La sala secreta de la base era un lugar frío y desolado, llena de luces fluorescentes que parpadeaban de manera irregular, lanzando sombras alargadas sobre las paredes metálicas. En el centro de la habitación, Sonic, Knuckles y Tails estaban atados a un grueso tubo de metal, con expresiones que combinaban desafío y preocupación. A pocos metros, Stone permanecía inmovilizado en una silla, sus muñecas firmemente sujetas por correas de cuero, observando la escena con una calma tensa.
La puerta se abrió con un leve crujido, y Robotnik apareció en la entrada. No estaba solo; a su lado caminaba un hombre igual a él pero más viejo. El hombre llevaba al bebé en brazos, quien permanecía dormido, sin notar el caos que se desarrollaba a su alrededor. Los ojos de Robotnik se posaron inmediatamente sobre Stone, aún atado, y un destello de ira cruzó su rostro al ver la situación.
—¿Por qué mi Omega está atado a una silla como si fuera un criminal común?
Su voz resonó con indignación y un profundo desdén.
Shadow, que se encontraba vigilando la escena en un rincón, dió un paso al frente. Su postura era firme, su mirada fría.
—¿Su omega?
Robotnik frunció el ceño, pero no profundizó en el tema. Su mirada se desvió hacia Sonic, quien tenía en las manos una pequeña llave que buscaba el hombre mayor. Con un rápido y calculado movimiento, Shadow arrebató la llave de las manos de Sonic, levantándola frente a él.
—Esta llave activa el Cañón Eclipse, una máquina diseñada para restaurar el equilibrio a través de la eliminación del caos.
Tails, con el rostro marcado por el temor, levantó la voz, intentando disuadir a Shadow.
—¡Eso solo traerá destrucción! ¡No es la solución!
Shadow lo miró con frialdad, su voz profunda y cortante.
—A veces, la destrucción es necesaria para alcanzar la paz.
Aprovechando el momento de distracción, Robotnik se acercó rápidamente a Stone. Con manos rápidas pero cuidadosas, desató las correas que mantenían a su Omega atado a la silla, susurrando con calma:
—Mantén la calma, pronto estarás libre.
Stone asintió discretamente, confiando en las habilidades de su pareja. Mientras tanto, Sonic, con su tono habitual de sarcasmo, no pudo evitar intervenir.
—¿En serio, Shadow? ¿Esto realmente solucionará algo? Siempre hay una mejor manera.
Pero Shadow no respondió. Estaba enfocado en insertar la llave en la consola que activaría el Cañón Eclipse. Robotnik, ahora con Stone libre, entrega al bebé con cuidado.
—Cuida de él. Pase lo que pase.
Stone, sosteniendo a Julian con la misma ternura que un padre devoto, asintió, asegurando que haría todo lo posible para protegerlo.
Sonic, notando la gravedad de la situación, miró a sus amigos y luego a Robotnik.
—¡No podemos permitir que esto suceda! ¡Tenemos que detenerlo!
—Lo siento erizo.—decia Robotnik, mientras los demás se alejan.—no es personal.
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En el vasto interior de la base secreta, la vibración del robot cangrejo era constante. Los sonidos metálicos de sus piernas arrastrándose por el suelo resonaban en la sala, una melodía discordante con la quietud del ambiente. Dentro del robot, Shadow y Stone se encontraban en silencio. Stone estaba al mando de los controles del vehículo, asegurándose de que todo funcionara perfectamente mientras observaba la pantalla de visualización.
Por su parte, Shadow, cuyo cuerpo se encontraba tenso y firme, observaba al bebé, Julian, que descansaba plácidamente sobre un sofá cercano. El pequeño dormía profundamente, completamente ajeno a las tensiones que dominaban el entorno. Sus pequeños movimientos mientras respiraba, casi imperceptibles, daban una sensación de calma a la fría y metálica habitación. Shadow lo miraba con una curiosidad distante, como si intentara entender el significado detrás de su inocencia.
Stone, mientras tanto, movía con destreza los utensilios en la pequeña cocina del robot, añadiendo algunos ingredientes en la sartén. A pesar de la tensión constante que se respiraba en el aire, parecía encontrar algo reconfortante en la tarea simple de cocinar. Su actitud relajada contrastaba con la de Shadow, que seguía observando al bebé en silencio.
—¿Qué piensas? —preguntó Stone con una sonrisa ligera, sin apartar la vista de su tarea.
Shadow no respondió de inmediato. Mantuvo su mirada fija en el bebé por unos largos momentos, sus ojos rojos brillando con intensidad bajo las luces tenues del robot. Finalmente, con una voz grave y controlada, habló.
—Es extraño —dijo, sin perder la calma—. Un ser tan pequeño, tan vulnerable. No parece tener el peso de las decisiones que los adultos deben cargar. Pero, aún así, está en medio de todo esto. No sé si su presencia es un regalo o una carga.
Stone continuó cocinando, asintiendo levemente a las palabras de Shadow mientras lanzaba un vistazo hacia el sofá, donde Julian descansaba tranquilamente.
—Supongo que es ambas cosas —respondió con un tono suave, sin apartar los ojos de la comida que estaba preparando—. Todos tenemos un propósito, incluso él. Aunque aún es pequeño, tiene un significado que ninguno de nosotros puede comprender completamente. Quizás lo sabremos en el futuro, o tal vez no.
Shadow continuó observando al bebé, un destello de curiosidad cruzando su mirada, aunque era difícil saber si estaba cuestionando el futuro de Julian o simplemente reflexionando sobre la situación en general. La naturaleza de las circunstancias en las que se encontraba parecía inquietarlo de alguna manera, pero su expresión permanecía impasible, como siempre.
Por un momento, hubo silencio entre ambos. El sonido de la sartén y el suave susurro de las articulaciones del robot cangrejo eran los únicos ruidos que llenaban el espacio.
—Es irónico —dijo Shadow finalmente, su voz suave pero firme—. Este niño no eligió este destino, y sin embargo, está atado a él. Al igual que nosotros, de alguna forma.
Stone dejó de cocinar por un segundo, mirando al bebé mientras la luz de la habitación iluminaba su pequeño rostro dormido. Su expresión se suavizó, y aunque no dijo nada, la serenidad del momento parecía haberlo tocado de alguna manera. Después de unos segundos, volvió a ocuparse de la comida.
—Todos estamos atados a algo, Shadow —dijo con una ligera sonrisa, aunque su tono reflejaba una profundidad de pensamientos que raramente compartía. — Pero, a veces, eso es lo que nos da sentido.
Shadow, como era su costumbre, no respondió de inmediato. Pero la mirada que le dirigió a Stone fue más abierta, como si en esos pocos momentos de calma, algo de la compleja humanidad de Stone hubiera llegado hasta él. Sin embargo, al final, la quietud fue reemplazada por el zumbido del robot cangrejo avanzando nuevamente. Ambos sabían que el tiempo de reflexión era breve, que el destino seguía esperando.
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Continuará...
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𝐿𝑎 ꜰóʀᴍᴜʟᴀ 𝑒𝑛𝑡𝑟𝑒 𝑛𝑜𝑠𝑜𝑡𝑟𝑜𝑠 ||𝙱𝙻||
عاطفية☕Alfa: Robotnik. ☕Omega: Stone. ☕Mpreg, drama, acción, romance, etc. ☕No soy buena con el resumen, solo disfruten.
