera de la discoteca en la cual me he besado con Marcos y he conocido a un famoso, un futbolista y encima he discutido con este. Una noche perfecta (ironía).

Al llegar al cuartel, los cuatro subimos las escaleras en silencio, Marcos y yo nos despedimos de María y Luc en el primer piso y seguimos subiendo hasta el segundo, él es mi vecino, yo vivo en el B y él en el A.

-Bueno-dice Marcos cuando llegamos en frente de mi puerta-, ¿qué tal te lo has pasado esta noche?

-Bien-digo.

-Mira, lo del beso...

Y no le dejo terminar porque le beso, tenía ganas, muchas ganas y no me arrepiento de haberme abalanzado porque este buenorro de hombre besa muy bien.

Me pone contra la pared y me besa más intensamente, me sube hasta su cintura y yo envuelvo las piernas en esta. Nos besamos apasionadamente, nuestras lenguas jugando a ver quién es más fuerte. Me separo, necesitaba aire.

Le sonrío.

-Hasta mañana-me dice soltándome y dándome un último beso en los labios.

-Adiós.

Un amor en fuera de juego. (Neymar Jr) (corrigiendo)Where stories live. Discover now