Realeza Azul |• KookMin

Capítulo Cuarenta y Dos

6 años después
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Jungkook sonrió luego de su disparo, con la misma sonrisa engreída miró a Min a su costado.

— Creo que soy mejor que tú con él arco.

— Presumido, ya estás viejo para esto.

— Sólo tengo veintisiete desgraciado, de qué vejez hablás — rió agitando las tiendas de su caballo.

Yoongi lo siguió de inmediato, iba a seguir la discusión, pero guardó silencio al verlo quitar la flecha del animal.

— Tu madre morirá pronto — dijo bajando de su caballo.

Internamente se reprendió por decirlo de esa forma, se suponía que debía ser más sentimental pero era mejor él que Seokjin. Su Omega hubiera sido más despiadado con sus palabras.

— Lo sé, el doctor dijo que no le queda mucho tiempo — suspiró.

— Jungkook.

— No sigas.

— No puedes seguir con esto, debes elegir a un Omega, el tiempo pasa y necesitas un heredero, deberías darte una oportunidad y dejar de perder el tiempo.

— Lo dices como si fuera sencillo…olvidar a alguien.

— Llevas seis años pensando en ellos, ya no están aquí, sé que quizás sea cruel de mi parte decirlo, pero es la verdad— suspiró — Jimin hubiera querido que seas feliz.

— Ya cazamos tres, creo que es momento de irnos, la señora Sung estará feliz con esto para la cena — sonrió cambiando de tema — Vámonos a casa.

Yoongi negó con su cabeza, pero aún así lo siguió. Quizás debía decirle que en dos días se haría un baile en el palacio en honor a él para que eligiera a su futuro Omega.

— Creo que de todas formas lo sabrá al llegar — murmuró para sí.

[...]

— Sigues yendo a cazar al bosque— suspiró — Creo que deberías buscar otro pasatiempo como el de buscar un Omega.

— Mamá — la observó Jungkook mientras dejaba su espada a un lado.

—Ya deja de afilar eso. Dios no permita que tengas que volver a usarla — susurró cabizbaja.

— ¿Qué deseas?— preguntó con cansancio.

Ella suspiró y tomó asiento a su lado a lo que Jungkook le sonrió tomando su manos entre las suyas. Su amada madre ahora tenía encima los años de su vejez, ya no era tan radiante como hace seis años atrás, más aún después de la muerte de su padre.

— Se que fuiste al lago hace unos días, hace tiempo que no lo visitas.

— Mamá…

— Yo solo no quiero que sigas sufriendo, tu padre tampoco hubiera deseado esto para ti Jungkook, incluso Jimin.

— No quiero hablar de esto ahora — alejó sus manos.

— Sé que diste lo mejor de ti en estos seis años, fuiste un gran rey y ayudaste a tu gente — le sonrió tiernamente — Ellos te alaban como a su rey Jungkook. Tú padre estaba orgulloso de ti, y lo estaría aún más al saber todo lo que hiciste en su lugar.

— Es lo menos que puedo hacer, mi gente me necesita fuerte.

— Exactamente — asintió — Y es por eso que-

— Que necesito un heredero — finalizó por ella.

— Hijo, los nobles hablan de ti, del hecho de que no tienes Omega y de que a causa de eso el reino peligra sin un futuro sucesor.