Capítulo Cuarenta y Cuatro

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Cuando abrió sus ojos, su cabeza dolía a horrores, Jungkook llevó una de sus manos a su frente y frunció su ceño. De repente, un olor a comida casera invadió sus fosas nasales, pero cuando quiso moverse, su marca ardió.

— Ahh…

No supo en qué momento cerró sus ojos nuevamente a causa del dolor y se quedó allí hasta que finalmente se durmió, pues se sentía demasiado cansado. Ni siquiera prestó atención a su alrededor hasta que oyó algunas voces cerca minutos después que lo hicieron mantenerse alerta.

— No creo que sea correcto.

— No pude dejarlo allí.

— Hyung.

— Se desmayó, sólo cayó y Haneul se preocupó.

— Tu noble corazón siempre nos trae problemas— suspiró — Tengo que informarle acerca de esto, regresaré con ella.

— Bien…

Jungkook se mantuvo al margen, sus ojos se mantuvieron cerrados en todo momento cuando oyó a la puerta ser abierta lentamente. Se sentía molestó pues su cuerpo enteró ardía como el infierno, sabía que estaba mal y en esas condiciones no podría atacar a esa persona. Pero todo quedó en segundo plano cuando sintió como su camisa era abierta con cuidado, en los tres primeros botones, y luego un paño frío en su pecho.

Estaba intentando bajar su fiebre.

Quería permanecer allí solo un poco más, hasta que ese aroma a lavanda invadió sus fosas nasales y sus ojos se abrieron repentinamente. La persona a su lado no previó sus movimientos pues de un momento a otro ya se encontraba acorralada en la cama bajo su cuerpo.

— Quién — calló.

— Y-yo, solo quería ayudar — susurró.

Los ojos de ese Alfa seguían mirándolo incrédulos, la expresión en ese rostro era extraña para él.

— Eres tú…en verdad eres tú.

Jungkook sentía un nudo en su garganta que apenas le permitió decir unas palabras.
Esos grises ojos lo observaba con confusión.

— ¿Yo?— susurró apenas audible.

Y el alfa solo lo besó, lo besó sintiendo como finalmente esa tristeza de años, ese dolor que había cargado en todo ese tiempo, se desvanecía en solo unos cuantos segundos.
El Omega bajo su cuerpo intentó alejarlo y luchó al comienzo, pero luego se rindió a sus labios, aunque no correspondió.

— Te encontré — susurró uniendo sus frentes.

— Que es- ahh— gimió adolorido.

Su cabeza comenzó a doler y su cuello ardía como el infierno, era insoportablemente doloroso.
Jungkook se asustó al verlo en ese estado, pero antes de poder hacer o decir algo, alguien más entró y lo empujó lejos del Omega.

— Jimin Hyung — llegó a su lado.

Los ojos incrédulos del Alfa vieron a ese rubio Omega entrar a la habitación, Félix. Pero eso no fue todo, la persona que lo había alejado de Jimin, era él.

— ¿Namjoon? — susurró con incredulidad.

El alfa suspiró al verlo.

[...]

Jimin se encontraba en su habitación, Haneul dormía plácidamente en la cama mientras él lo observaba. Todos se marcharon, incluso ese alfa, pero él no podía dejar de pensarlo. La sensación de sus labios seguía allí y su Omega estaba nervioso, pero también asustado al no saber qué había ocurrido.

Realeza Azul |• KookMin Where stories live. Discover now