───TREINTA: ¿qué es lo que más extrañan los muertos?

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―No es natural.―Nina le lanzó una mirada asesina.―Tú mismo lo dijiste.

―O quizás Djel apagó una luz y encendió otra.―dijo Matthias.

El waffle no interesó a Nina ni por un segundo mientras lo miraba inexpresiva.―¿Te caíste y te golpeaste la cabeza?―se volvió hacia Jesper.―¿Qué diablos les pasó?

―Los Dime Lions nos rodearon. Vinieron por Kuwei.

―Ratas.―murmuró Nina antes de tomar otro waffle.

De repente, Kaz habló.―Specht dice que han cerrado los puertos y los barcos de observación. Están sellando la ciudad.

Lavender estaba terminando de vendar a Inej y la ayudó a sentarse en el sofá mientras Lavender caminaba hacia el baño, escuchando la forma en que otros salían de la suiete y afuera ya que había una torre de reloj. Todo este piso estaba dedicado a la suite, por lo que podían esperar que no hubiera extraños husmeando.

Lavender decidió quedarse atrás, era demasiado. No sabía qué decirle a su padre, no sabía qué hacer con sus pulmones. Cerró la puerta del baño y caminó hacia el espejo, burlándose. Se veía mucho mejor en el pequeño espejo del mausoleo. Este baño era enorme y la iluminación era tan brillante que todas sus imperfecciones salían a la luz. El ojo parecía un poco hinchado, su mejilla izquierda estaba magullada y poco a poco se volvió morada. Su labio estaba cortado y su cabello era un desastre de puros nudos; parecía pura mierda.

Aprovechó para lavarse ya que los demás no estaban. Rápidamente llenó la bañera con agua, se quitó la ropa sucia y se lavó adecuadamente; no se había bañado adecuadamente desde que se fueron a la Corte de Hielo. Fue refrescante sumergir su cuerpo bajo agua tibia, pero no tardó mucho en salir y se secó. Afortunadamente, tenía otro par de pantalones empacados en su bolso que estaban limpios, ya que probablemente era necesario tirar todo lo demás. Le pidió prestada una camisa a su papá. Se pasó los dedos por el cabello mojado y se ató el trozo de terciopelo en su muñeca. Al darse cuenta que los demás no habían regresado, salió del baño con intención de encontrarlos.

―Subieron a la torre del reloj.―dijo Colm apenas la vio salir del baño.

Dándole las gracias, salió de la habitación y rápidamente encontró unas escaleras empinadas al final del pasillo. Escuchó innumerables voces arriba y ella se dirigió hacia allí. El aire frío la golpeó y se estremeció al estar con mangas cortas. Abrazándose a sí misma, vio por qué estaban todos alborotados: se veían barcos de vigilancia por todas partes. En realidad, Ketterdam estaba sellado.

Los demás no estaban de acuerdo con esto, diciendo que la gente se amontonaría, pero que sería inútil ir contra el gobierno. Hubo un desfile ruidoso en las calles, pero como de costumbre: no habían máscaras y turistas felices; ahora , los pandilleros estaban celebrando en las calles, asustando a los ciudadanos.

―¿Qué pasará ahora? ¿No podemos simplemente esperar aquí?―preguntó Kuwei.

―¿Esperar a que alguien nos rescate?―murmuró Kaz sarcásticamente, inclinándose hacia el borde de la barandilla.

―Entonces entrégame a Van Eck.―Kuwei no se retiró.

―¿Entonces todo esto es en vano? ¿Sabes que solo porque te entregaremos a él, el resto de nosotros no seremos libres? No funciona de esa forma, niño.―respondió Jesper.

―Aún podemos huir. De alguna manera. Encontraríamos una manera incluso si la ciudad está cerrada.―les recordó Nina.

―No me iré de esta ciudad con el rabo entre las piernas. No después de todo lo que hemos hecho.―no estuvo de acuerdo Kaz, sacudiendo la cabeza.

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⏰ Última actualización: May 03 ⏰

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lavender and velvet ━ kaz brekker.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora