6. Do I Wanna Know?

631 71 39
                                    

Canción: Do I Wanna Know? - Arctic Monkeys.

Vox me miró en silencio.

- No pienso hacerte una promesa nunca más.

Reí.

- Bueno, yo solo preguntaba -me encogí de hombros. Él alzó una ceja.- Yo... bueno, maldita sea Vox, sabes toda mi vida desde que estoy aquí. ¿No me das un poco a mí también ese derecho?

Vox rodó los ojos y dio un sorbo a su café. Fruncí el ceño apoyándome al escritorio y miré una foto que tenía enmarcada, era de Valentino y él.

- No me creo que estés con Val porque quieres -dije- Simplemente eso.

- Estas pisando terreno peligroso -dijo él, con voz monótona mientras empezaba a hacer en análisis del sistema en su ordenador, como todas las mañanas.

Me encogí de hombros.

- Digamos que... -empezó a hablar- Aprovecho lo que tengo a mano. Val forma una parte muy importante de la empresa. Igual que Velvette.

Yo asentí, bebiendo de mi café.

Realmente tenía sentido hablar de esas cosas con Vox. El sabía que yo le era cien por cien leal, al fin y al cabo mi alma era suya. No iba a traicionarle porque eso solo me llevaría a la muerte. Así que era lo más cercano a alguien confiable que tenía.

- Bueno -dije, aclarándome la garganta- Si algún día quieres de verdad hablar de como te sientes. Aquí estoy -mi voz sonaba más suave de lo normal. Lo decía en serio.

Vox me miró por unos momentos.

- _______. Te faltan horas de sueño -dijo. Yo reí.

- Está bien, nos vemos luego.

Y fui a mi oficina. Y pasé el día entero allí, de hecho, me quedé hasta la noche.
Me iba a dormir a las ocho de la mañana.

Observé la cámara de seguridad que estaba enfocada hacia mi escritorio, me levanté y me dejé caer sobre el pequeño sofá que tenía en mi oficina. Ese día no tenía que salir de ahí a no ser que Vox tuviese una emergencia. Solo tenía que trabajar en el ordenador así que... podía dormir.

No sabía por qué, pero una profunda sensación de pesar me inundó.

Entrecerré los ojos, sintiendo que me dolía la cabeza, me quedé dormida. No era mi intención pero bueno. Necesitaba dormir.

Narrador omnisciente

Vox se levantó temprano, como siempre. Era un día poco ajetreado así que podía permitirse hacer lo que quisiera. Eso de explotar a tus trabajadores tiene ventajas. Salió de su habitación intentando no hace ruido.

Mientras desayunaba, en el ático, cogió su móvil y te mandó un mensaje.

Vox: [8:03] Cuando puedas sube al ático.

En realidad lo único que quería decirle es que le iba a dar el fin de semana libre. Él nunca hacía eso con nadie. Pero el fin de semana libre para ella significaba que no iba a tener que trabajar para la empresa. Solo para él. Es decir, estar a su lado en la sala de mando, actualizar el sistema, hacer alguna reparación...

Vox suspiró con una tostada metida en la boca.

Velvette caminó por la sala, aún iba en pijama, se puso a prepararse el desayuno. Vox la miró unos momentos y luego su mirada regresó al móvil.

- Buenos días, querido -se limitó a decir ella. Vox no respondió, estaba ocupado intentando descubrir por qué estabas tardando tanto en contestarle.

Velvette se sentó en la misma mesa que Vox y se puso a comer sus tostadas.

- Ya estás hablando con tu "asistente" ¿eh?

El hombre la miró, dejando el móvil sobre la mesa.

- No responde.

- Uh, que extraño. Con lo mucho que os gusta hablar -dijo Velvette con una sonrisa. Vox rodó los ojos.

- Trabaja para mí, es importante que esté a mí disposición en cualquier momento del día.

Él siguió escribiéndote.

Vox: [8:11] Sé que estás en línea.
Vox: [8:12] Sabes que no me gusta que me ignoren.
Vox: [8:12] Creéme, NO quieres que baje ahí abajo.
Vox [8:13] Es una lástima, creía que no tendría que enfadarme contigo nunca más.

Realmente hacía meses que no te echaba una bronca, era una pena.

Velvette se encogió de hombros.

- Llámala -dijo.

Vox se lo replanteó. Pero negó.

- Tengo una mejor idea -dijo. Intentando controlar su enfado.

Entró a su habitación de nuevo para vestirse como es debido, no iba a dejar que sus trabajadores lo viesen con ropa de ir por casa.
Caminó silencioso hasta su armario, lo abrió y se puso a escoger qué iba a ponerse, intentando no despertar al hombre polilla de tres metros de altura que estaba durmiendo a pierna suelta en su cama.
Digamos que la noche anterior habían decidido tomar unas copas y una cosa había llevado a la otra. Por lo menos Velvette parecía de buen humor, eso significaba que no habían hecho demasiado ruido y había podido dormir bien.

Vox terminó de vestirse y cogió el ascensor, bajó hasta su oficina un momento, conectó las cámaras de seguridad y miró qué mostraban las de tu habitación.

Simplemente aparecías tú delante del escritorio, trabajando con el ordenador. Alzó una ceja, tuvo un cortocircuito.

- Serás zorra... -murmuró apagando la cámara. El truco de alterar las grabaciones y poner un vídeo repetido para que se mostrase en la cámara de seguridad...

Bajó hasta tu oficina.
Abrió la puerta sin avisar y, en efecto, te encontró durmiendo sobre el cómodo sofá.

Suspiró, caminó pacientemente observando el lugar, miró el ordenador y revisó tu actividad. Casi 48 horas seguidas sin apagar el dispositivo... habías estado trabajando un día y medio como mínimo.

Vox estuvo a punto de echarse a gritar ahí mismo. Pero se lo pensó mejor. Podía explotar a cualquier trabajador. Pero no iba a ser así contigo, le convenía que te llevases bien con él. Nunca podrías escapar, tenía tu alma, pero prefería no verte enfadada. Maldita sea ¿se estaba volviendo un blando?

Apartó esos pensamientos de su cabeza, cogió una manta que había doblada sobre el respaldo del sofá y te la tiró encima. Cerró sesión al ordenador apagándolo y escribió una nota en un papel, dejándola sobre el escritorio.

" Cuando despiertes quiero que vengas a verme. "

Te miró una última vez y cerró la puerta silenciosamente.

The Masochism Tango || Vox x LectoraWhere stories live. Discover now