Conflicto

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Suave, rítmica y reconfortante, así era la respiración de Abigail. Ella estaba dormida, acurrucada contra su costado, la sombra de una sonrisa merodeaba en sus labios y Bucky se sentí en paz solo con observarla.
Las pesadillas lo habían asaltado en sus sueños y se había despertado sobresaltado, mirando hacia todos lados hasta que cayó en cuenta de en donde se encontraba y que tenía entre sus brazos la pequeña figura de Abigail. El sobresalto no la despertó, pero la hizo hacer muecas de insatisfacción; Bucky la había recostado y acomodado a su lado y la observaba dormir desde hacía media hora. En momentos sentía la imperiosa necesidad de sostenerla contra él, sus pesadillas hacían que la realidad le pareciese fantasía.
Había soñado estar con ella en Brighton, él se encontraba en el muelle mirando el atardecer y cuando el sol desprendía sus últimos rayos una mano se deslizaba entre la suya, era fría pero familiar, giró esperando encontrar a la radiante joven de vivos ojos. Y ciertamente esos ojos lo miraban, pero estaban en la cara de una niña, una pequeña, una criatura de por lo menos un año de edad. Se sintió confundido, miró a su mano, la que la pequeña sostenía, y el terror lo invadió; su mano le parecía totalmente ajena a él, estaba arrugada, con manchas de la edad, se notaba frágil y con piel tan delgada como el papel.
-Osito Bucky. -Había dicho la pequeña con voz de infante que apenas comienza a hablar.
La pequeña levanto sus brazos, pidiendo que la alzarán. Siendo presa del sueño y sin poder interferir en sus acciones, él levantó a la niña en brazos. Todo su cuerpo dolía y crujía, levantar a aquella criatura tan pequeña le implicaba un enorme esfuerzo. La niña, cuando estuvo a la altura de sus ojos le sonrió, poniendo su manita en la mejilla de él. Lo miraba fijamente y él pudo ver, en los grandes y curiosos ojos de la pequeña, su reflejo. Era un hombre mayor, de escaso cabello blanco y mirada cansada.
Estaba horrorizado y la carita de la niña cambio, ella estaba asustada.
-Bucky. - decía ella una y otra vez.
Y de pronto un viento helado sopló, y la niña se deshizo entre sus manos como pequeños granos de arena, llevados por el viento lejos de él.
-¡No!- había gritado en su sueño y en su realidad. Fue en ese momento que despertó y solo pudo volver a respirar cuando vio a Abigail junto a él.
Ahora no podía dejar de mirarla, sentía que si dejaba de hacerlo ella se transformaría en arena, como en su sueño, y la perdería de nuevo.
::¿En qué me he metido? No quiero perderla, pero no puedo protegerla. ¿Cómo puedo hacer para permanecer a su lado? ¿Para seguirla a donde vaya?
-Deja de mirarme de esa manera, no desapareceré.- Abi no abrió sus ojos, simplemente cambió de posición, descansando sobre tu espalda. - Pero si sigues mirándome de esa manera, tal vez concidere desaparecer bajo las sábanas.
-¿Cómo sabes que te miró? Tienes los ojos cerrados - dijo acariciando con un dedo su mejilla.
-Siento tu mirada sobre mi- dijo por fin abriendo los ojos, se veían empañados por el sueño. - Llevas mucho tiempo mirándome ¿He hecho algo malo?
-No.- Él le sonrió a ella, pero con una sonrisa que no alcanzo a llegar a sus ojos.
Abi se sentó en la cama, acomodando su cuerpo para cubrir el costado de Bucky con él, abrazando su hombro derecho y dejando un pequeño beso antes de reposar su cabeza ahí.
-Te escuche gritar ¿aún tienes pesadillas sobre lo que te sucedió?
-No, ya no. Tú te has llevado esas pesadillas. - Él tenía la cabeza sobre el hombro derecho de ella y aunque no lo besaba, recorría con un roce suave de sus labios la curvatura que corría desde su cuello hasta su hombro. -Lo pasado es pasado y eso es lo que me ha hecho gritar.
Abi se sentó nuevamente, mirándolo.
-¿Qué has soñado?
Dudó, pero le había prometido ser honesto, además ¿con qué motivo le mentiría? Ella sabía que lo único que la dejaba fuera de la palabra perfección era su magnífica pero aterradora habilidad.
-Nos vi a ambos como somos en realidad.
-Debo de ser realmente horrenda para causarte tal conmoción. -Abi trataba de hacerlo sonreír.
-Tú eres y siempre serás, la más hermosa criatura que conoceré - El cariño en sus palabras se reflejaba también en sus caricias, en como sus manos redescubrian la piel de su amada. -Solo que te vi en otra etapa de tu vida. Una en la que, en circunstancias normales, tú y yo nos hubiéramos conocido.
-Oh -fue lo único que ella pudo decir.
-Exacto, oh.
-No pienses en eso- lo consoló, acariciando su mentón- Esa no es la situación. Estamos bien, todo esta bien.
-Lo sé - Sonrió, y atrapó el dedo de Abi entre sus dientes con cuidado, luego, tomando su mano, besó sus nudillos. -Aunque sí la situación fuera esa, tu me amarías de igual manera ¿no es así?
-Bucky- ella suspiro- tú no podrías amarme de la misma manera, y yo, de esa edad no sabría como amarte igualmente. Para cuándo comprendiera el sentimiento, sin embargo, por supuesto que lo haría. -El rostro de él se quedó mirando a la distancia, pensando, hasta que sintió todo el peso de Abigail sobre su cuerpo. - El hubiera no existe y tú me debes algo.
La necesidad siempre puede más que la razón, Bucky dejó de pensar y abrazando a Abigail la giró poniéndola contra la cama y besándola apasionadamente. Paladeando sus labios, jugando con su lengua, secuestrando su labio inferior entre los suyos y succionando ligeramente hasta que la hacía gemir.
-Oh, James - dijo ella con voz entrecortada, casi tartamudeando. Algo en ese tono le recordó a él su sueño, a la pequeña Abi. Se alejó de ella, Abi levanto la espalda tratando de no romper el beso, pero pronto se rindió.
-Abi, si pudieras ¿te quedarías conmigo?
-Si.
-¿Aunque sepas cual va a ser mi fin?
Abi se estremeció, trataba de pensar lo menos posible en eso; hacerlo, la hacia sentir mal y despertarse a media noche ahogada en sus lágrimas.
Bucky había hecho la pregunta sin pensar, pero al ver la reacción de la joven, un escalofrío lo recorrió.
-¿Tú lo sabes verdad? ¿Sabes como voy a morir? - Ella miró hacia la ventana, desviando la vista de él.
-No me pidas los detalles que no los sé- le contesto a media voz, sin mirarlo. Se apartó las sábanas de su cuerpo sentándose al borde de la cama y empezó a tomar sus cosas. -El ser humano es el único imbécil que repite sus errores. Y aunque considero que conocerte y enamorarme de ti ha sido lo mejor que me ha paso desde hace tiempo, tú y yo sabemos que es un error. Ambos sabemos que vamos a sufrir por el otro y aún así somos tan egoístas que no lo queremos dejar ir.
El tema de verdad alteraba a Abigail y después Bucky se pregunto a sí mismo si de verdad quería saber como terminarían sus días. La carga que aquella  joven llevaba era inmensa, amaba a personas que sabía que saldrían de su vida en un momento determinado y no había nada que ella pudiera hacer.
Bucky tomó las cosas que ella ya había juntado en su regazo y se las quitó. Tomándola de las manos, haciendo que lo mirara. Ella tenía los ojos empañados en lágrimas.
-Te amo. - le dijo acariciando su mejilla- y tienes razón, eres el error más maravilloso que me pudo haber ocurrido. Yo aún sin saber el futuro, el día que te vi en la feria, sentí que si no podía hablarte y compartir algo de tiempo contigo antes de marcharme, no valdría la pena regresar de la guerra. Uno viene aqui pensando en servir a su nación, sin importar el precio. No sé cual será mi final y no quiero que me lo digas. Pero mi destino, las cosas que sucederán de aquí a ese día, se ha enlazado con el tuyo y de eso no me arrepiento.
Ella sonrió entre sus lágrimas y se abrazó a él, aunque su mente se encontraba distante.
::No he querido indagar más en el tema porque temó a lo que podría encontrar. Jamás cambio un suceso de la historia, no quisiera cambiar la línea del tiempo, pero me pregunto ¿la historia que yo sé, me implica a mi? Si todos los sucesos que han pasado a través de la historia se han dado con mi ayuda ¿yo los habré hecho de esa manera? ¿Soy parte también de la historia que se me ha contado? Y de ser así ¿podría cambiarla? ¿Puedo salvarlos?::

What if...?Where stories live. Discover now