18. Times Like These.

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Canción: Times Likes These - Foo Fighters

— Hey —saludé llamando a Valentino— Tú equipo está arreglado —dije.

— Perfecto —me respondió— Sabía que podrías hacerlo.

Me colgó y yo me quedé poniéndole la última actualización, bostecé mirando la pantalla mientras la puerta detrás de mi se abrió.

— Como vuelva a ver a esa niñata... —murmuró Val caminando hasta llegar al lado de mi silla— No se puede ni imaginar lo mucho que lo ha complicado todo.

Asentí, todavía distraída, mirando la pantalla.

— Bueno, ya estaría —me levanté y pasé por delante suyo andando.

— Espera —me dijo. Yo me quedé quieta y lo miré. De verdad intimidaba que fueae tan malditamente alto.

Alcé una ceja.

— ¿Qué?

Él se acercó hasta llegar a mi lado, exhaló el humo de su cigarrillo, levemente aromatizado.

— Me gustaría que nos llevásemos bien, _______.

Me encogí de hombros.

— Ya nos llevamos bien —afirmé, dándome la vuelta para encararlo— No tengo ningún problema contigo.

Val rio poniendo los ojos en blanco, se agachó para mirarme a la cara y una de sus manos sujetó mi barbilla mientras las otras tres se mantenían en sus caderas.

— Me miras mal —dijo.

— Miro mal a todo el mundo —se me escapó una sonrisa y él rio.

— Hmm ¿sí? —su voz era casi seductora. Yo no pude ocultar mi sonrisa y puse una mano sobre su muñeca.

— A mí no me vengas con tus juegos, Val —dije, mirándolo— Si quieres algo me lo dices directamente.

Sonreí levemente dándole la espalda y poniendo la mano en el pomo de la puerta.

— Vox no te lo ha dicho todavía ¿verdad? —dijo. Mi corazón se aceleró.

— La última noche que estuve con él —susurró Val— Hace unos días, le propuse que tú te unieras a nosotros. No parecía nada contrariado a su propuesta. Pero al parecer no te la ha transmitido —rio levemente.

Alcé una ceja.

— No suena mal —dije, mirándolo, abriendo la puerta— Pero no vas a ganarme tan fácilmente, Val.

Val emitió una carcajada.

— ¿Qué ha hecho Vox que no podría hacerte yo?

Sonreí levemente.

— Esa es la cuestión, que no lo sé —sonreí— Y que voy a esperar que la propuesta venga de su parte. No de la tuya. Nos vemos, Val.

Salí de la sala dejándolo solo en su camerino.

Sinceramente, no me parecía mala idea. Pero no me gustaba hacerme la fácil, a mí nadie me conseguía con facilidad. Aún menos el proxeneta que se moría por darme como cajón que no cierra. Iba a tener que ganárselo.

Sonreí para mí misma yendo a la sala de mando. Saludé a Vox mientras este estaba trabajando.

— Tu novio está más caliente de lo que pensaba —dije con una risita. Él alzó una ceja.

— ¿De verdad te ha propuesto lo de..?

— Esperaba que me lo dijeras tú primero —dije, poniendo una mano cariñosamente en su hombro mientras miraba la pantalla más cercana— Podemos pensarlo.

— Val no es como yo ¿lo sabes, verdad?

Reí.

— No sé si considerar eso algo bueno o malo.

Él se encogió de hombros.

— Depende de qué te guste en la cama —respondió.

Yo reí levemente sentándome en la silla de su lado, contemplando las pantallas.

— Ya te dije lo que pensaba de él. Parece un masoquista desquiciado y que se le va todo de las manos. Pero no me opongo a ello. Puedo pensarlo.

Vox me miró de reojo.

— No quiero que esto impida nada entre nosotros, ya sabes...

Vox asintió, centrado en la pantalla.

Esta pantalla empezó a sonar, una llamada entrante. Alcé una ceja.

— ¿Qué? —musitó Vox frunciendo el ceño.

— Hey... —susurré leyendo la llamada— ¿Eso no es el idiota que infiltraste en el Ho-...?

La iluminación de las pantallas se volvió roja, me quede bocabierta.

— Tendrás que hacer un mejor intento la próxima vez, viejo amigo.

Oh no. No. No. No.

Vox dio un chispazo.

La cara de Alastor ocupaba el monitor principal. Me levanté poniendo las manos en los hombros de Vox y alejándolo del resto de ordenadores. Si tenía un cortocircuito iba a cargarse todo el equipo técnico.

— ¡Ĥįĵø đę...!

Alastor había desaparecido y las pantallas estaban apagadas, parpadeando. Con un poco de suerte no me había visto y solo había mirado a Vox. Seguramente así había sido...

— Vox —me puse delante de él cogiéndolo de los hombros, su pantalla mostraba un barra a medio cargar con un "Loading' al lado— Vox —repetí.

El hombre no respondía, los brazos le colgaban a los lados, inertes. Suspiré, sujetando los bordes de su pantalla.

— Vox —me mordí los labios, tiré de sus hombros y sus brazos para levantarlo. Estaba consciente pero a la vez ausente. Se levantó y yo me apoyé en el escritorio mirando su pantalla. Lo acerqué hacia mí.

Sus brazos por fin reaccionaron y para mi sorpresa me abrazó.

Me quedé quieta, envolviendo su espalda con mis brazos mientras su pantalla todavía cargaba.

Puse una mano en su nuca, estaba muy caliente, probablemente una aceleración del sistema. Olía un poco a quemado.
Por fin su rostro regresó y parpadeó un par de veces, su boca en lo contrario a una sonrisa.

— ¡VOY A...!

— Calma —puse una mano en su pecho mientras todavía lo abrazaba con la otra— Mírame —sujeté el borde de su pantalla para que se centrase en mi rostro— Voy a infiltrarme en ese Hotel. Para ti ¿vale? Pero necesito que me prometas que vas a intentar controlarte. Si estropeas el sistema no podré ayudar estando allí. Iré mañana. Estaré unas horas y por la noche regresaré ¿sí?

Él asintió, dio un suspiro y me acercó contra su pecho. Yo correspondí. Era extraño verlo cariñoso, supongo que iba a aprovecharme de ello.

Le di un beso en lo que sería su mejilla.

— Está bien —dijo él.

Sonreí levemente, todavía apoyada contra el escritorio y su cuerpo pegado al mío, apoyé mi cabeza en su hombro y él me acarició la espalda.

— Hay que volver al trabajo —dijo. Yo asentí.

Y me senté a su lado para empezar a trabajar de nuevo.

The Masochism Tango || Vox x Lectoraजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें