CAPITULO 44

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Artem

— Necesito inspector, que todo esto termine  de una vez —  le exijo al hombre al otro lado del teléfono

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— Necesito inspector, que todo esto termine de una vez — le exijo al hombre al otro lado del teléfono.

Luego de mi baño volví a la habitación y Tori me esperaba desnuda y solo llevaba los pendientes de diamante, dijo que eran demasiado costoso para despreciarlos y que quería saber como se sentía solo llevarlos puestos mientras me mostraba su hermoso cuerpo lleno de curvas.

Tori siempre me pone en aprietos, creo que ella tiene más atracción sexual por mi, que yo por ella, y llegue a la conclusión que ella decide cuando hacerlo, casi siempre, es dominante y exigente, es algo que no me importa, que use mi cuerpo si así lo desea, la dejare.

Pero el estúpido inspector me habla con evasivas y ya estoy cansado, quiero terminar esta farsa y enfrentar a Tori, no quiero que me odie pero cada vez que lo pienso, estoy seguro que lo hará.

— Señor Sokolov, entienda, son muchas pruebas y solo trabajamos dos en este caso — se queja y se queja, no responde mis llamadas y estoy agotando.

— No me interesa, le di todo lo que necesita, ahí están las pruebas, ¡quiero que actúe ya! Yo he gastado mucho dinero en esto, exijo que se apresure en el caso — mucho de ese dinero no lo recuperar y menos todo el tiempo que he invertido.

— También está la fuente de las pruebas, el comandante me pidió...

— Es una fuente confiable, ¡maldición! no he creado este expediente, todo lo que le di era suficiente para abrir un caso y no veo que hagan nada — me frustro. Pero no puedo gritar, Tori duerme en la habitación, mientras yo me encerré en el baño.

Quiero terminar todo esto.

— Entiendo, pero también entiendan a nosotros, todo lo tenemos que verificar muy bien, es cierto, son documentos bastante reales, no creo que los inventen, pero es el protocolo. Debo informar sobre la fuente, además su esposa está involucrada — dice en voz baja.

— Ella no está involucrada — trato de calmarme, no pueden meter a Tori en todo esto, ella es inocente.

Es tan inocente que no tiene ni puta idea todo lo que estoy haciendo.

— Sí pero ella...

— No la involucren — aseguro — las pruebas no hablan de ella, así que espero que todo el esfuerzo que invertí en todo esto, no sea en vano.

— Señor Sokolov, nuestro departamento no tiene tantos recursos como los que usted puede acceder con su dinero, deber ser paciente — el hombre parece calmado y yo estoy que exploto.

— Tengo un maldito año en esto — aunque tengo mucho más, porque Alek y su muerte me abrieron los ojos.

— Lo sé — lo escuchó exhalar — el lunes tendré una reunión para presentar su caso, déjeme hacerlo, lo llamaré para decirle cómo nos fue, ¿okey? solo tenga paciencia.

No tengo, y mucho menos cuando estoy tan loco por Tori que me niego a perderla.

— Bien, espero su llamada Moleskiv, en verdad estoy llegando a mis límites — termino la llamada y vuelvo con Tori.

Está hermosa, y desnuda.

Yo también lo estoy.

Para qué usar ropa cuando ambos sabemos que solo al rozarnos nos perdemos en la pasión.

Me subo a la cama y ella se mueve, le quitó el cabello de cara y la veo sonreír.

— ¿Por qué estás despierto? y ¿a quien le gritabas? — me escuchó, pero no me entendería. Solo por eso tomé la llamada, en Rusia es de día aquí ni siquiera amanece, Tori no entenderá nada de lo que hable, y eso está bien.

— A un imbécil — beso su espalda y la escucho ronronear mentar continuo haciéndolo — que tuvo la desfachatez de molestarme en este momento tan importante con mi esposa.

— Hmmm... despídelo, ¿puedes hacerlo? — pide y rio, si pudiera manejar las fuerzas policiales en Rusia no estuviera metido en esto.

— No podría, pero si le dije algunos insultos — ella ríe.

— Eres un hombre rudo — llegó a su trasero y lo beso, ella ríe nerviosa.

— Lo soy, si soy muy rudo — mordisqueo sus cachetes redondos y ella aguanta la respiración cuando una de mis manos busca su interior.

— No lo eres tanto si tu esposa te da órdenes en la cama — rio al escucharla, Tori no tiene tabúes cuando estamos solos, ella manda, le gusta, lo supe la primera vez que tomo mi polla y me hizo esa rica mamada, nunca la pedí, ni siquiera insinué nada sexual, ella solo lo hizo como muchas cosas que me ha hecho experimentar, es curiosa y atrevida.

— Mi esposa es muy exigente, pero la he complacido, — le digo y golpeo su trasero, ella se queja y jadea cuando lo vuelvo hacer.

— ¿Solo lo vas golpear o vas a meterte entre él? — dice y la miro, ella me mira sobre su hombro sus ojos brillan con deseo.

Es la primera mujer que se me ofrece sexo y de esa manera tan única, no puedo quejarme cuando es Tori de la que hablo, y mi mujer es única para todo, también para pedir exactamente lo que desea.

Me niego a perder a Tori, la quiero para mi porque quiero esto para siempre.

Me robe a la noviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora