Fast Enough | The Flash

Capítulo 9

La alarma de mi celular me despertó, eran las 9:00 am, se me había olvidado que Joe quería verme en la estación de Central City para platicar sobre un asunto importante, así que aún en pijamas me levanté y me fui a preparar algo para desayunar.
Cuando salí de mi habitación, mi padre ya no estaba como siempre, él tenía la manía de levantarse antes que yo para irse al laboratorio. Al dirigirme a la cocina, escuche la voz de una mujer en la habitación de mi padre, me asusté tanto que no pude aguantar un grito. Caminé hacia allí e intenté abrir la puerta pero fue en vano ya que estaba cerrado con seguro. Busqué en el llavero de la casa si había alguna llave que pudiera abrir la habitación, pero no la había. Así que volví hasta allí, pegué mi oreja a la puerta y pude escuchar con más claridad aquella voz, no paraba de decir "Buenos días doctor Wells", su tono era como robótico o algo por el estilo. Estuve así un buen rato hasta que la voz desapareció, me fui a la cocina para servirme algo de cereal y un poco de jugo para desayunar.

Terminé, volví a mi habitación para cambiarme de ropa y cepillarme el cabello, agarré mi pequeña mochila en donde guardaba las cosas importantes que utilizaba diariamente, agarré mi teléfono celular y le mandé un mensaje a Joe que dentro de 15 minutos estaba con él, por último agarré las llaves del auto y me encaminé hasta allá.

Llegué a la estación, estaban tranquilos, era algo raro que el lugar estuviera así. Vi que Joe estaba en su pequeña oficina, estaba tomando su café en su taza favorita, que era la que le había regalado para el día del padre. Caminé hasta ahí y Joe se levantó para darme un abrazo.

—Buen día Nina —me sonrió y me ofreció un asiento libre.

—Buen día Joe —le regresé la sonrisa—¿De qué querías hablar conmigo? —él estaba apunto de decir una palabra, cuando entró una ráfaga de viento a la oficina que hizo que me despeinara toda. Miré rápidamente hacia la ventana y estaba cerrada, así que me giré hacia la puerta y allí estaba Barry.

—¡Barry! —dijo Joe con una expresión de sorpresa y con una mirada de culpabilidad.

—Hola Nina, lo siento, no sabía que iban a estar ocupados. Regreso luego —dijo nervioso y salió de la oficina tropezándose con la puerta.

—Bien, yo quería hablarte de...

—¿Cómo es que él llegó sin que lo notáramos? —lo interrumpí. Pero es que, Barry era todo menos silencioso cuando llegaba a cualquier lugar, no creo que haya cambiado de hábitos en todo ese tiempo en el que aún yo seguía en coma.

—Olvídalo Nina, no cambiemos de tema —Esta claro que quería evadir mi pregunta. Pero es Barry y él me estaban ocultando algo—Quería saber si querías seguir trabajando aquí, ya que tu puesto no se lo hemos dado a nadie.

—El trabajo... —¿cómo es que me había olvidado?, aparte ya no sabía si quería seguir trabajando aquí, puesto que últimamente me ha interesado la ciencia como a mi padre—¿Me das tiempo para pensarlo Joe? —dije apenada, apuesto que tenía ese rubor en las mejillas.

—Por supuesto, pequeña Nina.

—Bueno, tengo que irme. Te veré luego —me levanté de la silla y caminé hasta él para darle un pequeño beso en su mejilla, y después de eso salí de la oficina.

Estaba por irme de la estación, pero antes fui a hablar con Barry, la platica de ayer no estuvo tan bien que digamos entre los dos, así que quería asegurarme de que las cosas estuvieran bien entre los dos. Subí las escaleras con toda la naturalidad posible, y di pequeños golpes en la puerta de su laboratorio.

—¿Puedo pasar? —dije tímidamente asomándome al lugar.

—Por supuesto —me sonrió con esa sonrisa tan suya y giró su cara hacia su computadora. Cada vez que me dedica esa sonrisa, siento que mis piernas en cualquier momento me van a fallar. Caminé despacio hasta él, no quería interrumpirlo con mi espantoso caminar.