Hora de la función

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-Demonios, que dolor de cabeza. -Se desperezo Aigail buscando el despertador de su mesita de noche, pero por más manotazos que tiro al aire su mano jamás encontró lo que buscaba. Mientras que sus ojos se acostumbraban a la luz, su cerebro comenzó a hacer las conexiones necesarias. -Sigo en los 40s, perfecto solo espero que Tony no me necesite ahora. -La joven planeaba retomar su sueño pero el ruido que la había despertado le hacía imposible conciliar el sueño.
-Señorita Abigail veo que ya está despierta.
-Buenos días Jarvis.
-Espero que haya dormido bien, planeaba llevarla a su habitación pero usted y el señor Stark se veía realmente cómodos dormidos aquí que no me atreví a moverlos.
:Yo... con Stark. ¡Dios mio!: Abigail miro de inmediato hacia su cuerpo y para su tranquilidad se encontraba vestida exactamente igual que como lo recordaba.
-Javis ¿Qué es eso que suena?
-Oh, eso. El señor Stark está en la piscina.
-¿Cómo puede estar en pie después de tremenda manera de tomar?
-Creo que su cuerpo se hace cada vez más inmune al efecto colateral del alcohol.
-Que afortunado -dijo cubriéndose los ojos con el brazo.
-¿Quiere que le traiga algo para el dolor de cabeza?
-Solo un jugo de naranja por favor, eso para mí es más que suficiente. ¿Cuánto falta para irnos?
-1 hora.
-¡1hora! - Con todo y dolor de cabeza Abigail salió brincando de la sala y se dirigió a la habitación donde Howard la había instalado, no podía aparecer frente a tantos militares con la facha de una mujer alcoholizada. Entro al baño y se ducho lo más rápido que pudo, poniendo esmero en quitar el olor de alcohol de su ser. La ropa que usaría no importaba tanto pues encima de ella llevaría una bata de laboratorio.
Cuando se estaba maquillando viendo su reflejo en el espejo se sentía emocionada, estaba a punto de presenciar el cambio de Steve Rogers y por lo que todos contaban había sido una gran proeza, algo magnifico; Abigail aun no podía creer que eso preciso le estuviera ocurriendo a ella. Por un segundo la sonrisa se le escapó, sí ansiaba ver a Steve, él había sido un muchacho muy amable con ella y por las historias sabía que también había sido una persona maravillosa, amable y compasiva pero sabía que había a alguien que deseaba ver con más fervor y que él no se encontraría ahí.
: Vamos no seas tonta, concéntrate en tu objetivo, concéntrate en Rogers. Por él estamos aquí, para eso volvimos... no, a enamorarnos.
Unos pasos hicieron eco en su habitación.
-Abigail, preciosa hay que irnos. -Dijo Howard anunciando su llegada.
-Sí, ya estoy lista. No dejemos a los militares esperando.
-Por mi pueden esperar todo lo que quieran, sin mí no hay espectáculo.
-¿Sin ti? Pensé que sin nuestro sujeto de prueba no había espectáculo.
-De él, preciosa solo necesitamos su presencia. Pero nosotros ponemos la magia -Dijo la última frase poniéndose detrás de ella y pasando sobre su cuello un hermoso collar de oro con un dije de diamante en forma de corazón.
Abigail estaba atónita, Howard era encantador, pero era el encanto propio de los Stark, ellos jamás parecían tomar las cosas enserio y mucho menos a las personas exceptuándose a ellos mismos.
-Es precioso pero ¿a qué se debe el gesto?
-Una muestra de mi aprecio.
-¿No lleva condiciones?
-Preciosa cómo piensas eso de mí, lo que pasé pasara y ni tu ni yo podremos hacer nada. Además sin ti, solo tendría la mitad del espectáculo. Te lo dije, eres mi amuleto.
-Que dramático. Vámonos ya. Quisiera cerciorarme de que todo esté en orden, no quiero poner la vida de Steve en riesgo.
-¿Steve?
-Tu sujeto de prueba Stark, el cadete Steve Rogers ¿no leíste la ficha?
-Amm no, yo me encargo de diseñar las cosas y tú de ajustar los detalles. -Abigail se había volteado a verlo y Howard aprovecho la oportunidad para plantarle un beso, fue algo fugaz pues sabía que la joven tenía carácter y a pesar a su delicada figura poseía gran fuerza. - Corre, Lola nos espera.
: Por qué tomarle importancia a algo que no lo tiene, es igual que Tony un hombre que cree que todas estamos a sus pies.
Sí el beso la había enfurecido Abigail se guardó profundamente su sentir y camino tras Howard como si nada hubiese ocurrido. Llegando a las instalaciones -disfrazadas tras la fachada de una pequeña tienda - Abigail inspecciono que todo el equipo estuviera en orden y correcto funcionamiento. Sentía en ese momento una mayor admiración hacia Steve, pues todo el conjunto de máquinas, cables, extraños objetos que aparecen y desaparecer eran verdaderamente intimidantes incluso para ella que había colaborado en su fabricación.
La mirada de la joven se quedaba atrapada en la camilla donde el cuerpo de Steve reposaría en unos momentos, ella había pasado por una situación similar cuando era niña, ese había sido el momento en que sus padres le habían temido y habían olvidado quien era ella, fue un momento que la había definido y de no haber sido por Stark ella estaba segura que estaría dentro de una instalación del gobierno, encerrada en una pequeña celda, siendo objeto de estudio de la comunidad científica. Ella habría dejado de ser una persona para convertirse en un experimento.
La sola idea la mareaba y le hacía hervir la sangre, empezaba a descontrolarse.
-Qué bueno que llegamos a tiempo, al parecer hay un problema de calibración. Abigail podrías revisar los circuitos del panel de tu derecha.
-De acuerdo, no hay problema -Y de verdad no lo había, ella sabía que todo funcionaba a la perfección pues ella había causado el aumento de energía en el reactor.

What if...?Where stories live. Discover now