La promesa

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No quería marcharse, primera porque no sabía aun que debía hacer y si no lo sabía no podría marcharse y en segunda aunque intentaba resistirse, Bucky era atractivo: alto, de cabello castaño, ojos de cielo y  porte varonil; hacían que ella se debatiera en cada paso que daba para alejarse. Cuando por fin había decidido en que lo mejor que podía hacer era alejarse de ese lugar escucho a ambos jóvenes discutir. A Bucky no le parecía la idea de que su amigo se enlistara en el ejército.
: ¡Oh no! Acabo de ayudarlo a que siga adelante, no voy a dejar que lo desanime de nuevo. :
Haciendo caso omiso a la decisión que acababa de tomar regresó a donde estaban los jóvenes.
-Eh... Bucky ¿tu oferta sigue en pie? Me acaban de dejar plantada y me sentiría una tonta si regreso a casa tan temprano.
-Por supuesto que sigue en pie.
Abigail sonrió y se alejó un poco de ahí esperando que Bucky la siguiera.
-¡No ganen la guerra hasta que llegue! -Escuchó gritar a Steve antes de que Bucky estuviera a su lado.
-Vámonos que están tocando mi canción -dijo Bucky ofreciendo su brazo a Abigail.
-Pero tengo que advertirle, sargento, no se bailar.
-Ese no es problema ¿Sabes seguir ordenes?
-Sé hacerlo, más no es algo que me guste mucho.
-No te preocupes, sé que estas órdenes te encantarán seguirlas.
La picardía del sargento hacia que Abigail sonriera y se sonrojara, había aceptado la invitación para dejar a Steve seguir su camino pero temía a las consecuencias de sus actos, no cambiaría el presente porque sabía que pasos seguir sin embargo su porvenir sería turbulento si no cuidaba sus sentimientos.
Llegaron a la pista de baile, la música vibraba a su alrededor, no era tan estruendosa como la que ella estaba acostumbrada a escuchar; el swing no le desagradaba, ella amaba la música y había escuchado varias canciones pertenecientes a ese género pero nunca había bailado. Las parejas que estaban en la pista hacían hermosas piruetas y pasos de baile que la asombraban, no se sentía incapaz de poder hacerlo pero sabía que tendría que tropezar unas cuantas veces para lograr hacerlo bien.
El sargento solo la contemplaba mientras ella veía la pista y una ligera sonrisa cruzaba su rostro, estar con ella se sentía diferente y no entendía el por qué; ella era atractiva, cierto, pero muchas otras jóvenes que se habían cruzado por su camino y también tenían su singular belleza, sin embargo había algo en la joven que estaba a su lado que lo tenía cautivado y estaba decidido a encontrar cual era el motivo.
-¿Asustada? -Pregunto tomando la mano de Abigail.
-A decir verdad un poco, no quisiera lastimarte al tratar de seguirte el ritmo.
-No te preocupes iremos lento para que nadie salga herido ¿qué dices?
Ella acepto y en un principio se divirtió, él le mostraba los movimientos y luego ella los hacía, Abigail era una buena estudiante y aprendía rápidamente. Minutos después de comenzar ella bailaba como si lo hubiera hecho toda su vida. Todo era risa y diversión para ambos.
El tiempo fue pasando y el número de personas en la pista fue disminuyendo hasta quedar un par de parejas en ella. En el cielo brillaba una hermosa luna plateada y las estrellas que le hacían compañía iluminaban a los presentes, la música fue bajando de ritmo hasta el punto que para bailarla solo era necesario abrazar a la pareja y mecerse como las olas del mar.
Bucky y Abigail dejaron de sonreír, a pesar de llevar un par de horas juntos se sentían intimidados por la situación y se debatían entre seguir o no, para Abigail la opción más factible era retirarse del lugar pero era la última noche del sargento antes de marchar a la guerra y no estaba dispuesto a dejarla ir tan pronto. Tomo su mano y la coloco sobre su hombro, después se acercó más a ella para poderla tomar de la cintura; Abigail se ruborizaba bajo la mirada de Bucky, su razón luchaba por tratar de salir a flote pero un baile lento para los corazones desorientados no ayudaba a aclarar las cosas, simplemente las complicaba más; eran pasos sencillos de seguir, con cierta postura indicada y movimientos sencillos y fluidos, no había necesidad de pensar, solo de dejarse llevar.
-Fue impresionante lo que hiciste en el escenario, dejaste a ese científico perplejo.
-Solo un golpe de suerte, nada más. Cualquiera lo podría haber resuelto.
-¡Bromeas! Dejaste al tipo en ridículo en su propia expo.
-No hables así de Howard, todos tenemos nuestras rachas buenas y malas y él es un hombre fascinante y sumamente brillante.
Palabras de elogio hacia otro hombre no era exactamente lo que Bucky quería escuchar, él empezaba a pensar que no había oportunidad con aquella joven.
-¿Así que él te agrada?
-Por supuesto que me agrada, su trabajo siempre ha sido mi inspiración. No es mi ejemplo de vida a seguir porque en las cuestiones personales no lo envidio ni un poco, pero como científico e inventor solo hay una persona con la que lo podría comparar. Él es simplemente genial.
-Esa no parece la declaración de una admiradora sino de una enamorada.
El comentario hizo romper en risa a Abigail -¿De una enamorada? ¿Estas bromeando? - Ella estaba a punto de decir que él hombre fácilmente le doblaba la edad, pero eso era en otros tiempos, ahí Howard Stark no debía de llevarle más que un par de años.
-¿Entonces no estas enamorada de él?
-¡Claro que no! Lo que siento por él es una admiración meramente profesional.
-Mmm, bueno esa respuesta me agrada. -Bucky le sonrió y la acerco un poco más hacia él.
-Espera un minuto, tú ¿Estabas preocupado por lo que yo sintiera por él? ¿Acaso estas celoso?
-¿Celoso? No, no tengo motivos para estarlo.
-Apenas me conoces y ya sientes celos por otro hombre - Abigail no paraba de reír, se acercó a Bucky hasta dejar su cabeza recargada en su pecho.
-De acuerdo lo admito, tal vez si estaba celoso, aunque te acabe de conocer no quisiera tener que pelear por tu atención con otro hombre.
-Eres todo un caso sargento ¿qué voy a hacer contigo?
-Por ahora solo seguir bailando me parece una opción razonable.
-Aja, razonable.
-¿Estas cómoda?
-Si, tal vez esto se escuche extraño pero eres una persona abrazable, como un osito de felpa. -Ella rio de nuevo.
-Un oso de felpa, muy graciosa.
-Eres un osito Bucky - le dijo ella retirando su cabeza de su pecho y mirándolo a los ojos. Abigail ya estaba perdida pero en ese momento ella era feliz, no había nada más que me importara.
-Solo lo seré para ti.
Bucky se inclinó asía ella y con su mano acomodo los rojizos cabellos detrás de su oreja para darle paso libre hasta sus labios, se fue directo a ellos pero Abigail lo detuvo poniendo su dedo en los labios del sargento y acariciándolos suavemente.
-Sabes, la vida me ha enseñado una cosa acerca de los hombres apuestos.
-¿Qué te ha enseñado? -le respondio él sin moverse un milímetro de donde estaba, al estar tan cerca el aliento que el otro exhalaba al hablar rebotaba dulce y casi dolorosamente en los labios del otro.
-Que nunca los debes de besar la primera vez que los conoces.
Bucky estaba decepcionado pero no se daba por vencido tan fácilmente. Se consideraba a sí mismo un hombre bastante persuasivo.
-¿Por qué?
-Porque con ese beso te llevaras parte de mi ser y lo mismo ocurrirá contigo, así que estaremos los próximos días pensando el uno en el otro y en cuánto queremos recuperar esa parte de nuestro ser, las ganas de probar de nuevo la calidez del otro.
-Puedo vivir con las consecuencias -respondió él besando el dedo de Abigail y sonriendo al ver como la joven suspiraba.
-Yo no podría sargento. Mañana partes a la guerra y lo que menos necesitas es una distracción. Tu mente debe estar al 100% concentrada en la batalla, no quisiera que mis labios fueran los responsables de no volverte a ver.
-¿Volverme a ver? Tienes planeado otro encuentro conmigo.
-A decir verdad así es.
-¿Desde cuándo lo planeaste?
-Desde el momento que tropecé contigo.
Ambos estaban demasiado cerca del otro y la ley de la atracción era más fuerte que cualquier voluntad que Abigail tuviera.
-Tienes que irte, te espera un gran día mañana -dijo ella en un último esfuerzo quitando las manos del sargento de su cuerpo y retrocediendo para poder respirar normalmente.
Bucky no había previsto esa escena, nunca una mujer lo había rechazado.
-Francamente no esperaba esto.
Abigail le sonrió - Pobre sargento no está acostumbrado a recibir un no por respuesta. Si te sirve de consuelo Bucky, no te estoy diciendo que no y es bien sabido que la espera aumenta el deseo y cuando por fin llega el momento es más extraordinario de lo que pudo haber sido.
-No me importaría que no fuera extraordinario.
-¿No te rindes tan fácil verdad?
-No, jamás me rindo.
-Por fin la encuentro -Hablo una voz a espaldas de Bucky, quien se giró para ver al recién llegado.
-Señor Stark.
-Me ha dejado maravillado con la hazaña que realizo en el escenario y entiendo que trabajando para otra compañía no quiera rebelarme la manera en que lo hizo así que tengo una solución.
-Pero señor Stark esa no...
-Por favor dime Howard y escucha, no tengo idea de dónde trabajes pero quiero darte trabajo en mi empresa, te pagara el doble de lo que estés ganando en tu trabajo actual.
Abigail sentía que una parte de su vida pasaba frente a sus ojos solo con unas cuantas variables.
-Señor Stark.... Perdón. Howard, no hay necesidad de eso, con gusto acepto al trabajo -sonrió al joven empresario que por un segundo había temblado ante una negativa.
-Perfecto, acompáñeme por favor solo para hablar de unos cuantos detalles de tu trabajo.
Howard había tomado a Abigail por los hombros para encaminarla de regreso a la expo, pero Abigail había mirado a Bucky un segundo después de haber aceptado la oferta de Howard y noto un dejó de decepción en sus ojos. Él creía que y todo lo que ella le había dicho era mentira y que solo había esperado a un mejor postor.
-Si enseguida, solo permítame despedirme.
Se soltó del brazo de Howard y fue a abrazar a Bucky.
-No lo olvides, nos veremos pronto. -Susurro a su oído.
-¿Cuánto tiempo es pronto? Ya estoy empezando a extrañarte -Susurro el también, pero su voz denotaba burla.
-Más pronto de lo que crees. -Le sonrió rompiendo el abrazo y llevándose las manos al cuello, desabrochando el colgante que pendía de el, una estrella roja de 5 puntas que coloco en la mano de Bucky. -Adios.

What if...?Where stories live. Discover now