En un momento en el que quería que regresara la mujer que conocía, apreté con más fuerza, obteniendo la respuesta que quería; su mirada regresó, respondiendo colocando un pie en mi entrepierna.

Salté, alejando mis piernas de ella, viendo hacia su pie con cierto cosquilleo en mi columna que llegaba al cerebro.
Ella hizo presión, el cosquilleo en la zona se expandió, pero ahora yo no podía responder.

- ¿Te crees listo? - me gruño, su voz aún más tajante.

Voltee hacia ella, su cabeza pegada a la pared del carro, el mentón levantado, fulminándome con la mirada.

Ahí estás...

- Tratándome como una dama de compañía, estás muy equivocado - mostró los dientes.

- No me refería a eso cuando hablaba de ti - ahora tocaba hacerse a la víctima - Creo que malinterpretaste el mensaje.

- Te rebanare el pene si vuelves a verme de esa manera - quito el pie de mi entrepierna, colocando ambas rodillas en su pecho.

El cosquilleo se había desvanecido, como agua cayendo de la cabeza a los pies. Pero como si de una droga se tratara, yo quería sentir de nuevo esa sensación.

- Yo te respeto mucho Azteca, jamás te pondría un dedo encima - le hablé en un tono tierno.

-  No te creo - me respondió a secas.

- ¿Por qué lo dices? - decidí intentar acercarme un poquito más - Aunque no creo que respeto sea lo que a ti te guste.

Azteca entre cerró los ojos

- ¿Ahora que carajos estás diciendo?.

- Yo creo que eres del tipo que les gusta que las traten mal.

Ella bufó, sonriendo.
¿Sonriendo?, ¿acaba de ver bien?.
Negó con la cabeza viendo hacia abajo, la sonrisa pegada en su rostro.

De la nada el jeep se paró en seco, haciendo que ambos nos peguemos contra los asientos, dejándonos mareados.

- Hola criaturas ya llegamos al motel - Venezuela se asomó hacia nosotros - Espero la hayan pasado bien atrás.

- Si Vene... todo bien - Azteca miró hacia la ventana del piloto viendo le motel - ¿Aquí nos quedaremos a dormir?.

- Si, nosotros tres en una habitación y URSS solo como perro - Vene me levanto el dedo sonriendo.

- Jodete imbecil - murmulle - Cuando te duermas te asfixiare con una almohada.

- Ya ya mijo ya - Vene abrió la puerta siguiendo a Iraq que se había adelantado para comprar los cuartos.

- Yo me dormiré en la cajuela - Azteca tomó un suéter de Iraq acomodándolo como una almohada.

- ¿Por qué harías eso? - abrí la cajuela para bajarme lentamente.

- No quiero dormir en una sola cama con ellos dos, prefiero tener mi propio espacio, me hace falta - Azteca suspiró.

Entendible, asentí, cerrando la cajuela y alejándome de la camioneta.

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⏰ Last updated: May 11 ⏰

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