COBARDE

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                  COBARDE

ETHAN.

Iba a perderla. Justo en el momento en que se enterara de lo que hice, April me dejaría. Estaba seguro de ello.

Ella estaba frente a mi esperando saber a qué se refería Zacharías o incluso mi madre cuando me tildaban de peligroso, pero siendo honesto jamás estaría preparado para decirle, había creído que quizá con el tiempo y al confiar en ella podría hablarle sobre aquella noche pero cada día me sentía menos capaz de hacerlo. Si tenía que ser un cobarde a cambio de no perderla, entonces sería un cobarde de principio a fin.

-Ve a dormir, April.-sentencié tomando camino hacia el área de la piscina, necesitaba aire fresco, el nudo en mi estómago y la sensación de angustia creciente, estaban dominando mis sentidos.

-Ethan por favor... habla conmigo.-pidió tomándome del brazo. Al ver su rostro lleno de incertidumbre... Que hermosa era, aún preocupada. No podía estar sin ella. Ya no.

-No puedo, April.-besé su frente y noté la desilusión en cada una de sus facciones, su mano cayó soltando mi brazo y yo retomé el camino.

Sin importar cuantos años pasaran y cuanto me alejara, lo que había hecho me asediaba sin descanso. Mi insomnio, mi ansiedad, mi soledad, mis culpas... de nada valían, nunca saldaría mi deuda y ahora el pasado amenazaba con robarme lo único bueno de mi presente y futuro.

¿Cómo?, ¿Cómo carajos le decía que yo había matado a mi padre? Me temblaba el alma, si es qué realmente tenía, de sólo imaginar su rechazo.

APRIL.

Amaneció y él nunca subió a dormir. Sentí tanto frío pero no era algo climático, sentía frío en el corazón. Algo andaba muy mal y él sólo sabía alejarse de mi. Lo que podía deducir es que era algo grave, tanto que fracturó sus relaciones familiares.

En lo ojos de Ethan anoche pude ver lo atormentado que estaba y cuánto lo consumía. Me sentí tan triste de que tuviese que enfrentarse a eso sólo, y me sentí peor al darme cuenta de que yo contribuí en la cena de ensayo a que se sintiera tan fuera de sí. No pegué un ojo recordando cada gesto y acciones de Ethan con Nate y conmigo. Podían decir lo que quisieran, yo lo conocía y estaba segura de que jamás nos haría daño. Debí escucharlo y mantenerme alejada de Zacharías, a final de cuentas él no me había dicho nada pero fue evidente su intención de crear desconfianza y discordia entre ambos.

Ethan había sido totalmente comprensivo conmigo en cuanto a mi pasado, no me presionó más acerca del tema y esa noche de la inauguración fue tan dulce y dedicado a hacerme sentir mejor, que sin duda se merecía lo mismo a cambio. Le daría el tiempo necesario para poder expresarse sin exigencias.

Bajé a buscarlo para desayunar juntos y lo hallé dormido en una tumbona, me partió el corazón verlo allí, me sentía culpable. Lo más probable es que no hubiese querido subir al dormitorio para evitar que lo presionara.

Acaricié su cabello sedoso y luego bajé por su frente, llegué a sus mejillas y luego a sus labios. Seguía en pantalones de vestir y la camisa blanca del traje de la cena. Lucía tan sexy que quise abalanzármele y llenarlo de besos. Él se movió y comenzó a abrir los ojos sintiendo la incomodidad de la claridad.

-Buenos días, guapo.-besé fugaz sus labios y él trato de incorporarse.

-April...-dudó.-¿Dormí aquí?

-Así parece. Debes estar molido, no ha de ser muy cómodo ¿o sí?-intenté hacerle ver que no estaba molesta ni tocaría más el tema.

-No me di cuenta en que momento me dormí.-confesó estirando su cuerpo.-No existe lugar más cómodo para dormir que enredado entre tus piernas.-dijo haciéndome sonreír, parecía estar de buen humor también.

TERCER ENCUENTRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora