Capítulo 1. Buen Viaje

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IMPORTANTE. Las letras en cursiva en los diálogos, significa que la persona está hablando en otro idioma (concretamente el inglés). En algunos momentos escribiré ciertas palabras en inglés (y posiblemente francés), pero obviamente no siempre, para que se pueda comprender al momento.

Disfrutad de la lectura :)

Pensé que estaría mucho más tranquila, pero no era así. Fue ridículo darme cuenta de cómo era mi estado realmente. Darle el billete mientras mi mano temblaba como si fuera una gelatina, había sido bastante vergonzoso para mí. Incluso mi madre se sorprendió al verme así. No podía engañarme, era un manojo de nervios. Podía sentir mi corazón palpitar sin control, me veía obligada a controlar mi respiración, y el extraño huracán que se había instalado sin permiso en mi estómago, no me daba ninguna tranquilidad, más bien todo lo contrario.

Era muy necesario irme ya. La espera era la peor parte, imaginarme una y otra vez los problemas que podría tener, me hacían cambiar de opinión a cada dos segundos aquel viaje en solitario. Además, mi familia no hacía más que hablarme, cosa que no necesitaba, en absoluto. Me veía demasiado abrumada, demasiada información para tan pocos minutos, y lo que verdaderamente quería, era que se mantuvieran en silencio aunque fueran tan solo unos segundos. Sin embargo, no era así. Entendía perfectamente su preocupación, pero era algo que no me estaba ayudando.

Cuando mi mente empezó a plantearse la idea de dar marcha atrás, decidí que era el mejor momento de pasar aquel control. Sabía que si seguía así, acabaría por negarme a partir hacia Canadá.

—Necesito irme— dije finalmente. Volví a pasar mi mano por mi pelo, ya había perdido la cuenta de las veces que lo había hecho.

—¿Estás segura?— preguntó mi madre. Yo asentí con rapidez. O lo hacía ahora, o no saldría de aquí jamás—. Está bien.

Abracé a cada uno, les dije que les quería, y finalmente me acerqué a la cola de control.

Minutos después, billete en mano, me dispuse a encontrar mi puerta. No fue difícil dar con ella, pero aún me quedaban un par de horas más para que mi avión saliera.

Decidí comprar algo de comer, y eso que sabía que me costaría muy caro, pero en aquellos momentos moría de hambre, y más siendo las cinco y media de la mañana. Además, me deparaba un viaje muy largo.

Horas más tarde...

Decir que estaba cansada era un eufemismo. Jamás había deseado tanto cerrar los ojos y dormir un día entero. Además, para rematar la cosa, había tenido que esperar unas cuatro horas para coger el último avión, el cual me llevaría por fin a mi destino: Quebec. Sinceramente, nunca se me había pasado por la cabeza que una maleta sirviera tan bien de almohada.

Pero eso ya no importaba. La enorme ave metálica volaba con completa tranquilidad por el cielo nocturno, y por mi parte, logré dormir un par de horas en el avión, cosa que agradecí profundamente. No pienso mentir, la vista era hermosa. No perdí tiempo, hice un par de fotos para inmortalizar aquel paisaje, y después disfruté del descenso del ave. 

Minutos después mis ojos buscaban la salida. A decir verdad, el aeropuerto era realmente pequeño, por aquel motivo, no tardé nada en divisar a mis familiares al otro lado de las puertas de cristal. Ahí se encontraba mi tío junto a su mujer. Por un momento me pregunté dónde se encontraría mi prima, sin embargo, con el cansancio que llevaba encima, decidí que aquello era lo menos importante. Yo solo deseaba caer rendida sobre alguna cómoda cama. 

—¡Eva! ¿Cómo estás?— tan pronto como me tuvo cerca, mi tío me rodeó con sus brazos, cosa que me cogió un poco desprevenida. Hecho esto mis ojos se toparon en su mujer, mi tía. 

Más que un errorWhere stories live. Discover now