¿Entrenamiento de confianza?

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Sus labios contra los suyos, cálidos y gentiles pero al mismo tiempo mostrando la necesidad y aprensión que sentían; saber cuento tiempo permanecieron así unidos era incierto, podría haber pasado una vida y jamás se habrían enterado. Colocó la punta de su dedo sobre su labio y abrió los ojos, el cielo estaba despejado y aunque ya estaba por amanecer varias estrellas se negaban a dejar su escenario.
-Valió la pena esperar - dijo rodando sobre su costado; apenas y había dormido algo esa noche y como odiaba despertarse con el sonar de la trompeta se levantó del catre para asear su rostro. Al estar en guerra no contaban con mucho , solo había una destartalada mesa que a duras penas se sostenía y sostenía el espejo y el plato hondo donde vaciaba el agua para asearse, al mirar su rostro en el espejo no pudo evitar reír, en su mejilla izquierda habían quedado marcados de color carmesí los labios de Abigail; hubiera querido que estuvieran marcados en otras partes de su cuerpo pero aunque se besaron con ardiente pasión ella había roto el beso, quería parecer ofendida y mantener su anterior enojo a flote pero cuando se marchaba bajó la mirada escondiendo sus ojos detrás de sus cabellos y él pudo distinguir como la comisura de sus labios se elevaba en una sonrisa y después dejó la marca que en esos momentos contemplaba.
-Eres tan diferente - Esas habían sido sus últimas palabras antes de dejarlo y él no se había preocupado en investigar su significado hasta ese momento.
-Si estaba comparándome con Steve, si soy bastante diferente. - una pizca de celos brotó en su ser al recordar como la agente Carter no había reparado en su presencia la noche anterior, como él había sido invisible.
Metió sus manos en el agua fría y mojo su rostro tratando de borrar la idea, Steve era su mejor amigo, siempre había estado ahí para él, merecía ser feliz y si por una vez la chica lo prefería antes que a él ¿qué importaba? Sí, la agente Carter tenía una belleza despampanante, pero no era la única chica.
-Buenos días Bucky ¿cómo estas?- Dijo Steve tocando la puerta de la pequeña habitación.
- Bien gracias ¿Que tal estuvo tu noche? ¿Encontraste a la chica que  dejaste ir?
-No, pareció como si se hubiera desvanecido en la ciudad, de seguro tenía cosas importantes que hacer y no perdió el tiempo.
-Lo que tú digas amigo ¿Cuáles son las órdenes para el día de hoy?
-Tengo que ir a ver a Stark, quizá encuentres algo interesante ahí.
Steve hacia alusión a Abigail pero Bucky no estaba al tanto de la relación que había entre ambos y creyó que se refería a algún tipo de armamento.
-Espero que tenga algo con lo que podamos ganar la guerra.
-Se considera a sí mismo como un genio, tal vez encuentre la forma de defendernos y ganar.
Llegaron al búnker donde se encontraba el laboratorio, estaba fuertemente protegido y ambos comprendieron que fuera lo que fuera que hicieran ahí adentro era de suma importancia, aunque hay que aclarar que no solo el laboratorio se encontraba ahí, también estaba el archivo con los expedientes de cada hombre y mujer que se encontraba entre sus líneas, aparte de documentos donde se detallaba la ubicación de sus bases y sus planes de ataque, ese búnker era el centro de mando de operaciones.
-No se compara en nada a la fábrica- dijo Bucky mirando a su alrededor.
-¿Le hace falta el toque macabro, sargento? -dijo Abigail acercándose a ambos - ¿O el nauseabundo olor de muerte?
-Buenos días, Abi -la saludo Steve, Bucky solo la miraba analizando su aspecto; llevaba un pantalón holgado de camuflaje junto a una playera lisa, el atuendo cubría sus curvas pero no la desfavorecía de todo.
-Hola Steve, buen día. Howard te esta esperando.
-Perfecto ¿En dónde lo tengo que ver?
-Sigue derecho hasta que encuentres unas escaleras, Howard está en el "Sótano" y por favor Steve no atentes contra su ego, después soy yo la que tiene que escuchar sus reclamos.
-Haré lo posible pero ¿No vendrás?
-Si, sólo tengo que ir por unas cosas que Howard necesita.
-¿Eres su mandadera?- se mofó Bucky
-Soy lo que él señor Stark necesita que sea. - Abigail lo fulminó con la mirada mientras sonreía.
-Muy bien parece que ustedes tienen asuntos que arreglar, los veo más tarde.
Bucky y Abigail asintieron y miraron en dirección de Steve hasta que se perdió entre la multitud.
-¿Y qué paso con la sexy dama roba besos del río?
-En primera, no creo que te hayan robado nada y en segunda, de haber sido así no opusiste mucha resistencia.
Abigail continuo su camino por el pasillo pero esta vez Bucky la siguió, ella no se libraría tan fácilmente.
-¿Sigues molesta?
-¿Debería?
Bucky iba detrás de ella y observaba como aún con ese atuendo acaparaba la mirada de la mayoría de hombres presentes, como si ella fuese un imán de miradas y los celos que sintió por la mañana se intensificaron.
Aceleró su paso hasta ir a la par de ella.
-Ya he pedido disculpas así que no veo razón para que estés molesta.
-La disculpa no sirve si no es sincera - ella miraba hacia el frente pero Bucky pudo captar las fugaces miradas que ella lanzaba en su dirección.
-La marca en mi mejilla con la que desperté esta mañana dice que fueron sinceras. - Le dijo con galantería y Abigail no pudo hacer más que sonreír.
-Eres increíble, pensé que el testarudo era Steve.
-¿Y de quien crees que lo aprendió?
Entraron a una habitación que se utilizaba para entrenar, había un ring, un costal, cuerdas, pesas... Lo necesario para estar en forma.
-Pensé que tu amigo era un cerebrito ¿qué puede necesitar de aquí?
-Él nada, yo olvide ayer en la noche unos documentos aquí - Momentáneamente ella se sonrojó y se dirigió al área donde había estado entrenando. Después de lo que había pasado con Bucky, Abigail había entrenado hasta que sus músculos gritaban de dolor pero lo necesitaba, esa era la única manera de desquitar la adrenalina que había acumulado.
-¿Tú? ¿Entrenar? ¿No eres también súper inteligente?
- La mente por sí sola no te saca de un apuro en batalla si tu cuerpo no es ágil.
-Si pero, tú no tienes porque ir a pelear Abi.
-¿Y quién sino te salvaría cada que te secuestren?- Ella lo tomaba con gracia pero había herido el orgullo del sargento ¿A que hombre le gusta que le digan que una mujer tiene que salvarlo? Esa no era la manera, ella debía ser la damisela en apuros y él, el gallardo caballero que va en su rescate.
-Soy bastante capaz de liberarme a mi mismo. - Bucky trató de mantener la conversación a la ligera pero cierto rencor apareció en su tono.
Abigail vio su error enseguida - Sé que podrías, si fuera una batalla justa, pero ambos sabemos que eso no pasará, que las cosas no salen según lo planeado y que el enemigo hará cualquier cosa para cumplir su misión. Nunca esta de más tener a alguien que te cubra las espaldas.
Bucky estaba encantado por la respuesta de Abigail, la joven tenía una clara preocupación por él y recordó lo que le había dicho la noche anterior, que él no era invisible y en ese momento se dio cuenta de que era verdad, ella lo veía.
-Aún así podría terminar fácilmente con una docena de enemigos - dijo con la esperanza de quitar la tensión del ambiente y volver a sus habituales conversaciones despreocupadas, pero ella no respondió como esperaba sino que dejó el maletín que se había colgado al hombro, se quitó las botas y subió al ring.
-Sube - le dijo, y él la imitó quitándose el calzado y subiendo al ring.
-¿Y ahora?
-Sométeme.
-¿Qué? - Bucky la miraba incrédulo :¿Cómo cree que ella va a poder conmigo? La dañaría aunque no fuera intencionalmente.
-Sométeme Bucky, dijiste que podías contra una docena; yo solo soy una, no debe ser complicado.
-No sé si esto sea...
La frase quedo en el aire pues en un parpadeo ella lo había puesto contra la lona.
-¿Aún no se recupera del todo sargento? - Ella le ofrecía su mano para ayudarlo a ponerse de pie y una sonrisa de triunfo resplandecía en su rostro.
-Me tomaste desprevenido eso es todo, si hubiera sabido se tú...
La frase quedo inconclusa nuevamente, cuando Bucky tomó la mano de Abigail ella lo levanto sin ninguna dificultad, torció su brazo tras su espalda y lo puso contra las cuerdas.
-Estamos en un ring, mis intensiones son claramente obvias, 2 de sus enemigos ya lo han vencido, le quedan 10 y ninguno de ellos le va a decir en que momento atacaran.
Abigail había susurrado las palabras en su oído y él no sabía si se sentía molesto por haber sido derrotado por ella o excitado por su cercanía, tenía su figura reposando sobre su espalda, podía sentir el calor que emanaba de sus pechos, de su vientre, de toda ella y su cálido aliento contra su mejilla no hacia más que acelerarle el pulso; él la iba a someter, esa era su meta, tenerla contra la lona con su cuerpo sobre el de ella inmovilizandola y obligándola a mirarlo, a sentirlo.
Trató de soltar el agarre que tenía sobre su mano y este cedió fácilmente, creyó que al girarse la encontraría con la sorpresa reflejada en sus facciones pero ella no estaba detrás de él sino a un costado, en otra esquina esperándolo.
Bucky hizo varios intentos pero el resultado siempre era el mismo, ella vencía y él terminaba humillado, estaba exhausto, su respiración se entrecortaba y el sudor se esparcía por su cuerpo mientras que Abigail parecía apenas inmutable.
-Queda uno Bucky.
- Esto es ya una tontería - dijo cansado y molesto; se acercó hacia las cuerdas para abandonar al ring cuando sintió las piernas de Abi rodeando sus caderas y el peso de su cuerpo tiró de él hacia atrás, en un giro él se encontró como en un principio, con la espalda contra la lona, pero ahora Abigail estaba a horcajadas sobre él, sostenía sus muñecas y tenía inmovilizadas sus piernas.
-¿He de mostrado mi valía sargento?- pero él se negaba a responder, se negaba a dejarse humillar más aún. - ¿Ahora si me crees capaz de cubrir tus espaldas Bucky? - Él había estado equivocado al pensar que ella lo quería humillar, ella simplemente quería demostrarle que no tenía que preocuparse por ella, que era capaz de hacerle frente al enemigo y salir victoriosa, quería que la viera como su compañera.
-¿Soy un idiota cierto?
-No, simplemente me juzgaste por mi apariencia, no te preocupes, todos lo hacen. - ella soltó sus muñecas y quitó su cuerpo de el de él, recostandose a su lado y soltando un sonoro suspiro.
-Si me permites, debes mejorar tu guardia y esperar un poco a ver el movimiento del enemigo, no te sobreexcites antes de tiempo, eso te hace predecible.
-Al parecer sabes mucho.
-Tengo una maestra meticulosa que no acepta fallos de ningún tipo. - Aunque tenía razón sobre Natasha, Abi hablaba de ella con cariño, sus enseñanzas le habían salvado la vida en más de una ocasión. Ella miraba al techo recordando sus primeras lecciones de combate, todos los cardenales que había adquirido esa primera semana, los dolores, las fracturas y la enorme satisfacción que sintió la primera vez que pudo frenar su ataque. Abigail hubiera seguido con sus recuerdos de no ser por el peso que sintió sobre sí; parpadeo enfocando la mirada y vio el seductor azul de los ojos de Bucky.
-¿A dónde te fuiste? Te desconectaste por un tiempo.
-Estaba haciendo memoria ¿Qué es lo que haces?- le dijo sonriendo.
-Lo que me dijiste, soy impredecible. Bajaste la guardia y yo ataque.
-¿A sí? Lamento informarte que con esa posición me sería muy fácil voltear las cartas, no estas firme, mis piernas tienen una fácil movilidad y no me costaría nada llegar a tu entrepierna y ... Bueno ya sabes que pasaría.
Bucky se quedo serio y miró hacia las piernas de Abigail.
-¿Entonces qué tendría que hacer para tenerte a mi merced? -Abigail no lo creía, nisiquiera en un entrenamiento él podía dejar de ser seductor y usar su picardía cada que podía.
Intentó contener la risa mordiéndose su labio inferior pero eso solo despertaba más la lujuria en el sargento y ella podía sentirlo contra su vientre.
-Primero inmoviliza mis piernas, hazlas quedar juntas y con tus piernas presiona el agarre. - Bucky no perdió tiempo y siguió sus instrucciones - Ahora sujeta mis muñecas por encima de mi cabeza y utiliza el peso de tu cuerpo para inmovilizarlas, no acerque demasiado tu cabeza a la mía porque podría tomar impulso y romperte la nariz.
- De acuerdo -Bucky la miró tendida bajo su cuerpo, sintió como su pecho subía y bajaba al compás de su respiración, sentía el pulso de sus muñecas sobre sus manos, pero sobre todo sentía su propio corazón acelerado por la situación.
-¿Qué tan probable es tenerte en esta posición en un verdadero combate?
-Casi nula.
-Es una lástima, te ves tan bien sometida.
-¿Sometida? - Ella río- Que me tengas inmovilizada no es sometimiento.
-¿No?
-No, someter a alguien es romperlo de tal forma que no piense siquiera en levantarse para dar batalla.
-¿Aún quieres dar batalla?
-Si fueras el enemigo pelearía hasta mi último aliento, pero no lo eres.
Bucky ya estaba a centímetros de su boca. - No me refería a ese tipo de batalla - Le dijo respirando lentamente sobre sus labios, haciéndolos estremecerse y abrirse ligeramente para recibir los de él.
Soltó el agarre de sus muñecas y dejo a sus manos acariciar las caderas de la joven mientras ambos se besaban con pasión; Abigail había enredado sus manos alrededor de su cuello atrayéndolo lo más posible hacia ella , tomaban pequeñas bocanadas de aire, no dispuestos a romper su conexión, la presión en las piernas de Abi había desaparecido y las movía con libertad entrecruzandolas con las de Bucky, meciendo ambos sus caderas contra el otro.
Él abandono sus labios y bajo por su cuello dejando un camino de besos en el costado de éste. Abi estaba encantada y de vez en vez dejaba salar gemidos de placer, las manos del sargento empezaban a subir por su camisa, ella quería gritar, hacia demasiado tiempo que no se sentía así de bien, pero quería más. Se sentó, haciendo que Bucky se pusiera de rodillas y lo despojo de la camisa, cosa que pareció encantale a él que reanudo sus besos en el cuello de Abi, mientras ella hacia lo mismo en el suyo y dejaba ocasionalmente una mordida en el hombro del joven, estaban desesperados el uno por el otro, queriendo tocar y besar cada rincón de su pareja. Bucky utilizó su peso para recostar a Abigail y subió la parte inferior de la camisa de la joven, besando su vientre, su ombligo y siguió su trayecto hacia arriba hasta que sacó por su cabeza la camisa y volvieron a devorarse los labios, ahora sus manos viajaban hacia sus caderas y habrían continuado de no ser por los disparos que escucharon.
-¿Qué ha sido eso? - pregunto Abigail preocupada -¿Nos atacan?
- Lo dudó, no serían tan idiotas como para entrar en un cuartel lleno de soldados.
-Difiero en tu teoría -dijo moviéndose rápidamente y volviendo a vestir su playera, bajó del ring y se enfundo las botas, mientras él la miraba sorprendido por su agilidad - Steve y yo fuimos así de idiotas- dijo sonriéndole y arrojándole su camisa.
- Pero que oportunos son - dijo en burla Bucky.
- Ya habrá tiempo y prometo que será mejor - le dijo cuando estuvo a su lado y lo volvió a besar cortando el contacto casi inmediatamente y tomándolo de la mano para que la siguiera.
Bajaron corriendo hacia donde se encontraban Howard y Steve y en su camino se encontraron a la agente Carter que se veía bastante molesta. Abigail soltó la mano de Bucky y fue a hablar con Peggie.
-¿Qué ha pasado? Escuchamos disparos.
-Steve estaba probando su nuevo escudo, me pregunto que opinaba y le disparé, felicitaciones Abigail, tu diseño fue todo un éxito, por desgracia él salió ileso. - diciendo eso se retiró.
- ¿Qué le sucede?
-Seguramente Steve metió la pata, ven vamos a averiguar.
Entrando a la sala encontraron a Steve y a Howard estupefactos mirando en dirección por donde Peggie se había retirado.
-¿Todo en orden?
- Si Bucky, simplemente...
-Vaya chicas que tenemos en el cuartel -dijo Howard completando la frase de Steve. - Buen trabajo con el escudo Abi, le has salvado la vida a Rogers.
-Me alegro.
-Ahora tenemos otro proyecto entre manos. - Howard incito a los recién llegados a unirseles y ente todos comenzaron a diseñar el traje del capitán y su escuadrón de comandos aulladores.

What if...?Where stories live. Discover now