Capitulo 10

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Decidí saltarme la siguiente clase, así es algo estaba realmente mal conmigo, pero necesitaba pedirle una disculpa, algo en el fondo de mi subconsciente me empujaba y sabía que era pero seguía ignorándolo, vague por los pasillos buscándolo pero no tuve suerte, seguramente no le importaba tanto como creí.

La culpa era una perra.

Caminé hasta la biblioteca convencida de esperar que terminara el resto de la clase pero antes de que siquiera cruzara la puerta lo vi, estaba de espaldas a mí frente a uno de los estantes. Vacile, ¿Por qué no se me había ocurrido buscarlo aquí? Pensé en caminar hacia él pero ¿Qué iba a decir? ¿Lo siento?

Él se movió encontrándome ahí en la puerta, su mirada se tiño con sorpresa pero se repuso rápidamente.

—Lo siento —Me abofetee mentalmente. Me miro otro segundo más en silencio y después habló concentrándose de nuevo en los libros que sostenía.

—¿Qué haces aquí?

—Quería disculparme y entregarte esto. —Mostré la pequeña memoria en el aire pero no me miro.

—No importa.

—Creí que tenías tareas importantes en ella.

—No me refería a eso.

Suspiré. —Caden, yo... —Me acerque más a él —No debí haber dicho lo que dije, no debí haber reaccionado de esa manera. Rayner no paraba de decir estupideces y yo solo...

—¿De verdad no somos amigos?

No esperaba eso —¿Lo somos?

—Creí que lo éramos.

La culpa me invadió —Escucha, no pensé lo que dije ¿de acuerdo? Solo no quería que tuvieras problemas con tu novia por mi culpa —Caden me miro callándome con su intensa mirada, era una mirada cautelosa, casi coqueta que hizo que mi estómago hiciera todo tipo de cosas, camino en mi dirección con cuidado mientras yo retrocedía topándome con otro estante lleno de libros, no me moví, puso sus manos a cada lado de mi cabeza colocando dos libros en su lugar detrás mío, sus ojos nunca abandonaron los míos.

—Deborah no es mi novia —Su aliento fresco se mezclaba con el mío. Intente responder pero no pude, su boca estaba a solo centímetros de la mía un solo paso y la distancia se terminaba entre nosotros. Quería romper esa distancia.

—Creí... —Empecé a susurrar pero me corto.

—No creas todo lo que te digan de mí —Se alejó dándome la espalda de nuevo.

—Bien. —Coloque su USB en la mesita de a lado esperando que no viera el temblor de mis manos, pero se adelantó y la tomó cuando aún no la había soltado. Sus dedos rosaron los míos y me dio una sonrisa torcida alejándose nuevamente de mí.

Salí de la biblioteca sintiendo aún la inquietud de la situación, no sabía que había pasado ahí adentro pero tenerlo tan cerca me había bloqueado por completo. Nunca el corazón se me había acelerado tanto, nunca desee tanto que alguien me besara como lo había deseado hace unos segundos y eso estaba mal, muy mal. Odiaba tanto que él viera lo vulnerable que podía llegar a ser. Sabía que si eso llegaba a pasar mis planes de irme se desvanecerían así como yo.

***

Decidí irme después de eso, honestamente solo tenía una hora aburrida en la que tenía que correr alrededor de la cancha y ¿Quién quiere eso? Así que regrese a casa temprano. Cuando baje del auto Ted estaba en mi porche.

¿Qué estaba haciendo en mi porche?

—Hola Jessica.

—Hola —Lo ignoré buscando las llaves en mi bolso

Try Again ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora