CAPITULO 24

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Tori

— Deja de hacer un escándalo —  me dice el ruso loco, luego de que llegara y mis cosas estaban en su habitación

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— Deja de hacer un escándalo — me dice el ruso loco, luego de que llegara y mis cosas estaban en su habitación.

No sabía que tenía que cuidar las apariencias delante de sus padres, al final, este matrimonio es mentira ¿no? pero ahora Artem me pide que duerma en su habitación porque su gemela, Maki, está en la habitación rosada, que según su madre sospecha, ya la noche anterior me había quedado ahí, pero hoy decidió dormir ahí, ¿la razón? el hermano mayor de ellos llegará en horas de la madrugada y parece que el tal Sergei tiene más autoridad que el propio padre, porque Artem, mi esposo ruso loco esta de mal humor y desde que llegó de trabajo ha estado discutiendo por todo, como ahora, que me niego a dormir a su lado.

— En la casa hay más habitaciones podría...

— Ya dormidos juntos, una vez, — me interrumpe — no entiendo tu negativa ahora cuando tengo que también soportar a mi familia husmeando en mi casa.

Lo miro y aunque siento mi cara arder de la vergüenza de recordar esa mañana cuando desperté en su cama y le hice una mamada vespertina que hizo que termináramos haciéndolo, no he querido repetir la anécdota, ¿o si?

¿Maldición Tori, porque este hombre te hace ser una perra cachonda? no lo entiendo.

El se quita la chaqueta de su traje verde oscuro y se afloja la corbata.

— Solo hasta que se vayan el lunes — me dice y pongo los ojos en blanco, porque no lo dice como una disculpa si no como una puta orden.

Este hombre no sabe pedir, solo ordena porque tiene un ego tan enorme que se cree el rey del mundo, o más bien, del maldito universo.

— Solo diles que me secuestraste y me obligaste a casarnos — lo reto y lo miro ahora desabotonar su camisa, me pone nerviosa y lo sabe.

Creo que se divierte.

— Jamás te obligue, diría mas que te persuadí — dice sarcástico y abro mi boca para hablar pero entonces se ha quitado la camisa.— y tú al final aceptaste.

La calentura que se siente en mi rostro se me acumula debajo de mi vientre, ¿Por qué mierdas es tan, tan perfectamente imperfecto?

Mi mirada baja de sus ojos azul grisáceos hasta su pecho y llega a su perfecto abdomen y en el momento en que pensé bajar mas vi como llevo sus manos hasta su cinturón de cuero negro, mis ojos suben nervioso hasta su mirada otra vez.

Lo disfruta el muy imbécil, lo sé.

— Tomaré una ducha para bajar y cenar con mi familia — dice eso y se mete en el baño.

Exhaló un suspiro de alivio y me abanico la cara como las manos.

¿Qué mierdas?

La cena fue incómoda, ellos hablan en ruso y yo solo me quedo en silencio porque siento que discuten por mi presencia en la mesa, la madre de Artem trata de ser amable y yo le agradezco aunque ella también me mira de vez en cuando con algo de duda. Maki es la que parece que disfruta todo aquello y hace que Artem la mire en silencio mientras sus fosas nasales se ensanchan.

Cuando Artem se levanta de la mesa quisiera estar aliviada pero no lo estoy, ahora me tocará lidiar con él y mi calentura.

Ya en su habitación apenas entramos Artem va hasta el escritorio que esta a un lado y toma una laptop sentándose con ella encendida en el sofá de cuero, yo resoplo y decido buscar mi ropa de dormir, nada sexi por cierto, pantalones largo de algodón y camisa manga larga.

Entro al baño y me siento en el wáter para calmar mis estúpidos nervios, ¿Cómo lidiar con otra noche al lado de él?

Luego de no encontrar una salida, decido tomar un ducha porque ya estaba pensando en cosas que no debía pensar, y luego termine tocándome pensando en las manos grandes y perversas del ruso, me reprendo al no poder controlar mi cuerpo, no puedo estar cerca de él, ya una vez lo estuve y ¿Qué pasó? Si, fui yo, yo estaba cachonda y su cuerpo tibio a mi lado.

No quise terminar mi faena, ya que no podía permitirme ser tan débil y estúpida. Artem es un loco y aunque trate de hablar con sus padres sobre lo que sucede aquí es difícil cuando son tan hostiles y fríos conmigo, ¿será que todos los Sokolov son así? aunque Maki es más bien una mujer despreocupada, es como si no le importara nada a su alrededor.

Noto que al tomar el jabón líquido tiene un olor particular y conocido para mi, es extraño, a menudo trabajó con olores y es imposible olvidar los que yo misma creo para mis líneas, me sorprende es que el hombre tenga en su baño mi jabón líquido, no quiero darle más a la cabeza porque al final se que Artem está ya obsesionado conmigo y no debería de sorprenderme que haya tenido por mis productos.

Al salir de la ducha y noto que ahí sobre el estante hay varias lociones y una es de mi línea para hombres, la tomo y veo que ya ha sido usada.

Es un loco obsesivo — me digo.

Esto lo hizo porque sabía que yo entraría alguna vez aquí y vería esto.

Todo en este hombre está calculado, él sabe muy bien lo que hace, no soy estúpida.

Salgo del baño y él ya estaba en la cama, de espaldas al baño así que aproveche y me usa otra colcha que seguro puso ahí.

A la mañana siguiente me levanté y él ya no estaba, no sé, me sentí extraña, con un deje de desilusión. Artem me estaba ignorando y eso golpeó mi estúpido ego.

*************

Pronto sabrán la verdad detrás del nombre de la historia, la familia de Artem fue los que me inspiraron elegirlo, de hecho fueron sus padres, sus descendencias y sus costumbre.

Espero que les este gustando, pronto habrá un encuentro entre Artem y Tori, prohibido a menores de edad.

Las imágenes de la novia fugitiva fue generada por Bing AI generador de imágenes.

Me robe a la noviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora