Capítulo Treinta y Dos

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Esa mañana, despertó sin ánimos de nada, para Taehyung fue difícil levantarse de su cama y enfrentar la realidad en la que se sentía atrapado, más aún cuando en su escritorio se encontraba ese sobre rojo.

Después de tomar una larga ducha, se vistió y suspiró mientras tomaba asiento en su escritorio.

— Lo siento Jimin — susurro comenzando a escribir.

La primera vez que lo conoció, pensó que era adorable pero al mismo tiempo alguien extraño, Taehyung se dijo a sí mismo que jamás podría congeniar con alguien como Park Jimin, pero un día ese adorable Omega se acercó a él con una sonrisa y le dió dulces diciendo que él ya no los quería. Taehyung recuerda cómo es que los aceptó extrañado por su amabilidad, así como también recuerda ver al príncipe Hoseok preguntando por sus dulces minutos después. Ese rubio y travieso Omega le había robado los dulces a su hermano y se los había dado a él, aunque su travesura no acabó allí, sino que lo acusó con Hoseok. En ese momento, Taehyung tenía ganas de asesinarlo, sus ojos cafés miraron los de ese alfa sin saber qué decir o hacer a continuación, pero en lugar de enojarse, Hoseok le sonrió y se presentó ante él con una pequeña reverencia.

Las cosas con Jimin fueron complicadas al comienzo, pensó que quizás ese Omega tenía algo contra él, pero luego descubrió que siempre estaba solo en ese castillo, que nunca salía y que su única diversión era hacer bromas a los demás, incluyendo su hermano quien en lugar de enojarse, lo celebraba y jugaba con él. Esa familia era muy unida a comparación de la suya y eso le causó celos. Tiempo después, cuando volvieron a encontrarse, descubrió que ese Omega, no era solo un niño travieso sino más bien uno con grandes sueños de libertad, eso fue lo que más lo atrapó. Jimin le sonreía con ternura y diversión, le enseñó que la vida aún tenía mucho que ofrecer y que podía elegir su camino, le mostró como soñar despierto. Y Taehyung le creyó, soñó con él miles de veces, experimento cosas que jamás pensó que viviría, por un momento dentro de su corazón pensó que todo lo que Jimin decía podría ser realidad.

Hasta que  su compromiso con Hoseok fue anunciado un día. Su deseo de libertad fue pisoteado, sus objeciones ignoradas por completo…
Solo le quedaba soñar despierto por las noches esperando que un día de estos, él pudiera ser tan valiente como ese rubio Omega.

Jimin a diferencia de él, se adueñó de su destino, podía hacer que todos a su alrededor se sintieran en paz y acompañados, pero él solo esperaba y realizaba sus deberes como cualquier otro.

— Nunca podré ser con tú, aúnque lo intente, jamás podré ser tan valiente — susurró dejando la carta en el sobre.

Sus ojos se llenaron de lágrimas vários segundos después al recordar la noticia del embarazo del Omega, instintivamente Taehyung llevó sus manos a su vientre.

— Debí protegerte más…

[...]

No había salido de su habitación, más bien se quedó allí y se disculpó con todos, aunque luego descubrió que Jimin y Jungkook también desayunaron en sus aposentos. Taehyung pasó toda la mañana pensando en su situación y lo que haría a continuación, pero después de sentirse asfixiado, salió de allí y fue camino al jardín.

— Veo que aún sigues aquí — hablo Seokjin.

El castaño lo observó sorprendido de su presencia allí.

— Hyung…vienes por-

— Si — asintió — A decir verdad no, acabo de enterarme — sonrió — Quién lo diría.

— Mmm…

— Kim — lo observó.

—¿Si?

— Lamento tu perdida, quería decirlo antes pero Y-

Realeza Azul |• KookMin Where stories live. Discover now