Vegeta.

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Milk jamás imagino que los entrenamientos con Vegeta en la capsula de gravedad fueran un infierno. Este no le daba tiempo ni para respirar sin mencionar que Vegeta siempre la llevaba a un ritmo mas acelerado que Goku queriendo sacar el mayor potencial de esta. En una de las ocasiones Milk callo al suelo sin poder mas. Al verla Vegeta pensó que esta merecía un descanso. Sabía que Milk estaba dando todo lo que podía para complacer sus exigencias en la batalla. Jamás había tenido a un alumno que obedeciera sin chistar en todo lo que este le decía. Este agitado por la pelea se acerco a ella para ayudarla a levantarse. Al levantarse Milk quedo tan pegada a su rostro que este se ruborizó al mismo tiempo que ella.

-Gracias por ayudarme.- tartamudeo Milk mirando al suelo.

Vegeta se quede en silencio. Demonios-pensó- ¿que me esta pasando con esta maldita mujer?-

Milk se quedo mirando a Vegeta ella sabia que este tenia una guerra interna entre sus deseos sayayines y sus sentimientos humanos. Esta pensó que era mejor que el no la siguiera entrenando. Ya que entre mas tiempo estuvieran justos mas el deseo de Vegeta crecería en tenerla como su igual.

-Vegeta creo que es mejor que ya no me entrenes.- dijo Milk seriamente.

-¿Acaso no estas satisfecha con mi entrenamiento mujer?- pregunto Vegeta algo ofendido.

-No es eso mejor maestro no puedo tener...- admitió Milk mirándolo al decir esto Vegeta se sonrojo.

-¿Y ENTONCES?- espeto Vegeta de mala gana.

-Es que...Goku se molesta cada vez que me entrenas y no quiero que se enfade conmigo.- mintió Milk apenada.

-¿Y DESDE CUANDO TE IMPORTA LO QUE PIENSE KAKAROTO?- dijo Vegeta molesto conociendo a Milk ya bastante bien.

-No te tengo que dar explicaciones.- espeto Milk saliendo de la capsula.

¿Por qué demonios estoy tan molesto?- se pregunto Vegeta sin poder entender volviendo a entrenar y tratado de no pensar...

...

Milk camino rápidamente hacia la cocina donde estaba Bulma. Estaba toda sudada y quería darse un baño antes de ir a casa. No quería llegar de esa manera a su hogar había cosas y costumbres que Milk aun no cambiaba y una de ellas esta siempre limpia y presentable no como Goku. Al verla entrar Bulma sonrió sirviendo una taza de te.

-Por lo que veo ya Vegeta dejo de torturarte.- dijo esta sonriendo viendo a Milk toda golpeada y en mal estado.

-Que ni lo digas Bulma.- contesto Milk tomando un sorbo.- ¿No te molesta si me doy una ducha? apesto como a Goku cuando llega de entrenar.-

Al escuchar eso Bulma no pudo evitar reírse.

-No te dije nada por cortesía pero si necesitas un baño y urgente.- comento Bulma sonriendo.- y no te preocupes por los niños están jugando en el cuarto de Tronks.-

Milk se dirigió al baño quedándose impresionada por el tamaño. Imaginado como se sentiría vivir en una casa tan grande como esa. En ese momento entro la mama de Bulma para dejarle un poco de ropa limpia y una toalla. Milk le agradeció sonriendo, viendo a la mama de Bulma cerrar la puerta. Se quito la ropa con mucha calma pensando en que iba a preparar cuando llegara a la casa. Mirándose frente a uno de los espejos del baño desnuda. En ese momento fijo su vista en esa cicatriz que tenía en el hombro que aun no se iva. La toco con melancolía recordando del por que estaba hay:

-Turles por favor ya no me hagas marcas.- suplico Milk mirando su hombro dirigiéndole una mirada de odio a Turles.

-Tengo que hacerlo mujer, así sabrá Kakaroto y todos que me perteneces.- le dijo Turles mordiendo sus labios.

El descenso de Milk. Parte IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora