19

27 6 3
                                    

Volvía a estar en el suelo tirado lleno de suciedad, sudor, tierra, semen, orina, sangre y otras cosas varias.

Otra vez.

Le dolía el cuerpo, estaba seguro que le habían roto algún hueso en el proceso, esperaba que ya se hubiesen hartado de estar con él después de esos horribles días.

No sabía cuántos días llevaba él ahí metido, nunca lo dejaban solo, siempre había al menos uno o dos imbéciles de turnos con él.

Esta era la primera vez que lo dejaron más solo de lo normal, y eso lo asustaba un poco la verdad.

- No sabía lo del bebé – rompió el silencio Newt, se le escuchaba con la voz algo ronca, tal vez de gritar. Aunque él no lo hubiese escuchado - ¿cómo...? – Era posible tener un bebé siendo hombre - ¿sabes qué? Da igual, no quiero saberlo, podrías habérmelo dicho.

El sonido de su voz le daba dolor de cabeza, estaba cansado, muy cansado.

Stiles no respondió, ¿para qué?, solo quería dormir y poder morir en paz.

Lo que seguramente ocurriría en unas cuantas horas, estaba perdiendo demasiada sangre. Lo sabía.

- ¿Stiles? Contéstame ¡no te duermas! Joder, debes de estar muy mal para no hablarme – no lo sabía bien, tal vez si, tal vez no - ¡EH!, PANDA DE IMBÉCILES SACADME DE AQUÍ, ¿NO VEIS QUE ESTÁ MURIÉNDOSE? – Le escuchaba llamar una y otra vez a los soldados – bueno, pues necesitaremos recurrir al plan B, tu, amigo, no te morirás, no hoy, no lo permitiré, aunque sea lo último que haga.

Escuchó un manejo en una cerradura, para luego abrirse antes de pasar por la suya.

- Oh, joder – ya la había abierto la puerta – venga Stiles ayúdame a levantarme, no he forzado dos puertas por nada, me debes una y bien grande ¿eh, cabronazo? – Lo levantó de manera que el brazo de él estaba alrededor de su cuello mientras andaba un poco cojeando, supuso que él no estaría del todo bien tras las palizas de los soldados – ahora silencio, vámonos de este infierno.

Stiles andaba como podía con la ayuda de Newt, aunque seguramente él llevaba casi todo su peso. No sabía por dónde lo llevaba, pero parecía ser que atravesaban unos pasillos subiendo cada vez más plantas como podían.

A veces tenían la necesidad de pararse para respirar profundamente y coger rápidamente fuerzas para continuar andando rápidamente.

A Stiles se le estaba haciendo el camino muy largo, tal vez porque no estaba en sus 5 sentidos.

Tenían que ir con mucho cuidado, pasaban muchos soldados, aunque parecía ser que Newt se sabía por dónde estaba cada uno parado, parecía que lo había estudiado mucho.

- Ánimo, ya queda poco, no podemos parar ahora – le susurraba el rubio, tal vez para sí mismo.

La alarma empezó de repente a resonar por los pasillos de forma estridente.

Mierda.

Newt soltó a Stiles, apoyándolo en la pared para que no se cayera.

- Escúchame atentamente, al final de este pasillo hay en el suelo un respiradero, ve todo recto y al final gira derecha, izquierda, derecha, derecha izquierda, izquierda, y al final esta la salid, una vez que salgas, corre, Stiles corre, y no mires atrás, repítelo.

- ¿tú que harás?

- Iré a por mi hermana, repítelo Stiles.

- Pero...

- Repítelo Stiles – le ordenó de nuevo.

- Derecha, izquierda, derecha, derecha izquierda, izquierda.

- Perfecto y ahora ¡corre!

Se arrastró como pudo por las paredes yendo hasta el final del pasillo, tal y como le dijo su amigo.

- ¡Stilinski! – oyó que lo llamaban.

Se giró y ocurrió lo peor.

Se encontraba Monroe con La Rata. Y entre los brazos de la mujer con el cuchillo al cuello estaba Newt.

Mierda.

- ¿En serio pensabas que podrías escapar? Tu y... el sujeto A5 – se rió como rata que era – un paso más y este chico morirá, y no queremos eso, ¿verdad?

Stiles no sabía qué hacer, es cierto que podía escuchar perfectamente que él no importaba, pero no podía, no iba a dejarlo ahí.

- Oh ¡cállate! – Chillaba Monroe – Ven aquí ahora mismo Stiles o este estúpido niño morirá.

- Me decepcionas Monroe, pensaba que te dedicabas al mundo sobrenatural solo, no a humanos inocentes como él – rió sarcásticamente intentando planear una salida. Lo tenía difícil.

- Siempre existen daños colaterales qué más da unas pequeñas víctimas.

"Y nosotros somos los llamados monstruos"

De repente, se sentía muy mareado, tal vez demasiado, pero de una manera extraña, no era mareo por la falta de sangre y energía, era otra cosa, nunca se había sentido así.

Por las caras de los demás, no era normal. Los científicos lo miraban furiosos, claramente no querían que ocurriera, mientras que Newt lo miraba preocupado, no sabía que era.

El suelo comenzó a tambalearse.

- ¡Te lo advierto! Para esto o lo mato – le chillaba la mujer.

- ¿Parar el qué? – él no era, ¿verdad?, cada vez se encontraba más mareado.

- Tú lo has querido – dijo la mujer seria.

¡NO!

El cuchillo pasó rápidamente por el pálido cuello de su amigo dejando una fina línea roja que pronto comenzó a agrandarse brotando a chorros sangre roja.

Las respiraciones del chico cesaron para comenzar a hacer bocanadas ahogándose en su propia sangre intentando coger algo de oxígeno en vano.

Cayó al suelo si fuerzas, con él se abalanzó Stiles agarrándolo, intentando parar la hemorragia.

- No, no, no, tú, no, por favor, tu no, no me dejes – Lloraba con las manos ahora cubiertas con su sangre intentando reanimarlo sujetándole la cabeza.

La vida se iba yendo poco a poco de sus ojos, unos ojos brillantes, tan joviales, con tanta vida por ver por delante que ahora no podría descubrir. No podría volver a ver a su hermana, por la que giraba todo su mundo, no sería libre, moriría ahora entre los muros de ese oscuro infierno gris y blanco que mataría poco a poco a cada una de esas personas.

Stiles tenía claro una cosa, él no merecía morir, merecía tener una vida en paz con su hermana fuera de ese lugar, debería haber muerto él por su amigo en vez de al revés, él ya no tenía nada por la que vivir.

Y ahora no podría salvarlo.

Todo temblaba como un gran terremoto. Pero a él no le importaba.

¿Qué más daba ya?

Despertó en la gélida noche en mitad de un bosque. Estaba oscuro y no veía apenas nada, por suerte la luna estaba llena, por lo que de facilitó a la hora de levantarse como pudo y correr sin chocar con los árboles.

No sabía a dónde iba, no sabía cómo había llegado hasta ahí, tan solo que tenía que correr y huir de ahí lo antes posible.

Casi se tropezó con una rama que lo hizo frenarse para no caer al suelo.

Reconoció ese árbol.

Era el nemeton.

Sabía donde estaba.

Y corrió al lugar conocido más cercano.

Scott.



N.A: La verdad es que me ha ocupado más de lo que creía pero estoy contenta con él.

Aquí tenéis como dije la historia de Newt.

¿Quién tenía esperanza de que de verdad no estuviera muerto?

Este es el último recuerdo de Stiles del pasado

No creo que puedas - SterekWhere stories live. Discover now