Capítulo 16

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No dije nada, no podía, me quede ahí mirando como sus ojos se fundían mientras intentaba no tener una crisis nerviosa, sus palabras continuaban haciendo eco en mi mente.

Me gustas a mí. Oh diablos.

—En serio me gusta dejarte sin palabras —Rodeo mi cintura con su brazo y descansó la otra en mi nuca, guiando sus labios a los míos corto por primera vez en semanas la distancia entre los dos.

Sus labios eran suaves contra los míos, cerré los ojos y me perdí en ellos, había algo en la forma en la que me besaba, tanto sentimiento, tanto deseo, se sentía justo como había imaginado un beso suyo, se sentía bien y no solo en un nivel físico sino en un nivel emocional, me sentía en casa. Deje que su lengua se entrelazara con la mía mientras profundizaba el beso, pase mis manos alrededor de su cuello y lo atraje más hacia mí, no tenía suficiente de él, y por primera vez en tantos años nada más me importaba.

Me separe de él deseando que no acabara nunca, deje mis brazos envueltos alrededor de su cuello y no sé cuánto tiempo más lo mire.

—Lo siento —Susurre.

—Nunca te disculpes por algo como esto —Sonrío ampliamente.

Descanso su frente con la mía y yo podía escuchar a lo lejos el sonido de mi celular, pero decidí ignorarlo, quería guardar este momento bajo llave y revivirlo cada día después de hoy.

—Creo que es el tuyo.

—¿Eh? Oh, si —Me aleje de él sintiendo todavía el hormigueo en las piernas, busque en mi bolsa el celular y conteste.

—¿Jessica?

—¿Qué ocurre mamá?

—Es tarde ¿Dónde estás? .

—Diablos —Sisee —Estaré ahí en diez.

—Con cuidado Jess.

Colgué y arroje el celular al bolso, metiendo mi portátil y mis demás cosas me regañe mentalmente por haberme demorado tanto, ahora tendría que dar explicaciones.

—Continuamos mañana —Le dije a Caden sin mirarlo.

—¿Quieres que te acompañe?

—¡No!, No, está bien —Le di una pequeña sonrisa y pude percatar un poco de decepción en su rostro.

Camine a la puerta confundida porque no sabía si tenía que darle un beso de despedida o solo decir buenas noches, quería golpearme por ser tan tonta en situaciones como estas, me detuve antes de bajar las escaleras y me volví hacia Caden, seguía parado debajo del marco de la puerta mirándome como si nunca fuera a regresar.

—Caden —Llame en cuanto aparto la mirada de mí. Volviendo a mirarme metió las manos en sus bolsillos —También me gustas a mí. Buenas noches.

Y corrí escaleras abajo, choque con Justin en el borde de la puerta y me gane una mirada de odio, me habría gustado decir algo inteligente pero teniendo en cuenta que no era de su agrado di un simple hasta mañana y corrí hasta doblar en la esquina, sabía que Caden no me había seguido, pero no estaba segura que hacer después de que se me ocurriera semejante revelación así que decidí asegurar la poca dignidad que aún me quedaba.

***

No estaba muy convencida de que hacer en cuanto me topara con Caden en la clase de ética, sabía que estaba sobreactuando en muchos aspectos pero dadas las circunstancias que nos rodeaban estaba en terreno desconocido, Jessica la "no quiero lazos de amistad con nadie" había hecho la cosa menos inteligente ¿en qué demonios estaba pensando?

Pero como no era buena con eso de preparar lo que iba a decir me decidí por dejar de dar vueltas en la cafetería y enfrentar lo que sea que me dijera, yo era más de vivir el momento antes que planearlo. Así que dando una última respiración cruce la puerta y la sonrisa que había colocado en mi rostro se borró cuando me encontré con la agradable Deborah sentada en la paleta del banco de Caden.

Ella se había ganado una mala palabra de mi parte.

Zorra.

Me senté en mi lugar dándole una simpática sonrisa a Deborah, estaba segura que se había visto más falsa que su nariz, pero que más daba.

El Sr. Peters entro y Deborah regreso a su lugar eso por algún motivo me arranco una sonrisa.

—¿Castigada de por vida por llegar tarde? —Su susurro erizo los vellos de mi nuca.

—Solo hasta que consiga mudarme —Dije en su mismo tono por encima de mi hombro.

Se rio en voz baja. Rodé los ojos reprimiendo una sonrisa, afortunadamente el nudo en mi estómago había desaparecido.

—Me hago responsable de eso.

Antes de que pudiera contestar el Sr. Peters me interrumpió —Los temas que veremos el día de hoy deben de ser agregados a su ensayo al igual que las biografías de los personajes que voy a escribir en el pizarrón, espero que se estén esmerando con sus trabajos y hayan logrado una buena armonía con su compañero. —Estaba segura que la sonrisa del profesor lucia diabólica en tantos sentidos.

—¿Tu que dices Jess? ¿Hemos logrado una buena armonía?

—No hagas que la destruya Whitman —Le mostré mi mejor sonrisa. Alzo las manos y se desparramo en su asiento mordiéndose el labio inferior intentando no reírse, cosa que lo hacía ver realmente hermoso, pero me obligue a mantener la mirada al frente antes de que me sacaran de la clase por mirarlo como lo miraba.

Caden se pasó la mitad de la clase tirando de mi cabello y haciendo comentarios tontos en mí oído, para la recta final de la clase ya habíamos conseguido que un radio de tres bancas nos mirara sin mencionar la forma en la que Deborah destruía la goma de su lápiz. Cuando el timbre sonó me hubiera gustado salir corriendo, no porque quisiera huir de lo que sea que me fuera a decir, sino porque el chico de a lado y sus tres amigas me miraban como si tuviera tres ojos. Odiaba tener demasiada atención en mí.

—Creo que tendremos que poner en práctica eso de leer más y hablar menos

—¿Tenemos? —Enarque la ceja —Creo que TÚ tienes que poner en práctica eso de hablar menos —Caminamos por el pasillo hacia la cafetería.

—Es una insinuación.

—Es una sugerencia —Aceleré el paso.

Soltó una carcajada —¿Por qué no tomamos un almuerzo decente hoy?

—¿Acabas de ofender mi almuerzo?

—Pienso recompensarlo —Tomo mi mano y me llevo al lado contrario de la cafetería.

—¿Qué demonios haces?

—Fugarme de la escuela con mi atractiva compañera de clase —Dejo a la vista su hoyuelo mientras abría su auto.

—Oh, no, no lo creo ¿Estás loco? Si se dan cuenta, entonces ni mudarme de casa me salvara de un castigo de por vida.

Caminó hacia mí nivelando su mirada con la mía —¿Y si te convenzo? —Tomo mi barbilla con sus dedos y deposito un suave beso en mis labios.

Suspire.

—Tienes serios problemas de seguridad —Sonreí —Date prisa antes de que cambie de opinión.

Acomodándonos dentro de su auto me lanzo un mirada significativa, saco el auto del estacionamiento y nos alejamos de la escuela hacía ningún lugar que me importara, no mientras él siguiera a mi lado.



Try Again ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora