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"¿qué se supone que buscas?"

"es difícil de explicar." dijo louis, entrecerrando los ojos y doblándose un poco para obtener una mejor vista de la parte inferior de la pizarra verde.

su ceño se frunce en concentración y toma uno de los gises a su costado para comenzar a escribir algo de lo que el mayor no es consciente. lleva puestos unos skinny jeans negros y un suéter de gran tamaño color azul cielo. sus jeans están doblados dejando a la vista sus talones y de alguna manera resaltando las vans negras que llevaba ese día.

era algo curioso como louis solía vestirse algunos días. aveces parecía enfocarse tanto en encontrar un atuendo y aveces parecía no importarle su apariencia. y no es que louis se viera mal, pues aún si llevara puesto unos pants holgados, una camisa básica y el cabello despeinado, harry lo seguiría considerando lindo.

hoy su atuendo era sencillo, diferente a los días en los que el menor usaba un largo saco o una chaqueta marrón e incluso zapatos de vestir. o cuando su cabello estaba perfectamente estilizado de manera plana y cayendo sobre su rostro. hoy, louis llevaba el cabello despeinado y parecía ser debido a la falta de sueño la noche pasada.

harry intentaba con todas sus fuerzas disfrutar del muffin de plátano con nuez que había traído, junto con su capuchino y la misma orden para louis. en verdad lo intentaba; pero con un chico de resaltables curvas y un gran trasero inclinándose delante de tí, era bastante difícil.

el rizado no era un depravado o algo semejante, pero la manera en la que las caderas y el culo del más chico se movían de un lado a otro mientras este escribía en el pizarrón, era letal y mortífera, causándole un rubor en el rostro y un dolor en sus jeans cuando el menor tomó de sus pantalones y los subió aún más, como si estos se estuvieran cayendo.

y louis tampoco lo hacía a propósito, en verdad no lo hacía.

cuando el ojiazul se volteó inesperadamente, harry bajó la mirada apenado y algo nervioso, aunque el chico no tuviera la menor idea de que hace unos segundos él había estado observando su trasero.

como sea, louis se aproximó a la mesa y tomó asiento a un lado del mayor, tomando el muffin con sus dos pequeñas manos, pues una no era suficiente para tomarlo de la misma manera en la que harry lo hacía, y le sonrió al mismo con cansancio.

"busco un número." comenzó a decir, tomando un poco del café que h le había traído en la mañana y dándole una morida a su muffin. louis simplemente podría comer muffins todos los días si eso hacia feliz al más alto. "un número perfecto, un número que sirva para resolver cada una de las fórmulas sin excepción."

"¿quieres decir un número divino?" bromeó harry, pero al instante se sintió idiota pues el chico estaba bajo demasiada presión y no creía que estuviera para bromas en ese mismo momento.

pero louis también rió, y harry se sintió aliviado.

"podría decirse." habló l con una sonrisa y tomando una mordida más de su muffin. no era fanático del sabor de este, pero las nueces eran algo que él disfrutaba.

"¿y cómo se supone que lo encontrarás?" preguntó h con curiosidad, observando las facciones del chico mientras este masticaba y tomaba de su café, encogiéndose de hombros.

harry ni siquiera sabía su sexualidad. suponía que de chico había tenido novias aunque no recuerda haber tenido una los pasados años. es decir, había salido algunas veces al cine con algunas chicas que se lo proponían, seguramente también había besado a unas cuantas pero jamás se había enamorado de una.

de igual manera, tampoco recuerda haber sentido este tipo de afecto por un chico. algunas veces cuando se encontraba con un chico lindo harry solía pensar "ese chico es guapo" pero sólo eso. aún cuando sabía que no eran comentarios que un chico hetero haría. a harry no le importaba.

hay tanta gente linda en el mundo. ¿por qué solo llamar "lindo" al género opuesto?

harry no lo entendía y eso le intrigaba un poco.

pero ahora, observando cada facción de louis, sus labios rosados, sus largas pestañas, sus ojos azules y brillosos, los delicados movimientos de sus manos e incluso el sonido de su voz, harry suponía que quizás era gay.

"¿qué sucedió con tus lentes?" preguntó de repente cuando se encontró a su mismo en un estado de trance, provocado por la belleza etérea del menor.

louis volteó a verlo, terminó el bocado de muffin que se encontraba masticando, y bajó la mirada.

"los perdí." contestó con las mejillas color carmesí.

harry supo que había una pequeña mentira en su voz pero aún así pregunto. "¿dónde los perdiste?"

"no importa, eran ridículos."

"no, no lo eran, lou." negó h con la cabeza y observando como el más chico fruncía el ceño y bajaba aun más la mirada. "además, no son sólo un accesorio. los necesitas para ver bien."

"sí lo eran... y no importa, puedo ver bien de todas maneras."

el tono que louis había usado en harry había sido duro y grosero y harry no pudo evitar fruncir el ceño, confundido.

"lou..." hizo un intento de tomar la delicada mano del ojiazul en la suya pero este de inmediato la retiró, volteando la cabeza de modo en que le era imposible mirar al mayor.

"no me llames lou."

"¿por qué?"

había lástima en la voz del más alto y louis comenzó a sentirse culpable, pero permaneció indiferente. "sólo zayn y niall me llaman así."

"l-lo siento, lou-louis. yo no lo sabía." dijo el rizado preocupado. "puedo sólo llamarte "louis" si quieres."

"no, de hecho, puedes sólo irte." espetó louis de mala manera.

"¿qué?"

"puedes irte, harry. vamos. no tengo tiempo para que un chico atractivo venga a fingir que le agrado y me traiga café cada día solamente para burlarse de mí." dijo louis, con un nudo en la garganta y los puños cerrados. "estoy bastante ocupado para esto."

hubo un extraño sentimiento en el pecho de harry. no quería enfadarse con el castaño o sentirse ofendido por sus palabras, pero la manera en la que louis le hablaba no era reconfortante en ningún sentido. era como si el pequeño y delicado louis que conocía hace apenas unos días hubiera sido remplazado por un pesado louis que tenía que apretar los labios para no romper en llanto.

y harry hubiera estado demasiado extrañado, si no conociera exactamente ese sentimiento.

gemma aveces lo hacía. gemma era insegura.

y louis también era inseguro.

entonces el más alto se levantó, tomó sus cosas y depositó un suave beso en la cabeza del más chico para aproximarse a la puerta del estudio y mirar por última vez al chico de ojos azules.

"no te preocupes, louis. sé exactamente como te sientes." dijo por último, sonriendo tiernamente aunque el menor no pudiera verlo y saliendo por la puerta para después cerrarla.

el estudio quedó en completo silencio.

louis se levantó y colocó las cortinas, dejando el salón en completa oscuridad y después se volvió a sentar en la mesa, con la mirada perdida y con el cuerpo temblándose sin motivo alguno.

una vez que verificó que se encontraba completamente solo, se llevó el vaso de café a los labios y disfrutó se su sabor, mezclándose con el salado sabor de sus propias incoloras lágrimas.

the divine zero (l.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora