La Universidad KOVO era conocida por su equipo de voleibol, y en el centro de todo estaba Jeon Jungkook: capitán, popular, imposible de alcanzar. O al menos así era hasta que llegó el nuevo.
Kim Taehyung, sin experiencia en relaciones y con una calm...
El ambiente entre ambos se volvió más ligero. Mientras avanzaban por el pasillo lleno de estudiantes, Tae sintió que el nerviosismo del primer día comenzaba a desvanecerse. Tal vez, pensó, no sería tan difícil adaptarse después de todo.
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Ambos entraron al salón de clases, algunos alumnos ya estaban ahí; unos charlando animadamente con conocidos y otros medios dormidos, porque, no olvidemos que apenas eran las siete de la mañana. Decidieron sentarse en medio de todos ya que era perfecto si querían hablar, usar el teléfono o comer a escondidas.
A los pocos minutos, la puerta se abrió y entró la Señora Inn, una mujer de mediana edad con el cabello recogido en un moño impecable y unas gafas que eran muy grandes pero elegantes a la vez. Su sola presencia bastó para que el aula se callara.
—Buenos días —saludó con voz firme—. Espero que hayan descansado, porque no pienso repetir las cosas dos veces.
Jimin bajó la mirada, reprimiendo una sonrisa nerviosa, mientras Tae se enderezaba en su asiento, intentando parecer atento. La profesora comenzó la clase escribiendo en la pizarra el tema del día: Tipos de articulaciones.
Durante la primera hora, Tae trató de seguir el ritmo de las explicaciones con ceño fruncido, pero el vocabulario médico lo confundía un poco. Jimin, en cambio, parecía tomar apuntes con facilidad, aunque de vez en cuando inclinaba la cabeza para susurrarle: —Estamos fritos.
Tae solo reprimía su carcajada en lo más profundo de su ser ya que la hoja de apuntes que era de Jimin solo tenía garabatos y algunos términos sueltos que apenas lograba entender.
Cuando la señora Inn comenzó a hacer preguntas al azar, ambos aguantaron la respiración.
—Tú, el de cabello rubio —dijo señalando a Tae con el bolígrafo—. ¿Podrías decirme cuántos huesos tiene el cuerpo humano adulto?
Tae se congeló. Jimin lo miró de reojo, conteniendo la risa.
—Eh ¿doscientos? No, ¿doscientos cuatro?—Contesto Tae, con una mueca de confusión total.
—Doscientos seis —corrigió la profesora sin perder el tono serio—. Pero al menos estuviste cerca.
Algunos estudiantes soltaron risitas discretas, y Tae se hundió un poco en el asiento, aunque no pudo evitar reírse de sí mismo y de Jimin con sus caras raras. Cuando finalmente sonó la campana, los dos soltaron un suspiro aliviado.
—Bueno, sobrevivimos —dijo Jimin riendo mientras guardaba sus cosas.
—Por poco —respondió Tae, sonrojado—. La próxima vez me aprendo hasta los huesos del dedo meñique.
—Eso espero, porque la señora Inn tiene cara de que le caímos mal —bromeó Jimin mientras salían del aula.
El pelinaranja le indico donde se encontraba el salón de idiomas y ambos se despidieron para ir al segundo periodo, aun sabiendo que se verían de nuevo en Matemáticas.
Tae suspiró al entrar al aula de Idiomas. Había imaginado que, al menos aquí, podría escuchar música o incluso dibujar un poco, solo para olvidar un poquito todos los pendientes que se aproximaban.
Pero apenas dio tres pasos y se quedó congelado.
Jungkook estaba ahí.
Sentado junto a la ventana, con los audífonos puestos y la mirada fija en el celular.
—No puede ser... —murmuró Tae para sí, intento estúpidamente huir de ahi
Como si lo hubiera escuchado, Jungkook levantó la vista justo en ese momento.
—Otra vez tarde, Kim —dijo con una sonrisa burlona al verlo.
Tae parpadeó dos veces incrédulo.
—¿También estás en esta clase?
—¿Por qué tan sorprendido? Admito que soy bueno en el Voleibol, pero en los idiomas apesto.
—Yo nunca dije eso.
—Bueno, igual y lo pensaste, doncel.
Tae apretó los labios, se volteo con toda la intención del mundo en buscar otro asiento, pero el aula ya estaba casi llena, quedando libre el asiento el cual estarías condenado en abrir la puerta cada vez que alguien tocase, el asiento donde estaban las chicas que parecían echarse tres litros de fragancia muy empalagosa, el asiento que estaba justo al frente del escritorio del Profesor. Se resigno a sentarse en el asiento que se encontraba detrás de Jeon.
—Perfecto —susurró resignado.
Cuando el profesor Lee empezó su clase, anunció que trabajarían en parejas y para rematar las parejas se formarían; los de al frente con los que tenían a sus espaldas.
—Parece que el destino insiste en que te hable más —bromeó Jungkook, con una expresión de curiosidad y confusión.
Tae solo rodó los ojos, tratando de concentrarse en las hojas del ejercicio, aunque sentía la mirada del capitán.
Se quería matar ahí mismo.
Continuará ... 2794words
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Les gustó? Les gustó? En el siguiente veremos un poco más de las jugadas y de la clase que tendrán juntos nuestros dos protagonistas, estoy muy emocionada!!
Déjame tus ideas más interesantes para próximos capítulos ⤷
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