La Universidad KOVO era conocida por su equipo de voleibol, y en el centro de todo estaba Jeon Jungkook: capitán, popular, imposible de alcanzar. O al menos así era hasta que llegó el nuevo.
Kim Taehyung, sin experiencia en relaciones y con una calm...
—Ustedes están confundiendo las cosas, estoy preocupándome por las futuras competencias, empezaré a mi último año y quiero que todo sea perfecto, Yoongi, cuando veas al nuevo te darás cuenta de que le faltan varias cosas por pulir.
Dicho esto, sintió que le dieron un golpe en la cabeza, se giró confundido.
—Si, si lo que digas, las competencias aja, joder claro que sí, Capitán. —Hoseok saco la lengua siendo orgullosamente un burlón.
—Con ustedes de veras que no se puede, son más difíciles que unos adolescentes con problemas amorosos. Nos vemos el lunes —Dijo, sacándole de vuelta la lengua a
Hoseok, el cual no paraba de reír.
El sol ya se estaba escondiendo cuando Jungkook salió del gimnasio.
El aire de la tarde era fresco, y las tonterías de sus amigos resonaban en su cabeza. Caminó despacio hacia el estacionamiento, con la mochila colgando de un hombro.
No sabía por qué, pero seguía pensando en el rubio. En cómo había jugado, en esa mezcla de torpeza y seguridad que lo hacía imposible de ignorar. Sacudió la cabeza. "Necesito dejar de sobre pensar", murmuró, riéndose apenas. Subió a su auto y puso música, cualquier cosa que no lo hiciera pensar. Al llegar al gran departamento y aun con las luces apagadas, se tumbó en el sofá quedando solo con el reflejo azul del televisor, mientras ordenaba algo de comida por internet.
Uuuh pollo frito
"Rico", murmuró después de ordenar.
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Mientras tanto, en otro punto de la ciudad, alguien más se encontraba con un doncel.
—Tae, de verdad me alegro mucho por ti, te escuchas muy emocionado. El mencionado rió suavemente mientras observaba a las personas dentro de la pastelería.
No estaba trabajando, claro, pero después de su audición había regresado a su departamento. En cuanto llegó, le marcó a su madre, y se le fue el tiempo hablando por teléfono: ella casi gritó de la emoción cuando le contó que la audición había sido un éxito.
Después de colgar, decidió darse una ducha para despejarse un poco. El agua tibia le ayudó a relajarse y a asimilar lo que acababa de pasar; todavía le parecía increíble haber sido aceptado, aunque también en el fondo sentía que algo estaba por pasar.
Ya más tranquilo, pensó en pasar por su lugar de trabajo para comer algo dulce y compartir la noticia con sus únicos dos amigos ahí: Seokjin y Jungwoo —la dueña del local—.
—Siento que muchas cosas se vienen, siento una emoción en mi pecho, creo que es el comienzo de mi sueño. —Tae miro muy ilusionado, con un brillo en sus ojos a sus amigos.
—Eso es muy genial, woah, ¡Kim Taehyung! ¡Eres increíble! —Grito sin ningún tipo de pena la chica de cabello rosa.
—Si, es increíble lo que está pasando, pero note algo raro. —Menciono el rubio mientras acomodaba su cabello rebelde.