Un amor en fuera de juego. (Neymar Jr) (corrigiendo)

CAPÍTULO 1.

Dos meses después...

Salgo del instituto. Al fin, soy libre, vacaciones, a la mierda el instituto. Lo próximo es la universidad. A la salida me encuentro con Paula, ya que siempre vamos juntas a casa.

-¡Hey!-me saluda al verme.

-¡No más exámenes!-digo feliz.

-Qué morro, bueno, queda la selectividad.

-Eso es fácil.

Caminamos por la calle de Madrid, que como siempre, está a rebosar de gente, sea la hora que sea. Dos meses han pasado ya desde la muerte de mis padres, me cuesta decir incluso la palabra "muerte".

-¿Esta tarde quedamos?-me pregunta Paula.

-Vale, ¿hora?

-Mmm, ¿10:30?

-¿Lugar?

-La plaza del sol.

-De acuerdo.

-Nena, parecía un interrogatorio.

Río ante su comentario, es tonta, pero me hace feliz.

-Voy a ser periodista, tendré que ir practicando.

-Pues yo seré veterinaria, a no ser que venga un productor de cine y me diga: "¡eh, tú, sí, la rubia, eres la actriz indicada!" No creo que eso suceda...

Sí, he aquí mi amiga, la que quiere ser actriz y yo creo que sería la actriz indicada, es rubia, ojos verdes, alta... La típica chica que tiene a la mitad de su clase detrás de ella.

-A lo mejor sucede-digo.

-Sí, en mis sueños-dice y nos reímos a la vez.

Llegamos al centro de la plaza donde nos tenemos que separar ya que ella vive en el edificio de la derecha y yo en el de la izquierda, la plaza está plagada de gente joven y mayor, jugando a la petanca o jugando en el parque e incluso hay algún que otro estudiante en la pequeña parte del césped. La plaza es de un suelo de piedra de color gris y rodeado de tres edificios, en realidad este parque es de la comunidad, pero como no hay ninguna valla que lo rodee puede entrar quien quiera.

-Hasta luego-digo.

Camino hacia el edificio donde vivo, es de ladrillo color crema y de 4 plantas, yo vivo en la 3ª, abro el portal y está vacío, bueno, a excepción del conserje que me hace un saludo con la cabeza ya que está con los cascos, yo le devuelvo el saludo con la mano. Me monto en el ascensor y llego hasta mi planta. Giro a la derecha y abro la puerta de mi casa.

Y así de aburrido son mis días de diario, espero que ahora en verano sean más divertidos, aunque desde la muerte de mis padres nada ha vuelto a ser igual.

Entro al salón ya que la puerta de la entrada da a este y me encuentro a mi hermano leyendo una carta y sonriendo, hace mucho que no le veo sonreír con esa sonrisa, una sonrisa verdadera, una sonrisa no forzada.

-¿Qué pasa?-pregunto mientras deposito mi mochila en el suelo, al lado del sofá.

-No te lo vas a creer-me dice, está feliz, lo noto en sus ojos marrones que brillan de alegría al mirarme.

-¿El qué?-pregunto.

-¡Voy a entrar en el ejército!

Sonrío, esto no me lo esperaba, ya era hora, nunca pensé que eso sucedería.

-¡Qué bien!-salto al sofá a abrazarle

-Si-dice-, suelta...me.

Le suelto y él se toca el cuello. Creo que lo he ahogado.