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N.A. Advierto que es duro.

Stiles estaba muy contento con su nueva situación con Derek.

Ahora, a pesar de estar todo el rato como antes con él era diferente, se parecía un poco a como era antes de todo.

Se despertaban Derek hacía como que cocinaba el desayuno y estaban siempre en un silencio cómodo que de vez en cuando era interrumpido por algún comentario sarcástico que soltaba Stiles por lo bajo y la risa o respuesta del otro.

Eran lo más cercano a paz de lo que habían tenido ambos en mucho tiempo.

Y se agradecía.

Pero en toda gran tormenta siempre hay un momento de paz antes de volver con fuerza.

Y obviamente esa maravillosa paz no duraría mucho.

Pero eso para Stiles no importaba, aprovecharía esos pequeños momentos con Derek antes que todo.

Si por él fuera se tiraría todas las tardes como esas sentados los dos en las escaleras su casa viendo como poco a poco se iba escondiendo el sol, abrazados cómodamente y sintiendo como las manos del que era el amor de su vida en su vientre lo acariciaba sintiendo muchas veces las pequeñas patadas de su pequeño bebé de ya 4 meses.

Pero no podía ser todo tan perfecto.

Y la vida se lo recordó de un flechazo.

Más concreto una flecha clavada en su vientre.

Ni siquiera tuvieron tiempo para reaccionar, apenas podía observar el menor como tanta sangre salía a borbotones de donde tendría que estar protegido su hijo, mientras que Derek lo cubría con su cuerpo antes de cargarlo y correr.

Estaba en shock.

No podía hacer nada, las lágrimas volvían a estar otra vez en su rostro no pudiendo creer lo que pasaba.

NO, NO, NO, NO, NO... otra vez no...

Se negaba, no perdería otra vez a su bebé.

Chillaba, no por el dolor que sentía, sino por el dolor que sentía al ver que arrancaban su corazón otra vez y jugaban con él al fútbol.

¿Por qué siempre él?


🐺🐺🐺

Lo volvieron a dejar en la sucia celda al lado del chico de antes.

Lo arrastraron por el frío suelo del sucio laboratorio sin tener en cuenta si chocaba o no con alguna pared o si se golpeaba al bajar las escaleras.

Stiles no tenía ya fuerza, había hecho lo posible por no chillar fracasando torpemente y solo quería dormir y llorar sin que nadie lo viera ya.

Le daban miedo esos guardias que acompañaban al científico Jason, no porque fueran guardias, eso le daba igual, podrían continuar dándole todas las palizas que quisieran, aguantaría, sino más bien por los palos largos que llevaban como arma, las reconocía.

Las solían llevar los cazadores para pegar a los hombres lobo, y normalmente hacían daño porque los electrocutaban.

Sabía que podía proteger al bebé de todos los golpes o por lo menos de la mayoría, al ser pequeño tenía la ventaja de que no existían muchos abortos por golpes, pero electrocutarlo... no pensaba que aguantaría.

Se dejó tirar en el suelo de la celda y tras irse los soldados, intentó no pensar en ello antes de volver a caer en la dulce oscuridad.

Se sorprendió no despertar donde lo habían dejado los cabrones con armas, en cambio estaba en el sucio colchón, más sucio por sus lágrimas que había en una esquina.

No creo que puedas - SterekKde žijí příběhy. Začni objevovat