Capítulo Treinta y Cuatro

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Jungkook seguía sin poder creer lo que sus ojos veían, cuando llegaron al calabozo, espero encontrar a ese malnacido y enfrentarlo hasta sacarle la verdad, pero en su lugar sólo encontró su cuerpo sin vida.

— ¿Qué pasó aquí?— preguntó Namjoon con su ceño fruncido.

— Intentamos detenerlo pero ya era tarde — informó un oficial — Desgarró su garganta con el filo de una roca, no pudimos detener la hemorragia señor.

— Intentamos interrogarlo camino aquí mí señor— habló otro con dirección a Jungkook — Dijo que usted debía pagar por sus actos, que solo era la primera advertencia, no buscaba matarlo solo advertirle.

— Alteza…— llamó Namjoon.

— Envía una carta al Rey Hoseok, Jimin no está seguro aquí.

— ¿Qué planeas?— frunció su ceño Yoongi.

— Si esto es solo contra mí, significa que seguirán haciéndolo, no puedo poner la vida de mí Omega y mí hijo en riesgo — suspiró mirando a Namjoon — Asegúrate de que llegue a él en específico, nadie más que él, dile que Jimin partirá en una semana días y que no debe reportar de esto a nadie.

— A sus órdenes mí señor — asintió retirándose.

Yoongi suspiró mirando al Alfa, sabía que Jungkook tenía sus motivos, pero también sabía que podían acabar con todo de raíz.

— Jeon.

— No puedo hacer eso.

— Esperarás a algo peor.

— ¡Sabes que no puedo hacerlo Min!— gritó con enojó — Si lo hago significaría una guerra, no puedo arriesgarme cuando Jimin lleva en su vientre a mí hijo, no puedo hacerlo.

— Lo sé, es solo que trato de buscar una solución a esto— susurro cabizbajo — ¿En verdad crees que estará seguro en ese lugar?

— Él no se atrevería a hacerle nada allí.

— Ya demostró que eso es lo que más buscá Jeon.

— Entonces, ¿lo dejo aquí y solo espero a que vengan por él? No puedo ir por él, ¿sabes lo que eso significaría?

Debía admitir que tenía razón, si Jungkook actuaba ahora pondría la vida de Jimin y el cachorro en peligro.

— Confía en mí, Namjoon se quedará con él y Wheein también— dijo a lo que Yoongi miro al Alfa de forma extraña — Debemos actuar Min.

— Bien como digas — asintió — Pero responde…si las cosas no salen como esperas, ¿te atreverías a desenvainar tu espada contra él?

Jungkook lo observó con sorpresa ante su pregunta, pero la mirada decidida en sus ojos fue la que más sorprendió a Yoongi.

— Me ocuparé de esto y luego iré por él, lo juró.

🍓🌼🍓

— ¿Puedo preguntarle a qué se debe esas increíbles sesiones de sexo en estos últimos tres días mi rey?— sonrió Jimin acariciándo el cabello de su alfa.

Jungkook le devolvió la sonrisa y lo tomó de sus caderas para invitarlo a seguir moviéndose sobre él. El Omega solo gimió aferrándose a sus hombros.

— Ah~hg responda…

— Hablaremos de ello cuando terminé — murmuró dejando besos en el cuello del rubio.

Habían pasado meses desde que su relación mejoró y Jimin aún no tenía una marca en su cuello. Pero él sí, la marca de su hermoso Omega aún seguía grabada en el suyo, su madre se burló de él cuando se enteró.
Jungkook no quería apresurar las cosas para el menor, pero se encontraba ansioso por clavar sus colmillos en su cuello y sentirlo en su totalidad. Aunque gracias a lo ocurrido en su coronación hace tres días atrás, hablar acerca del tema no era conveniente.

Realeza Azul |• KookMin Where stories live. Discover now