8. Sex on Fire.

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Canción: Sex on Fire - Kings of Leon

Aviso: A partir de aquí empieza la parte más dolorosa de la historia en mi opinión. Quería darle un poco de realismo, no iba a ser un amor correspondido de golpe y todos felices. Recordemos que estamos en el infierno, y que Vox no es un santo. Aquí empieza el angst/angustia de la trama, bueno, ya empezó un poco en el capítulo anterior, pero sigue.
Tal y como dije: no alarmarse, la historia terminará bien. Pero ahora hay curvas, baches y dolor. Y también placer. Así que eso, aquí la cosa se pone sentimental y mi corazoncito ha sufrido un poco escribiendo esto (no solo este capítulo, los que vienen también).
También notaréis que los capítulos serán más largos (este y el siguiente tienen más de 2000 palabras). No aseguro que todos vayan a ser así de largos a partir de ahora, depende del contendio del capítulo volverá a bajar a las 1000 palabras, en el caso de este y el siguiente... es lo que tiene querer escribir con detalles, que se alargan un montón.

¡Espero que os guste!

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Actualidad

Me recuperé, no sé si por obligación o porque me autoconvencí de que estaba bien.

Mi vida había vuelto a la relativa normalidad. Oh, qué inocente era.

Esa mañana cuando llegué a la sala de mando me encontré con algo que no esperaba.

No había nadie.

Cogí el móvil.

Tú: [8:19] Hey jefe, ¿todo bien?

Me quedé haciendo el análisis de datos diario y ordenando unos documentos. Vox llegó casi media hora después. Yo me quedé sentada en su silla, concentrada. Su café se había enfriado ya así que me lo había bebido yo. Se preparó el mismo uno.

Llegó en silencoo hasta mi espalda, puso una mano sobre la silla.

— Buenos días —dije. Terminando lo que estaba haciendo.

Vox me contestó con un gruñido. Me levanté de su silla y lo miré. Me temía que su pantalla volviese a estar rota pero por suerte no.

Se mantuvo callado casi todo el día. Cuando mi turno había terminado decidó hablar.

— ¿Estás bien? —dije. Él no apartaba la mirada de la pantalla de delante suyo.

No respondió.

Puse una mano en su hombro y apreté un poco.

— Oye —dije— Mi turno ha terminado. No te estoy preguntando esto como tu asistenta, te lo pregunto como amiga. ¿Todo bien?

Suspiró.

— No me concentro en nada de lo que hago —dijo. Yo fruncí el ceño. Qué sincero había sido.
Entrecerró los ojos.

— Siento que necesito un descanso que no puedo permitirme —dijo.

Era verdad. No podía tomarse unas vacaciones porque sí.

— Y si... no sé... ehm...

— Y Val no me hace caso.

— ¿Qué? —alcé las cejas. Eso sí que no me lo esperaba.

— Esta mañana no me ha dicho nada —dijo— Ha marchado sin avisar.

Me quedé un momento en silencio. Vox no solía hablarme de su vida más personal.

— Estará ocupado —dije— Ya sabes... es Val. Te quiere pero a su manera —me dolía un poco decir eso. Era cierto, supongo, pero el "amor" que había entre Val y Vox era demasiado tóxico a mi criterio como para considerarlo algo positivo.

The Masochism Tango || Vox x LectoraWhere stories live. Discover now