CAPITULO 4

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Artem


Tori me mira como si estuviera completamente loco, y en realidad ella no sabe, no tiene idea, que su situación ha cambiado completamente ahora que está en mi casa, con mis reglas.

Luego que se sienta, a regañadientes y haciendo un lindo puchero, le doy la espalda y me vuelvo a sentar en la misma silla manteniendo distancia, no quiero que se sienta que la estoy presionandola u obligandola, a hacer algo que en realidad tiene que hacer.

— Ayer te casaste con un imbécil, lo cual, no debía haberse realizado ese matrimonio, — le explico — yo tenía planeado llegar y sacarte; y salvarte de ese gran error; pero como te dije mis hombres y yo llegamos muy tarde. Gracias al cielo ellos estuvieron pendiente de ti y pudieron sacarse cuando el taxista desvió el camino, y lograron traerte sana y salva...

— Ajá — me interrumpe — Yo entiendo eso — dice con un tono bastante molesto, me hace gracia escucharla, sé que tiene un temperamento explosivo, algo descontrolado, lo sé; destrozó ocho autos casi nuevos, casi todos modelos costoso, cuando pedí que me enseñaran lo que había hecho ¡Jesús! en verdad, que ame esta mujer, tiene un puto temperamento que me encanta y me encantaria domar.

— Bien — continuo — pero como no pude llegar a tiempo, tuve que tomar otro plan — explico, ella me mira con detenimiento aunque sigue con su mandíbula tensa, sus manos apretando, sus piernas cruzadas, se ve sexy y linda. jamás la había visto así como ahora, sencilla y al natural, en realidad, creo que eso fue lo que más me llamó la atención de Tori, lo sencillo que puede ser

— Entonces — sigo explicando — ...bien, hablé con mi abogado y solicitaron la anulación de esa estupidez de matrimonio que tuviste con ese imbécil, — me mira y creo que se le cayó la mandíbula; siento que sonrío un poco al notar la forma en que sus ojos me observan, son oscuros, tan oscuros como su cabello.

— ¿Qué acabas de decir? — pregunta perpleja luego de un largo silencio.

— Lo que escuchaste, y lo que entendiste. — le aclaro — Mi abogado solicitara la anulación, será algo sencillo, lo firmarás solicitándolo tu, por qué por los obvias razones, él dudo que lo haga, te engañó y te fue infiel, debería ser demasiado cara dura para hacerlo luego de lo que te hizo pasar. Son pasos sencillos — le explicó lo que el abogado me dijo, — firmas la forma e inmediatamente tendrás la anulación de tu matrimonio; luego él será llamado al juzgado y....

— Ya vaya, ya vaya.... — me interrumpe levantándose, poniendo las manos sobre la mesa dejando ver algo de sus senos, pero no me distraigo de sus cara — ¿que hiciste que? Hoy es domingo, ¿quién carajos llama un domingo a un juzgado civil para anular un matrimonio?

Yo lleno mis pulmones de oxígeno.

— No puedo decir que me siento orgulloso por eso, pero eso hice, y necesito que entiendas pequeña lo que sucederá.

— ¡Qué mierdas! — se altera más — es de verdad que tú eres un loco maniático, ¿eres un... eres un asesino? ¿Qué tipo de persona eres? ¡Jesucristo! no, no... — pone las manos en su cabeza y empieza a caminar en círculo — ¿Quién eres tú? — ahora soy yo quien cruzo mis brazos sobre mi pecho

— Artem, soltse — Le repito mi nombre, quiero que se lo grabé y más cuando lo lleve en el acta de matrimonio que firmará

— Bien, Artin Sacaloco, te voy a decir algo: vas a abrirme la puerta, me vas a dejar ir, y me voy de esta mierda, — ¿me amenaza? — no sé quién eres, no sé qué te traes en mano, y no sé qué locura te has inventado, si estás obsesionado conmigo, si eres un loco maniático, te lo voy a decir solo una vez: ¡NO ME VAS A TOCAR!

Ahora sonrío al ver que toma un cuchillo de mesa, mis hombres que aún están cerca. más que todo Marcus, la mira alerta y da un paso hacia el comedor y yo levanto la mano para que se detenga, no quiero que ninguno se acerque.

— ¿Qué tipo de personas crees que soy Tori? — pregunto.

Aún empuñando el cuchillo.

— Eres un maniático loco, manipulador, creo que eres uno de los más buscado de todo el mundo, la verdad ¡quiero que me dejes salir de una vez!

Dejo de sonreir, esta nerviosa y no quiero ponerla peor.

— Cálmate — le digo aunque sé que no lo hará.

Ya vi las consecuencias de sus rabietas y temperamento de Tori. Aflojo mis brazos que estaban tensos, y la miro en silencio por unos segundos, sé que la pone nerviosa, la intensidad con que la observo, pero es difícil no hacerlo cuando quisieras estar dentro de esa cabecita enloquecida de Tory Rusell.

— Tori haremos esto, cuando traiga la anulación, te traeré la solicitud de registro de matrimonio para que te cases conmigo. — le informo.

Si antes se le cayó la quijada con lo de la anulación, ahora completamente perdió la conciencia, me miró estupefacta y comenzó a reír.

Me gusta como ríe, es la segunda vez que lo hace: tapa su boca y pone la cabeza hacia atrás, su melena ondulada llega a tocar su trasero, su hermoso y redondo trasero.

¡Ya basta Arten! primero lo primero.

— ¡Estás loco, estás completamente loco! — comienza a gritar de repente.

Yo exhalo un suspiro de frustración, sabía que esto no sería fácil, sabía que ella no entendería que sería mi esposa, sabía desde que el comienzo que el temperamento de Tori Russell era mucho más fuerte que el mío, pero soy un hombre paciente.

— Tranquila — me levanto y camino hasta ella. da un paso hacia atrás y aprieta sus puños a cada lado de su cuerpo, empuñando aún el cuchillo en una de sus manos.

— ¿Me vas a obligar? ¿Me vas a violar — dice ella asuata, pero demostrarno que es fuerte.

Camino con pasos pausados hasta estar a poco centímetros de ella.

— Tori Russell, no obligó a ninguna mujer y aunque mis hombres tengan armas, aquí nadie lastima a nadie — tomé su mano y se sorprendió está demasiado tensa, le quité el cuchillo y lo volví a colocar sobre la mesa, apoyé mi mano sobre el mantel y la miré a los ojos, ella se sorprendió lo cerca que estábamos el uno del otro, sus ojos están completamente oscurecidos llenos de furia, confusión y le entiendo, comprendo muy bien que es difícil entender que será mi esposa.

— Sube Tori, descansa y mañana verás esto distinto — le hablo.

— Estás loco, — me escupe — yo no dormiré otra vez aquí

Suspiro y me acerco un poco más susurrándole a su oído


— Solo hay una manera de salir de aquí — susurro — siendo mi esposa.

— Solo hay una manera de salir de aquí —  susurro —  siendo mi esposa

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Me robe a la noviaUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum