CAPITULO 32

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Tori


Estaba mareada y con mucho calor, no me ayudó nada mojar mi cabello ni el encuentro con Artem, que lo único que hizo fue quemarme la piel.

Al volver a la terraza ya todos estaban enterados que la celebración terminaría, mi esposo les había informado que no me sentía bien y cuando me vieron con el cabello desarreglado, mojado y mi cara demacrada; no tuvieron duda de lo que les había dicho Artem. El pastel solo lo contaron y luego traté de retirarme pero el cuerpo duro de mi esposo estaba detrás de mí, bloqueando mi escape.

— Te acompañaré, Mashitka — me susurro al oído mientras que me tomaba por la cintura, mi espalda estaba pegada a su pecho y pude sentir su polla enterrada en mi trasero.

Exhalo y me dejo llevar por él, viendo como mi madre y todos se despedían, no me pude despedir y no supe cómo fue que tan rápido, Artem y yo estábamos en la habitación, el lugar estaba a oscuras y en un gran silencio, lo únicos sonidos que lo interrumpia era mi respiración agitada y los pasos de Artem al pegarse más a mi.

Su manos pasaron de mi cintura a mis caderas apretando mi piel, aguanto la respiración mientras su aliento golpeó mi cuello

— Quítate todo — ordena y me suelta, enciende la luz y la claridad de la habitación aunque me deja ciega por un segundo, logre ver como se deshace con rapidez de su camisa, sacándola por sobre su cabeza.

Camina hasta la mesa de noche y saca un paquete, que se pone en la boca mientras me mira hambriento, y se quita el cinturón, luego el pantalón y sí boxer terminan en el suelo luego de patearlo para subirse en la cama.

Yo trato de recuperar un poco del aire que se ha escapa de ver ese monumento de hombre completamente desnudo y tocando su erección, grande y venosa.

— ¿Solo miraras? — dice con esa voz tan ronca y seductora que me pone la piel de gallina.

Tomo el dobladillo de mi vestido sin dejar de mirar su manos colocar el preservativo en su dureza, mis pulmones se queman porque me deja sin respiración, no aguanto la ansiedad de estar con él sobre la cama.

— ¡Vamos! quiero ver que tan putita eres mientras me montas y te comes toda mi polla — abro la boca porque siento que mi sexo, que ha estado palpitante desde nuestro encuentro en el pasillo, me hace gemir.

Él sonríe complacido mientras su mano sube y baja haciendo que su erección se vea cada vez más grande. Me saco el vestido y me quedo en tanga y él baja sus ojos hasta el triángulo de tela que aún esconde mi desnudez.

— Todo — su orden hace con mi cuerpo como si un latigazo quema mi piel.

Obedezco y gateo hasta llegar cerca de él y de un jalón me toma por la cintura y me monta sobre su cuerpo.

— Estoy ansioso y con mucha hambre, suka — susurra en mi boca mientras sus brazos rodean mi cuerpo pegándome de su pecho y haciendo que mi coño roce con su erección, jadeo al sentir el golpe en mi culo y mis ojos lo miran con rabia e excitación.

— ¿Me pones duro? — dice y tomó mi cabello con fuerza haciendo que mi cabeza gire hacia un lado, pasa su lengua por mi cuello y llega a el lóbulo de mi oreja — no me gustan esos juegos, pequeña zorra, si te doy una orden, obedece. — me amenaza haciendo que mi sangre fluya con mucha mas rapidez.

Me aparta jalando mi cabello y nos miramos.

— No... no juego — digo y él sonríe.

— No lo harás — asegura — nunca dejare que eso suceda — jadeó y gritó a la segunda cachetada que recibo en mi trasero, y estoy segura que ya tengo una marca.

— ¡Idiota! — gruño y él sonríe con malicia y recibo otra bofetada que me hace arder la piel.

— Comete mi polla — brama, mientras se come la boca y yo jalo ahora su cabello para apartarlo.

— Eres un maldito loco — le digo mientras miro como tensa su mandíbula de lo fuerte que lo sostuvo.

Él sonríe.

— Lo sé, por eso te hare que me exprimas la polla, malen'kaya shlyukha.

Hablar en ruso lo hace ver mucho más sucio y me excita como una loca. Muevo mis caderas y eso lo hace sonreír, suelto su cabello mientras me sostengo de sus hombros y jadeo mientras lo veo cerrar los ojos y pone la cabeza hacia atrás mientras gruñe, me masturbo con su polla y ambos estamos completamente empapados. Artem toma con sus manos mi culo y lo mueve adelante y atrás mientras ahora me mira apretando sus dientes y gruñendo como un animal.

De repente vuelve a golpearme la nalga y arde mi piel, levanta mi cuerpo y yo me apoyó con fuerza de su pecho mientras encaja en mi entrada húmeda, y cuando siento la presión el empuja sin compasión, haciéndome gritar mientras desgarrando mi interior, y cuando está dentro se empuja para sacarlo pero no por completo, porque luego mueve sus caderas y siento como se aprieta mi interior que rodea su polla.

— Vas a quemar mi polla con la caliente que estas — gruñe mientras me hace bajar y luego subir, mis caderas empiezan a moverse buscando su acomodo, el sostiene ahora mi cabeza y me come la boca con ansias mientras yo soy la que toma el control y él golpea mi trasero.

Ardo.

Me quemo.

Mientras todo mi cuerpo solo se deleita de sentirlo en mis entrañas, los sonidos sucios y pornográficos, sus palabras son para mi montones de oraciones sin sentidos mientras yo enloquezco queriendo llegar a mi clímax.

— Oh... si... — quiero correrme y me encantaría ver a este hombre correrse contigo, lo miro mientras bajo la revolución de mis caderas y nos miramos — quiero ver como te corres

El sonríe y muerde mi labio.

— Entonces no pares — golpea mi nalga — exprime mi polla y se una buena zorra.

Me come la boca mientras continuó moviéndome y él toma mis caderas con sus manos, me empuja a su cuerpo enterrándose en mi de una manera despiadada y que me excita.

Se corre, me corro y nunca pensé que mi cumpleaños terminaría de esta manera tan ardiente, junto a mi loco esposo ruso.

Se corre, me corro y nunca pensé que mi cumpleaños terminaría de esta manera tan ardiente, junto a mi loco esposo ruso

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Me robe a la noviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora