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¿Que habia sido eso?

Nunca habia se habia comportado asi con alguien.

¿Estaba enloqueciendo?

Jungkook se encontraba en la escuela Secundaria Donghae, recargado en una pared de la cancha de Voleibol que se encontraba al aire libre, estaba observando, pero sin realmente prestar atención a los movimientos que sus alumnos hacían mientras jugaban una partida amistosa.
Era el mismo sábado, pero en la tarde, las voces de los alumnos se mezclaban con el golpe seco del balón, los pasos rápidos sobre el cemento, el eco de una risa que se perdía en el viento.

Él los miraba desde la sombra, los ojos fijos en el juego, pero sin realmente verlo. El balón pasaba de un lado a otro, las manos se alzaban, alguien gritaba un punto, y, sin embargo, nada lograba retener su atención.
Sus pensamientos iban y venían, tan dispersos como las hojas que el viento arrastraba por la orilla de la cancha. Solo los sonidos lo mantenían anclado: el golpe hueco de la pelota, los gritos adolescentes, el murmullo constante de un partido que seguía sin él.

¡Felicidades, Taehyung! Has pasado la prueba, nos demostraste solo un poco de ti, pero fue suficiente como para visualizarte jugando en competencias. Viniste muy preparado, con tus vendas en los dedos para evitar inflamaciones, tenis con suela correcta, todo perfecto. El lunes te presentare a los demás integrantes, por favor, viste cómodamente.
El rubio se tapaba la boca, totalmente sorprendido por aquella noticia, se inclinó cuarenta y cinco grados hacia el entrenador demasiado emocionado.
—¡Entrenador!, ¡No le fallare!, tenga por seguro que daré lo mejor de mí, ¡No puedo creerlo! —El rubio seguía haciendo muchas inclinaciones rápidamente, muy ilusionado.

No había sido nada especial, solo el final de una audición. Pero todavía recordaba la sensación que sintió cuando observo a aquel rubio llegar a presentarse junto con el Señor Choi.

No estaba molesto, solo se sintió raro, como si algo no terminara de encajar.
El chico había jugado bien, más de lo que cualquiera esperaba, pero esa presencia suya, tan difícil de pasar por alto. Desde entonces, cada vez que lo recordaba, esa misma sensación volvía, leve pero insistente.

No desagradable, no agradable. Solo extraña, una extraña mañana.

— ¿Señor Jeon? —El mencionado pego un brinquito de susto ante la inesperada voz.

—Demonios, Jihoon, casi muero del susto —Expreso dramáticamente mientras ponía una mano en su pecho.

Jihoon abrió los ojos y sin pensarlo hizo una reverencia.

—¡Entrenador! Lo lamento, no era mi intención matarlo de un susto —Levanto su cabeza, pero sin dejar de inclinarse— Solo quería pedir su ayuda, cuando defiendo, tardo en volver a mi posición para atacar y eso me hace perder algunos puntos importantes.

—Ah, el mismo error de siempre —Entrecruzó sus brazos — Enderézate que me pones de nervios.

El pelinegro se acercó a la cancha, moviendo la mano para que el adolescente le diera la pelota.

—Bien, Sunoo, porfavor ponte del otro lado de la cancha, Jihoon vas del otro lado y jueguen para poder ver que estás haciendo mal.

Los mencionados acataron la orden y se pusieron en posición, Jeon silbó y se escuchó el primer saque. Después de varios minutos, silbó de nuevo para luego acercarse a Jihoon.

Jungkook se detuvo frente a él, con una expresión neutra.

—¿Ves lo que pasa? —preguntó, sin esperar respuesta—. Te quedas mirando la trayectoria del balón, y para cuando reaccionas, ya estás fuera de línea.

He Fell First! - KookTaeWhere stories live. Discover now