DESEOS INCONTROLABLES

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      Deseos incontrolables

—Yo... es qué...—termina de hablar que pareces idiota. Pensé.—...Lo siento esto es nuevo para mí... tu mirada es muy avasallante, me resulta embarazoso.—concluí al fin sin mirarlo.

—April mírame.—me pidió dulcemente.

Sabía que sería un error que me desestabilizaría por completo al sumergirme en el azul profundo de sus ojos pero aun así cedí; lo miré y supe que él podría hacer lo que quisiera conmigo.

—No tienes ni idea del esfuerzo que estoy haciendo por controlar el deseo de besarte y poseerte completamente April.—soltó con el deseo palpable en cada una de sus palabras, haciendo que se me tambaleara la decencia, causando en mi un sonrojo inevitable, sintiendo como el fuego del apetito que le tenía a este hombre me consumía y mi ropa interior se sintiera húmeda. Estuvimos un par de minutos mirándonos, dejando que nuestras miradas expresaran las ganas contenidas, podía imaginarlo sobre mi embistiéndome una y otra vez, lo deseaba aquí y ahora...

Alguien se aclaró la garganta sacándonos del trance y penetrando nuestra burbuja de tensión sexual, era el chico que al percatarse de lo evidente dejo los platos y se disculpo en seguida largándose a quien sabe donde.

Ambos dimos un vistazo a nuestros waffles de chocolate con rodajas de frutas y sirope de crema de maní que aunque lucían muy apetecibles, para nada era lo que deseaba comer en esos momentos. Tomé un pequeño sorbo de mi limonada de melocotón pero de nada sirvió, mi garganta seguía seca porque lo que necesitaba era el manjar de sus labios para saciar mi sed.

Removí mis piernas rozando levemente su pantorrilla el suspiró de deseo.

—April...—su voz áspera y ronca cargada de lujuria me tomó desprevenida y mordí mi labio inferior intentando reprimir la desesperación por tenerlo. Me miró y exhaló fuerte.—Salgamos de aquí. Tengo una habitación en este hotel pediré que lo suban.—suplicó levantándose y yo sin medir nada de lo que pudiera pasar a continuación también me levanté, él me ayudo retirando mi silla, entrelazó su mano con la mía y esto solo incremento el deseo. Su piel estaba tan caliente que sentía arder la mía bajo la suya.

Le pidió al chico que nos atendía que lo enviara a la habitación y escuché que dijo algo más pero mis sentidos estaban nulos por el deseo en ese momento.

Dejé que me guiara hasta las grandes puertas de cristal que eran la entrada al hotel y un botones nos dio la bienvenida. Fuimos directo al ascensor aun tomados de la mano.

Todo a mi alrededor era tan irrelevante porque lo único importante en ese momento me estaba tomando de la mano.

Llegó el ascensor, al entrar y cerrarse las puertas Ethan marco PH y nos fuimos el uno sobre el otro. Nuestros labios se encontraron apresuradamente y fue celestial sentir su lengua explorar mi boca mientras mis manos se hundían en su cabello queriendo fundir su ser con el mío. Toqué, succioné y saboreé sus labios y lengua mientras gemíamos sonoramente. Sus manos se deslizaban por mi espalda y yo me arqueaba de placer. El ascensor se detuvo en el piso #8 y nos separamos abruptamente jadeando y desordenados hasta el alma.

Una pareja con niños nos miró de forma reprobable e Ethan solo pudo sonreír colocando sus manos sobre su evidente erección intentando cubrirla. Yo en cambio deseaba que la tierra me tragara de lo avergonzada que me sentía.

Estos solo se enfurruñaron delante de nosotros poniendo a sus hijos al frente sin permitirles ver hacia atrás. Miré a Ethan quien solo seguía sonriendo haciendo que yo también riera. Se bajaron un par de pisos mas arriba y nosotros llegamos por suerte al añorado Pent-house y salimos casi corriendo del ascensor.

TERCER ENCUENTROWhere stories live. Discover now