Peter

Después que he llegado a mi casa y entro, me encuentro a mí mismo perdido. Ella me enloquece tanto. Nunca he estado tan enojado con una chica, a excepción de hoy con Belen. Siento que deseo perforar una pared o romper algo caro. Supongo que puedo culpar a Simon por esto, ya que al parecer soy un jugador y ni siquiera lo sabía. He estado con un número de chicas, pero ni una vez me he aprovechado. No les dije lo que querían oír sólo para tener sexo. Les dije desde el principio que sólo quería sexo.

Ahora, la única chica por la que he tenido sentimientos cree que estaba jugando con ella. Esto apesta a lo grande. No sé dónde tengo la cabeza y eso me asusta.

He estado paseando por la alfombra blanca de felpa en mi dormitorio durante veinte minutos, cuando suena mi teléfono.

Mi estómago empieza a aletear pensando que es Lali. Nop, no puedo tener tanta suerte. Es su hermano y mi mejor amigo. La persona con la que estoy más enojado y no puedo decirle nada.

—¿Qué pasa, hombre? —le pregunto.
—Amigo, ¿qué fue lo que pasó con Belen hoy? He oído que fue toda psicótica sobre ti en la cafetería. Y después se estaba viniendo sobre ti —pregunta emocionado.
—Ella estaba llamando a una amiga mía una puta y luego, cuando me enfrenté a ella, empezó a ser como la loca que es, diciendo que era caliente o lo que sea. —Todavía no puedo creer que viniera a mí así tampoco.
—Ja, supongo que le gusta cuando hablas mal de ella, imagino que esa perra loca iba a venir con algo como eso —suspira.
—Bueno, personalmente siempre he sabido que es una loca, pero viniendo a mí así, era nuevo. Nunca había hecho eso antes. Ahora me siento como que necesito diez duchas de agua caliente para fregar todos los gérmenes.

Él rompe a reír y quiero estrangularlo. Tengo que hablar como si nada estuviera mal. Todo lo que quiero hacer es arreglar las cosas con Lali. Me encantó ese pequeño ataque que lanzó, fue un poco caliente. Lali es una porción entera de mujer, empaquetada en un pequeño cuerpo.

—Ella tiene algo de nervios llamando a alguien una puta. ¿Cuántas veces te engañó? —La voz de Simon me saca de mis pensamientos.
—No sé hombre, pero eso es parte del pasado. Tengo cosas más grandes y mejores que hacer que preocuparme por ella. —Me paso la mano por encima de mi cabeza pensando ir a ver a Lali.
—Sí, eres demasiado bueno para esa mierda. De todas formas me tengo que ir, al parecer mi hermana se peleó con Pablo antes de la clase de arte hoy. Mamá y papá vienen a recogernos. No sé cuál es el gran problema, Pablo es un imbécil y Lali tiene una actitud que se iguala. No veo cómo esos dos no se han matado el uno al otro aún.

Antes de darme cuenta, mi boca empieza a hablar antes que mi cabeza pueda decirle que se callara.

—Eso fue probablemente mi culpa. —Abofeteo mi mano sobre mi cara antes de que pueda derramar más de mis secretos.
—¿Por qué fue tu culpa?
—Uh... como que la hice enojar antes de que se fuera a clase hoy —le contesto pensando rápido—. Todavía estaba enojado por lo que pasó con Belen y ella vino a hablar conmigo acerca de encontrar a esa chica y yo podría haber llegado a ser insolente con ella. —Me estremezco esperando que sonara verdadero a sus oídos. Bueno, sobre todo es cierto excepto que no he sido insolente con ella hasta más tarde.
—Vaya, tú si sabes cómo molestar a las chicas hoy, ¿no es así? Bueno, espero que puedas arreglarlo antes del viernes, no quiero que todos ustedes lo arruinen con Rochi —bromea—. De todas formas voy a hablar contigo después.
—Sí, después —digo antes de colgar el teléfono.

Bueno, eso estuvo enloquecedoramente cerca. En cierto modo me alegra que él llamara porque no habría sido capaz de ver a Lali esta noche ahora que sus padres están por llegar.

Oigo la puerta cerrarse de golpe y Stefano gritando mi nombre. Ni siquiera espera una respuesta y sube corriendo las escaleras hasta mi habitación. Cuando lo veo en el camino de la puerta levanto una ceja desde la cama.

—Oh, sí, Belen está afuera. —Niega con la cabeza antes de continuar—. Sí, sólo tienes que venir a ver esto.—De nuevo no espera mi respuesta, pero regresa por donde vino.

Salto de mi cama y me encamino detrás de él para ver qué infiernos quiere Belen ahora. Llego a la puerta y salgo. Chico, me gustaría haberme quedado en la casa.

—¡¿Qué mierda, Belen?! —le grito violentamente a la chica tonta.
—Te dije que no me llames puta otra vez —se burla desde el césped donde está de pie al lado de mi camioneta.

Pobre Betty. No sólo pinchó los neumáticos, escribió puta por todas partes.

No puedo creer que destruyó mi camioneta. Ahora sabía que estaba loca, pero me pareció que de una manera no violenta, pero esto bordea las fronteras de acosador loco.

—No puedo creer que destruiste mi camioneta. ¿Crees que te vas a salir con la tuya o algo así? ¡Qué estúpida eres!

Ella sonríe ampliamente, pero la tengo ahora.

—Oh, me voy a salir con la mía. Me enteré quién es tu pequeña novia. Lali Esposito. Es la hermana pequeña de Simon, ¿no? Cómo le gustaría saber al hermano mayor que estás jodiendo a su hermana.

Y ahora ella me tiene.

—No te atreverías a decírselo —me burlo.
—Oh cariño, le voy a decir si no mantienes la boca cerrada. No le digas a nadie que le hice esto a tu camioneta y nunca me llames puta otra vez y estamos en paz —dice mientras se acerca a mí y me da una palmadita en la mejilla.

Le agarro la mano y aprieto con la esperanza de obtener un poco de dolor de ella.

—Oh, voy a mantener mi boca cerrada y nunca te llamaré puta otra vez. Pero es mejor que mantengas una jodida distancia de ella y yo.

Supongo que el enojo en mi voz era suficiente para ella.

—Bien.
—Bueno, ahora lárgate de mi jardín.

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