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En serio, no puedo creer que Peter y su hermano estén en la casa de mis padres por el receso de Acción de Gracias. No solo él no me dijo, tampoco mi hermano. Esto totalmente me molesta. Peter definitivamente va a obtener un oído lleno más adelante.

—¡Oh, Dios mío! ¿No es ese Peter Lanzani? —dice mi hermana Jessica desde mi izquierda, donde estamos sentadas en los afelpados sofás blancos de la sala.
—Sí, como que vivo y respiro, ése es Peter Lanzani. —Subo mis manos hasta mi rostro para bloquear los restos del tren que acaban de entrar en mi casa.
—Bueno, sí, arriesgaría a la ira de mi hermano por una oportunidad con él. Maldición, Lali es súper-hot. ¡Mira esos músculos! ¡Debes verte como alguien de 12 años a su lado! —exclama Jessica.
—¿De qué están hablando ustedes dos? Estoy tan perdida —nos pregunta Marie desde la derecha en el sofá.
—Mierda. Mira lo que has hecho, Jessica. Si ella sabe, todo el mundo lo sabrá en 5 malditos minutos. —Miro furiosamente en su dirección, pero ella aún está mirando a los chicos que caminan hacia la casa de mis padres.
—Marie, si no mantienes tu boca cerrada sobre esto, le diré a Max sobre ese chico de la facultad con el que te acostaste —le dice Jessica sin quitar sus ojos de la puerta delantera.

La boca de Marie cae abierta y reprimo una risa.

—¿Cómo diablos sabes de eso? Oh, Dios mío, ¡no le dije a nadie de eso! —exclama.
—Sucedió que el chico lo alardeó en una fiesta en la que Gaston estaba. Entonces, como puedes imaginarte, Gaston le pateó el trasero y le dijo que se mantuviera alejado de ti y nunca hablar del tema nuevamente —le contesta Jessica.
—Entonces, eso es por qué nunca volvió a llamarme. Estaba realmente molesta por eso, tú sabes. Me alegra
saber que ustedes sentían la necesidad de no decirme nada —refunfuña—. No diré si no dicen. Nunca le
mencioné esto a Max. Me siento mal sobre eso, entonces, no me des esa mirada, La. Fue un error estúpido que cometí, y si pudiera retirarlo, lo haría. Bien. Ahora cállense porque aquí vienen —finaliza justo antes de que Emi llegara acompañada por los chicos.

—Marie, Jessica, quiero que conozcan a Peter y Stefano Lanzani. Estoy segura que oyeron de Peter desde que Simon habla de él todo el tiempo. Stefano es su hermano menor. Sus padres no podían estar con ellos para las vacaciones, por lo que le dije a Simon que los invitara a quedarse con nosotros. Lali, querida, ¿creo que ya conoces a Peter? ¿Qué hay de Stefano?
—No, señora, no he tenido el placer de conocer a Stefano —le digo mientras me levanto para darle la mano. Es una mentira total. Espero que Peter le haya dicho que actuara como si no me conociera—. Es un placer conocerte.

Me da una mirada engreída.

—Es un gusto conocerte, también. Y a ustedes también, señoritas. —Me guiña el ojo y asiente hacia mis hermanas.
—Es bueno verte nuevamente, Lali. —Peter me sonríe y yo peleo con una sonrisa propia—. Es un gusto conocerlas, señoritas. Simon habla de todas ustedes todo el tiempo.
—¡Oh, Dios, tiemblo de pensar en las cosas que podría decir de nosotras! —dice Marie, sonriendo de oreja a oreja, como el gato que comió la crema. Maldición, eso nunca es bueno.
—No te preocupes, cualquier cosa que haya dicho, probablemente no sea verdad de todos modos. Y tengo algunas historias sobre mi hermano menor que te hará correr hacia las colinas. —Jessica se mete antes de que Marie tenga alguna idea.
—No se preocupen, señoritas, todo lo que oí era muy bueno. Él no podría nunca hablar mal sobre ninguna de ustedes. —Peter sonríe cortésmente. Aún me deslumbra cuán encantador es.
—Bueno, vamos a llevarlos a que se establezcan en sus cuartos para la semana, chicos. Es muy afortunado que acabe de tener tres habitaciones disponibles —dice Emi, dirigiendo a los chicos hacia las escaleras—. Eso me recuerda, ¿a qué hora llegará Rochi, Lali?
—Debería estar aquí en una hora. Tenía algunas cosas que terminar antes de llegar —le digo. No sé qué le agarró a Rochi. Prácticamente tuve que rogarle que viniera para la semana. No me diría, pero creo que tiene algo que ver con Pablo. No creo que lo haya superado como ella piensa. Esta pareciera ser una semana muy interesante.

—Bueno, ahora que mamá no está en la habitación, ¿qué diablos está pasando entre Simon y Pablo? No los he visto en la garganta del otro desde que eran pequeños —pregunta Jessica luego de quitar los ojos de la espalda de mi novio.
—Aparentemente, a Simon le gustaba Rochi desde el principio del año, pero no hizo nada hasta después de que Pablo hubo mostrado interés en ella. Se conocieron en la cafetería hace como un mes y medio y se llevaron bien. Rochi tuvo muchos problemas y no quiere drama en su vida. Entonces, si los gemelos no tienen cuidado, perderán sus posibilidades con ella.
—Guau, ¿entonces me dices que los chicos están atrás de la misma chica? Eso nunca ha pasado. Ni siquiera tienen los mismos gustos —dice Jessica.

Marie se ve interesada, pero creo que es solamente porque le gusta el chismorreo.

—Esto es realmente muy interesante. Que mal que debamos irnos a nuestras respectivas casas, nos perderemos todas las buenas cosas, Jess.
—Sí, pero por suerte tenemos una dulce hermana menor que nos llenará de ellas. —Jess me da una sonrisa come mierda mientras se levanta del sofá.
—Lo harás, ¿no, La? ¡Esto es mejor que mis programas en la TV! —dice Marie mientras también se levanta del sofá.
—No les diré nada. Nada interesante va a pasar. Estamos en casa de nuestros padres, ¡por Dios! —refunfuño.

Ambas me miran desde su posición de pie, haciéndome sentir más pequeña de lo que soy.

Una hermosa cosa Where stories live. Discover now