19

78 10 1
                                    

La depresión era algo horrible. He estado lidiando con ella por 4 meses. Pareciera que no logro dejar ir algo que ni siquiera sabía que quería. Ni siquiera sabía que estaba embarazada y perder mi niño de ese modo fue desconsolador. Sé que el doctor dijo que era normal, pero aún no parezco ser capaz de pasar el hecho de que incluso pasó. Me siento tan vacía y duele demasiado.

Dejé la escuela porque no podía tolerarlo. Todos podrían pensar que estoy loca, pero quedé realmente devastada. Incluso es peor lo que le hice a Peter. En mi tiempo de pena, dejé ir la única cosa más sólida en mi vida. No quería encararlo o pensar en él. Estoy segura que esto hizo mi depresión mucho mayor.

Nadie en mi familia siquiera dirá más su nombre. Rochi sí, en cambio. De vez en cuando me pone al día respecto de qué está haciendo. No parece que le esté yendo mejor que a mí. No sólo me perdió a mí, sino también a su mejor amigo. Al menos yo aún tengo a mi mejor amiga.

Difícilmente salí de mi habitación. Al principio, sólo me quedaba recostada y miraba llorando las paredes. Me he puesto mucho mejor ahora, al menos puedo leer nuevamente. Me escapo en mis libros donde todo parece mucho mejor que mi propia realidad.

Un golpe llega de mi puerta, y me encojo esperando que nadie venga a intentar levantarme el ánimo nuevamente. Todos han estado aquí al menos una vez. Bueno, no Marie. Creo que de algún modo entiende que ver su panza creciendo me mataría. Odio estar perdiéndome su embarazo, pero simplemente no puedo hacerlo. Es algo más de lo que nadie de mi familia tampoco hablará. Ni siquiera sé si es niño o niña. No puedo obligarme a preguntar.

—Querida, ¿estás despierta? —pregunta Emi desde la puerta.
—Sí, estoy despierta, ¿qué necesitas? —pregunto con voz aburrida, esperanzada en que se vaya.
—Necesito que te levantes y vistas. Tengo algo que necesito mostrarte. —Pone sus manos en la cadera y pone su cara severa.

No hay forma de evitar que consiga lo que quiere.

—Está bien, estaré abajo en un minuto.

Después de que deja mi habitación, tomo una rápida ducha y me tiro encima unos jeans limpios, una camiseta blanca lisa y mi sudadera con capucha de la universidad.

La encuentro abajo, en la sala, y me guía hacia afuera, hacia su brillante Mercedes blanco. El camino es silencioso y si ella no iba a hacerme hablar, entonces no iba a hacerlo. Empecé a reconocer parte de la escena por la que estábamos pasando y mi estómago se cayó. Sé exactamente dónde nos dirigimos. No he estado aquí en unos cuantos años y no sé por qué no pensé en esto antes. Ver la tumba de mi madre será bueno para mí. Ella siempre escuchó lo que tenía para decir y no me juzgaba por los errores que cometí.

Cuando Emi estaciona el auto en el pequeño estacionamiento al lado del cementerio, estoy saliendo por la puerta y corriendo hacia su tumba, antes de que Emi incluso apague el auto. Corro a través de la pequeña puerta de la valla metálica y me dirijo directo hacia ella. Está cerca del medio y corro detrás de las lápidas en la fila delante de la de ella. Nunca me ha gustado pisar en los lugares donde los cuerpos están en realidad.

Espero poco antes de llegar, y veo una nueva lápida al lado de la de ella. Es pequeña y muy nueva. Camino directo hacia ella y empiezo a sollozar con fuerza. Dice: "Bebé niño o niña no nacido. Puede que nunca hayas visto el mundo, pero tu mami y papi siempre te amarán". No puedo creer que mi familia hizo esto. Tengo una sensación de conclusión después de ver esto, porque realmente perdí un hijo. Puede que ni siquiera haya nacido, pero aún así lo perdí.

Escucho a Emi acercarse y arrodillarse a mi lado. Ni siquiera sabía que estaba arrodillada. Me empuja en un abrazo confortante. Intento controlar mis sollozos, pero no puedo. Sólo siguen viniendo. Pensé que ya había llorado todo hace meses.

—¿Lo pusiste junto a mi madre? —Finalmente digo a través de mis lágrimas.
—Sí, querida, junto a tu madre. Tu padre y yo no pudimos pensar en un mejor lugar. —Tiene lágrimas saliendo de sus ojos arruinando su lindo maquillaje.

La abrazo lo más apretado que puedo junto a mí.

—Muchas gracias. No tienes idea de lo que significa para mí.

Frota mi espalda tiernamente.

—En realidad, lo sé. Hay una pequeña lápida junto a la tumba de mi madre por un pequeño bebé que no llegó a ser.

Me alejo de ella y miro dentro de sus brillosos ojos azules buscando respuestas.

—¿También perdiste un bebé?
—Sí, querida, lo hice. Hace unos 10 años. —Me acomoda hacia atrás para que pueda sentarme en el suelo. Dobla sus piernas detrás de ella en el suave pasto verde y me cuenta su historia—. Ya casi había pasado la edad para otro niño entonces. Pero tu padre y yo decidimos intentarlo una vez más ya que habíamos resuelto nuestros problemas. Él pensó que era un error intentar tener otro bebé pero no le escuché. No estaba mucho más avanzado que el tuyo cuando lo perdí. Aunque había sido mi idea, de todos modos culpé a tu padre y casi nos separamos nuevamente. Mis niños sufrieron por esto esa vez. Antes eran muy jóvenes para darse cuenta de que algo estaba mal, ellos fueron lastimados esta vez junto a nosotros, pero sólo porque tu padre y yo estábamos peleando constantemente. —Se frena quitando más lágrimas de sus ojos y los míos—. Luego un día, un pequeño ángel caminó hacia mi puerta. Con el cabello más hermoso, justo igual que el de su padre y hermosos ojos marrones, justo igual que los de su madre. Ella no ocupó el lugar de mi bebé, pero sí llenó un hoyo que tenía dentro de mí debido a él.

Quita el pelo de mi rostro y siento paz cayendo sobre mí.

—Pero siempre actuaste como si no me quisieras a tu alrededor. Siempre estuviste criticándome y todo.
—No te traté distinto de lo que lo hice con mis propios hijos. Pude haber sido un poco menos afectuosa, pero eso es porque no quería ocupar el lugar de tu madre. No que te hubiese importado, sólo que no sentí que ese fuera mi lugar. Creo que ella hubiera querido esto aquí, sólo una pequeña lápida por una pequeña vida que fue al Cielo para estar con ella. Otra gente puede pensar que estamos locos, pero está bien, porque sabemos que no es así. Tenemos nuestro propio sentido de cierre antes de poder seguir adelante. Este será el tuyo así como tú fuiste el mío. —Me besa suavemente en mi cabeza y me guía nuevamente hacia el auto.

Tengo mucho en lo que pensar. Sé que terminar con Peter fue una horrible idea, pero, ¿cómo le dices lo siento a alguien después de meses de silencio?

Una hermosa cosa Where stories live. Discover now