Siete cabezas son mejor que dos

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- Esta bien, cariño, sólo fue un accidente – le animaba Johannah, consolando a su niña.

- Todo fue culpa de ese estúpido ratón, ese tonto y maldito ratón – gruñó Daisy.

- ¡Daisy! – exclamó Daniel.

- Daisy, por ahora lo que necesitas es descansar – aconsejó Lottie -. Además, creo que estuviste increíble.

- Si quieres podemos compartir el premio – propuso su hermana gemela -. Después de todo estábamos en la misma categoría.

- Gracias, Phoebs – agradeció Daisy, aunque no se sentía muy feliz de compartir el premio.

- El lado bueno de todo esto es que iremos a comprar helado ¿Te parece, Daisy? – le animó Eleanor -. ¿Con chispas de chocolate y galletas Oreo?

Daisy esbozó una sonrisita, la primera desde el accidente. Eleanor tenía aquella facilidad de alegrarle el día a cualquiera tan solo con pequeñas palabras o acciones.

- ¡Helado! – gritó Ernest mientras aplaudía.

- Esa escayola se ve muy pálida – comentó Felicite, trayendo una cesta de marcadores -. Se vería mejor si la decoramos un poco.

- Siéntanse en libertad de pintarla como deseen – contestó Daisy, colocando su pierna en un apoyador de pies.

Eleanor Calder fue acompañada a la tienda junto con Louis para comprar helado suficiente y guarniciones. Louis no estaba feliz del todo.

- Se recuperará. Daisy es fuerte y muy optimista.

- Ya lo sé. Solo que me molesta que se haya caído. Digo, fue la única. Y pensar que planeaba llevarlas a un parque acuático en Londres – Louis explicó con tristeza en lo último.

- Oh, Louis – la castaña rodeó un brazo por su cuello -. La intención es lo que cuenta, cariño. Podría ser en otra oportunidad ¿Qué me dices de ese circo en Londres que tanto le fascina a las niñas? Ernest y Doris todavía no lo conocen y estoy segura que puedes alquilar un carrito para desplazar a Daisy. A ella le encantará.

El ojiazul se giró hacia su chica, agradecido de tan fantástica idea.

- No sé que hice para merecerte, pero sea lo que fuera, no se que haría sino estuviese a tu lado.

***

Edward y Andy se habían reunido en la casa de este último para evaluar las posibilidades de quien era el hacker y que podrían hacer al respecto. Instalados en el estudio y con datos anotados en una gran pizarra blanca, discutían profundamente el asunto:

- Es obvio que The LoUders esta jugando sucio, inclusive su representante. Por lo que tuvieron que haber filtrado a alguien mientras nos encontrábamos ausentes o pudieron haber diseñado un virus invisible que se filtró en el sistema.

- No existen los virus invisibles – Andy le contradijo -. Pero el virus pudo estar camuflado ¿Comprendes? Tal vez dentro de una carpeta inofensiva o algún dato que parecía insignificante.

- Es una buena teoría – asintió Edward, escribiendo la palabra VIRUS en la pizarra -. Pero rememorando el lugar de los hechos: las carpetas de los archivadores también estaban vacías. Es decir...que el virus...

- ...se filtró desde nuestras computadoras – completó Andy e hizo una pausa al razonar un poco más -. Pero alguien tuvo que haber entrado.

- ¿Pero cómo? – Edward se preguntó, estrujándose el cerebro -. Nosotros somos los únicos que tenemos la llave y las copias de repuesto las tiene George, el conserje.

The Styles Twins: The Final Challenge (Final)Where stories live. Discover now