La luz del sol se filtraba tímidamente a través de las cortinas de la habitación principal, marcando el final de una etapa de intenso caos hormonal. Durante días, el segundo piso de la casa se había convertido en un refugio inquebrantable, un espacio donde los instintos primitivos habían tomado el control. Ivo Robotnik, el hombre de mente brillante y afilada, había sido reducido temporalmente a un ser regido por sus impulsos de alfa, mientras que Stone, con paciencia y entrega, había permanecido a su lado, enfrentando el desafío de su marcado celo.
Ahora, la calma había regresado. Ambos estaban recostados en la cama, la intimidad de los últimos días transformándose en un silencio cómodo. Robotnik sostenía una taza de su amado café con leche, el vapor ascendiendo en espirales delicadas. A su lado, Stone sorbía un té suave, sus movimientos más tranquilos, aunque un leve nerviosismo brillaba en sus ojos.
Ivo, sin embargo, no tardó en notar algo fuera de lugar. Su mente lógica y observadora percibía la ausencia de un elemento esencial en su entorno inmediato. Al dejar la taza sobre la mesita de noche, sus ojos se estrecharon mientras dirigía su mirada hacia Stone, quien evitaba la suya con demasiada insistencia.
—Stone. —comenzó Robotnik—aunque mi atención ha estado monopolizada por las recientes circunstancias biológicas, no soy tan ciego como para no notar que nuestro hijo no está presente. Dado que su silencio es una anomalía, asumo que lo has trasladado a algún lugar. Procede a explicarte.
Stone tragó saliva y desvió la mirada, intentando ganar tiempo antes de responder. Finalmente, con una sonrisa nerviosa y las palabras cuidadosamente escogidas, habló.
—Está... a salvo, doctor. Maddie Wachowski se ofreció a cuidarlo mientras usted... bueno, mientras estaba ocupado con su ciclo.
Por un breve momento, el silencio que siguió pareció resonar más fuerte que cualquier sonido. Robotnik frunció el ceño, sus dedos tamborileando con impaciencia sobre la mesita de noche antes de hablar nuevamente, esta vez con un tono más cortante.
—¿Maddie Wachowski? ¿La esposa del sheriff y compinche del infame erizo azul? Déjame asegurarme de entender esto correctamente: ¿has dejado a nuestro hijo en manos de un grupo que incluye a un velocista hiperactivo, un zorro que apenas pasa de la adolescencia y una máquina de músculos sin cerebro?
Stone levantó las manos en un gesto apaciguador, su voz más urgente.
—Ivo, escuche. Maddie es una persona increíblemente responsable, y todos ellos se preocupan genuinamente por nuestro hijo. Sabía que no aprobaría, pero considerando su estado, pensé que era lo mejor.
Robotnik se inclinó ligeramente hacia él, sus ojos brillando con una mezcla de exasperación y desdén.
—Lo mejor, dices. Es fascinante cómo redefinimos 'lo mejor' cuando estamos desesperados. ¿Sabes cuántas variables de riesgo implica tener a nuestro hijo rodeado de esas... anomalías? He dedicado años a neutralizar a esas criaturas, y ahora mi propio hijo está en su órbita.
Stone soltó un suspiro, consciente de que no iba a ganar fácilmente esta discusión. Sin embargo, reunió valor para responder con firmeza.
—Lo sé, doctor. Sé que no confía en ellos, pero todos ellos arriesgarían lo que fuera por proteger a alguien que consideran familia. Y ahora, ese alguien es nuestro hijo.
El científico se quedó en silencio, sus dedos deteniéndose en su tamborileo habitual mientras procesaba las palabras de Stone. Finalmente, exhaló profundamente y habló con un tono más controlado, aunque aún cargado de desaprobación.
—Bien. No porque esté de acuerdo, sino porque, por el momento, no puedo abordar esta situación directamente. Pero no confundas mi tolerancia temporal con aceptación. Una vez que este inconveniente quede resuelto, nuestro hijo no volverá a estar cerca de ese zoológico.
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𝐿𝑎 ꜰóʀᴍᴜʟᴀ 𝑒𝑛𝑡𝑟𝑒 𝑛𝑜𝑠𝑜𝑡𝑟𝑜𝑠 ||𝙱𝙻||
Romance☕Alfa: Robotnik. ☕Omega: Stone. ☕Mpreg, drama, acción, romance, etc. ☕No soy buena con el resumen, solo disfruten.
