Fem!México 2

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Yo solo le he llorado a tres personas en toda mi vida.

A Porfirio, a Maximiliano y a Imperio Español.

Ojalá el número fuera menor, pero he decidido mantenerlo ahí. Odio llorar enfrente de hombres, odio que me vean indefensa.

Imperio Español me consoló cuando murió mi padre.
Fue accidental, ahora me doy cuenta. Era un momento de mucha tensión entre Aztecas y Españoles.
Mi Padre hizo un movimiento en falso, revelando uno de los cuchillos que tenía; España pensó que estaba agarrando su cuchillo y le disparó entre ceja y ceja.

Lo vi caer al suelo como pétalos de cempasúchil, sangre brotando como río de su herida.
Jamás había gritado tan desgarradoramente mientras corría hacia mi padre para sostenerlo en mis brazos, negando lo que acababa de ver.

Imperio Español se dio cuenta del error, se llevó el cuerpo de mi padre y a mi me llevó a uno de los barcos como "prisionera".
Pero solo quería rectificar las cosas conmigo.

- Déjenme a solas con ella - bajo los escalones hacia los calabozos del barco.

Me arrincone, lista para atacar si fuera necesario.

- Aguila... lo lamento mucho - se acercó, abriendo la reja y entrando, cerrándola detrás de él.

- Tus malditas disculpas no traerán de vuelta a mi padre - vocifere - Quiero la cabeza de España para que ruede por las escaleras de mi pirámide.

- Eso no se va a poder - me negó con la cabeza.

- ¡ENTONCES LA TUYA SERÁ! - me abalancé encima de él con un cuchillo que le tome a mi padre para vengarlo.

Me tomo de ambas muñecas, girándome para que mi espalda tope con su estómago.
Intente liberarme mordiéndole el brazo, pero no parecía que le importara que le clavara los colmillos.
Apreté más, y más, y más, pero no hizo efecto.
Se sentó en el suelo del barco conmigo; me sentía tan vulnerable, tan sola, quería matarlo, matar a todos en el barco y salir victoriosos.

¿Pero que es una victoria sin mi padre acompañándome a mi lado para festejarla?.

Ahí fue cuando caí en cuenta que él verdaderamente estaba muerto, jamás lo recuperaría, no importaba que tanto mordiera al hombre.

Lo solté para no ahogarme mientras lloraba, sollozando y susurrando el nombre de mi papá como si fuera a venir a salvarme.
Imperio Español me abrazo más fuerte, disculpándose y pasando su mano por mi cabello.

Lo odiaba... pero necesitaba un hombro para llorar sin que nadie más me viera.
Solté el cuchillo, girándome y pegando mi cara a su pecho.

Con Maximiliano fue una historia distinta.
Cuando lo pusieron en el poder, él me pidió que fuera su dama.
Me sorprendió, por que en ese momento no tenía ni idea de que podía tomar esos mandos. Su esposa accedió con alegría, ayudándome con un cambio de look para que "combinara" con su esposo.
Me dio un vestido enorme de color rojo, cabello recogido en trenza y labios rojos. Mi icónico look de esa época fue gracias a Carlota.

Hizo cosas muy buenas por mi territorio, era muy dedicado, tenía ideas muy frescas, no le gustaba quedar mal con la gente y siempre que me veía, una sonrisa de oreja a oreja me daba la bienvenida.

Fue mi primer "amor", entre comillas por que era un hombre casado y no quería meterme; pero una parte de mi quiere creer que él igual sentía lo mismo.

- Deberíamos de independizarte - me soltó en su salón mientras tocaba el piano.

Me detuve en seco, mis dedos soltando las ultimas dos teclas. Gire mi cabeza para verlo parado detrás mío

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