CAPITULO 30

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Artem


He visto durante la noche a Tori beber vino como si fuera agua, estoy seguro que ahora debe estar tan ebria que tendré que terminar la reunión de manera abrupta antes que arruine lo que había planificado, todo esto para que mis padres y los de ellas estuvieran tranquilos con nuestro matrimonio. Con los míos no se si funciones, pero con los de Tori, definitivamente me fue bien.

Pero cuando la veo a mi querida esposa inclinarse sobre la mesa y tomar algunas frutas apunto de caer en la fuente de chocolate fui hasta ella.

— Es suficiente Mashitka — le digo tomándola por la cintura y enderezándola.

Ella me mira con una sonrisa tonta y se mete una fresa en la boca. Por la comisura de su boca veo rodar una gota de néctar de la frutilla y se la quitó con el dedo, luego lo llevó a mi boca.

Ella mira mi movimiento y la veo tragar fuerte, no creo que esté tan ebria para no sentir que coqueteo con ella. Yo también me sentí algo ebrio, eso es lo que creo, relajado por lo menos estoy, luego de unos vasos de vodka que compartí con Sergei mientras escuchábamos las aventuras de Simón Russel quien resulta algo polifacético y mi padre la escucha con mucha atención, aun sabiendo que estaba vociferando que no estaría para la cena de cumpleaños que le había preparado a Tori, pero ahí están, ellos compartiendo una botella, no, más bien, dos botellas de vodka y se que ya estás lo suficientemente alcoholizados para saber que viene luego de eso, Sergie querrá ponerse a bailar y retarme a que lo haga, pero ya tengo demasiado tiempo que no hago ese tipo de bailes, así que dudo que me importe que me rete.

— ¿Quieres que termine la cena? — le pregunto cuando vuelve a inclinarse y esta vez casi muestra los cachetes de su trasero al inclinarse, no se quien le dijo que se pusiera ese vestido tan diminuto que me tiene la polla dura desde que la vi.

— ¿Para qué? — voltea a ver hacia su madre y luego a su hermana que ha pasado toda la Reunión pegada al celular, imagino que escribiéndose con Garmet, niña idiota, no se como las Russell pudieron creerle ese imbécil.

— Todos se divierten — dice ella simulando una sonrisa alegre pero se que no lo está, su cara durante la noche ha permanecido con un sonrisa hipócrita y de boca cerrada.

Definitivamente no le gusto ver a su familia aquí, aunque me esforcé para que tuviera ese espectáculo de la cena, Tori no se sentía cómoda, no sabía como terminaría esto, pero imagino que bien, ya que lo hice principalmente fue para nuestras familias, y me arreglaré con el mal humor que tendrá Tori cada vez que me vea y recuerde que su noche de cumpleaños fue una basura por la presencia de su familia, quien no pude aceptar que la hayan traicionado y preferido a su pequeña hermana mentirosa.

— ¿Te diviertes Mashitka? —  le pregunto mientras me sirvo otro trago de vodka y le quitó la copa que se pretendía llevar a la boca, hace un pechero y luego va hacia las frutillas — es tu cumpleaños — le recuerdo y me tomo el liquido que quema mi garganta.

— Feliz cumpleaños a mi — dice tomando otro copa pero vacía y finge tomar. — odio los cumpleaños — masculla mientras se engulle otra fresa y su juga sale por su boca, ella ríe y luego se tapa la boca con la mano.

— Podría terminarla ya, si me lo pides — me inclino y le hablo al oído.

Sin apartarme ella me mira y sonríe.

— Sabes que sé lo que me dice tu padre — me apunta con su dedo y la miró con curiosidad frunciendo el ceño.

— ¿Ah sí? — respondo

— Si — asienta con la cabeza y vuelve hacia las fresas. — zorra... no, me llama puta — ríe al escucharse muy alto y luego baja la voz — mujerzuela aprovechada — habla y ríe — nego... nogeygay... — golpea su cabeza porque se que trata de pronunciar lo que papá dijo cuando la vo la primera vez.

— No sabes lo que dices Mashitka — le digo y vuelvo a servirme más vodka y antes que me lo tome ella se inclina hacia mí y susurra.

— ¿No crees que soy una zorra? — pregunta y la miro, arquea su espalda y levanta su trasero, mi polla palpita.

Muerdo mi labio y sonrió al ver como me mira.

Está siendo lo suficientemente zorra para hacer que me ponga muy duro y quiera follármela ahí mismo.

— Puedo ser más zorra, si quieres — susurra con la suficiente picardía que me dice que el alcohol está hablando por ella.

Miro hacia mis padres y los de ella, no quisiera que nadie la viera así, me gusta mas que se porte como zorra cuando estamos solos, así podría no aguantarme las ganas que le tengo a esta Tori, zorra y todo.

Levanto la mano y la meto entre sus cabellos, acariciando su mejilla con mi dedo, siento como se tensa cuando me acerco a ella y le habló al oído para que nadie más escuche.

— Te ves lo suficientemente zorra que te follaría aquí mismo, moya shlyukha. 

 

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Me robe a la noviaWhere stories live. Discover now