Trato de esperar pacientemente, pero no dejo de pensar que uno de los cuatro que está dentro va a salir por mí. Después de diez minutos, llega en un Range Rover plateado. Abro la puerta y empiezo a subir pero oigo la voz de Simon llamándome. Me doy prisa y le digo a Peter:

—Vamos antes de que te vea.

Hago clic en mi cinturón de seguridad mientras estamos bajando por la calle.

—Gracias por venir a buscarme. Realmente no quiero caminar todo el camino de vuelta a mi dormitorio.

Él aprieta sus manos en el volante. Siento la tensión en el coche como una niebla espesa.

—Está bien.
—Mira, siento lo de antes. Tengo un mal genio y no pienso antes de actuar —digo demasiado rápido. Haría cualquier cosa en este momento para romper la tensión.

Deja escapar un resoplo de aire antes de asentir. Y eso es todo. Creo que perdí mis posibilidades con él después de todo.

Anduvimos en un incómodo silencio hasta que llegamos al estacionamiento, musito un adiós y abro la puerta. Él se acerca y me agarra la muñeca antes de que la abra completamente. Detengo mi retirada y lo miro.

—Mira, siento ser un idiota antes. Sólo tengo mucho que hacer y me molesta que no me creas.
Miro hacia abajo, avergonzada.
—Sí, no debí llegar a conclusiones como lo hice. Nunca he tenido una cita antes, realmente soy nueva en esto. Me gustas mucho y puede ser que me tome un tiempo ser buena en ello.
—Mírame. —Así lo hago. Sus ojos color esmeralda están tristes y heridos y quiero sacar eso de él—. Ya eres buena. Ni siquiera tuviste que tratar de hacer que me gustaras. Nunca he tenido esto antes, así que podría embarrarla una vez o dos. Belen y yo no tenemos nada y se terminó hace meses. No quiero tener nada que ver con ella. Ella es la razón de que mi coche esté en el taller.

Eso me sorprende.

—¿Qué pasó?
—Ella se enteró de nosotros, pasó la puta llave sobre toda mi camioneta y cortó los neumáticos. También dijo que si la metía en problemas por eso, se lo diría a tu hermano. Acepté eso por el hecho de que la policía se pudiera involucrar y podría traer a mi padre a casa. Prefiero no verlo en absoluto.
—¡Qué perra loca! ¿Por qué diablos saliste con ella?
—Honestamente, no lo sé. Supongo que pensé que era lo que se esperaba de mí. Yo siendo el quarterback del equipo y ella la capitana de las porristas. Fue la cosa más estúpida que he hecho. Esa chica me trajo nada más que miseria durante seis años enteros.
—Caray, ¿seis años? Wow, yo la habría dejado en un día.

Peter deja escapar una risa entrecortada.

—Sí, pero yo no tenía fuertes sentimientos por ella. Creo que me gustaba la facilidad de eso.
—O te gustó la facilidad de sus piernas abiertas. —Apreté mi mano sobre mi boca en estado de shock.

Ahora me está mirando como si nunca me hubiera visto antes.

—Honestamente, me gusta ese lado atrevido tuyo que he visto hoy. Es realmente sexy.
—Lamento haber dicho eso. Necesito un filtro entre mi cerebro y mi boca.
—Está bien, nena. Me gusta que digas lo que quieres decir.
Le doy una sonrisa tímida.
—Nunca pensé que iba a escucharte llamarme nena de nuevo.
—¿Te gusta cuando te llamo así? —pregunta mientras se inclina sobre la consola central.
—Sí, me gusta mucho. —Me estremezco cuando sus labios alcanzan los míos.

Peter

Como siempre, cuando nos besamos nuestras lenguas se encuentran en una danza de apareamiento. Me encanta el sabor picante y dulce de ella. Sus labios son tan suaves contra los míos y encuentro mis manos vagando por sus brazos, sobre sus hombros y en el pelo en la parte posterior de su cuello. Es como en un intento inconsciente de mantenerla allí para siempre.

Una hermosa cosa Where stories live. Discover now