15. Like Real People Do.

688 78 39
                                    

Canción: Like Real People Do - Hozier

Aguanté la respiración y hablé muy despacio.

— ¿Eso significa que...? —mi voz se perdió. Esperaba que él me respondiese pero solamemte me miró con una ceja levantada. Me mordí el labio inferior.

— ¿Qué? —preguntó él.

— Lo que acabas de decir —susurré. Sentía que tenía el corazón en la garganta. ¿Estaba interpretándolo todo mal?— No lo entiendo.

Vox se pasó una mano por la pantalla y emitió un largo suspiro.

— No podemos estar juntos —dijo.

Yo fruncí el ceño. Eso ya lo sabía. Yo tenía claro que no era posible algo real. Pero quería saber cómo se sentía él, no lo que podíamos o no hacer.

— No puedo quererte de esa forma, _______, lo sabes —dijo, de verdad parecía apenado.

Me acerqué un poco a él, dando un paso.

— No puedes, ¿pero quieres? —murmuré. Con una pizca de esperanza.

Vox cerró los ojos un instante y simplemente retrocedió.

— No va a cambiar nada si te respondo a eso —dijo él.

Apreté mis puños, un poco confundida, triste, enfadada, herida... miré su cara.

— Yo solo quiero saber si me amas —susurré— Solamente eso. Contéstame y, sea cuál sea tú respuesta me iré y fingiremos que esta conversación no ha tenido lugar nunca —dije, sintiéndolo de verdad— ¿Por qué me has besado hace unos momentos sino? No lo entiendo.

Vox se acercó a mí y una de sus manos me levantó la barbilla para asegurarse que lo miraba, su otra mano se posó en mi hombro con suavidad. Acarició mi mejilla con su pulgar y casi sentí que me derretía allí mismo.

— No puedo no quererte—susurró. Nunca lo había visto así, tan serio, tan... ¿sentimental?

Puse una mano sobre la suya, en mi mejilla, lo acaricié y acerqué el dorso de su mano a mis labios y lo besé.

— Gracias —murmuré. Di un paso atrás y me dispuse a marchar. Sintiendo que me había quitado un peso enorme de encima. Por fin sabía que él también me quería. Con eso tenía suficiente.

— No —interrumpió mi marcha sujetando mi brazo. Yo lo miré.

— He dicho que me irí-...

— Quédate —murmuró. Lo miré unos instantes, terminando de darme la vuelta hacia él. Lo decía en serio.

Volví a girarme para estar cara a cara con él, sentí un impulso al que cedí y me lancé a sus brazos.

Lo apreté con todas mis fuerzas. Quería tenerlo cerca. Por primera vez lo tenía cerca de verdad. Casi sentía ganas de ponerme a llorar al darme cuenta de la situación en la que me encontraba.

— Te amo —susurré, una lágrima resbaló por mi mejilla mientras tenía mi barbilla sobre su hombro y nos abrazábamos.

Su pecho presionó el mío mientras él suspiraba. Sus manos acariciaron mi espalda y mi cuerpo respondió relajándose. De verdad era real. Me quería.

— Lo siento —esas palabras saliendo de él no eran algo usual— Siento... todo. No puedo hacer esto. No puedo ser débil.

— El amor no te hace débil —susurré, apretándolo más— como mucho, te hace más fuerte.

Vox sonrió levemente.
Nos separamos y yo me quedé de pie delante de él. Me ahuecó las mejillas y me dio el beso más apasionado que me habían dado jamás.

Sentí un escalofrío mientras me devoraba los labios, sus manos apretaban mi cintura.

Nos separamos lentamente.

— No —susurré— No voy a volver a caer —dije, dando un paso atrás.

El alzó una ceja.

— Por favor, dime que no estás haciendo todo esto por sexo —mis palabras me hacían daño. Temía tanto la respuesta.

Él se acercó, cogió mi mano y la sujetó entre las suyas. Yo sabía que él no era mucho de expresar esas cosas en palabras, pero supongo que hizo la excepción.

— Era mi única manera de estar cerca de ti —dijo él. Lo miré, confundida.

— ¿Cómo?

— Cuando estás trabajando no puedo permitirme distraerte. Cuando no lo estás, era o seducirte de alguna forma o simplemente perderte por el resto del día —dijo él.

Yo suspiré.

— Literalmente tienes mi alma. No entiendo por qué eso es un problema. Si hasta me invitaste a unas copas aquí arriba —dije, mi mano aún entre las suyas.

— Es un problema porque yo no quiero obligarte a nada.

Me quedé quieta, puse mi mano libre sobre las suyas.

— Fui yo ya le que te seguí el juego cuando nos acostamos. Yo seguí todo porque quería —dije, mirándolo— ¿Qué te costaba seguir insistiendo? Desde que pasó he tenido la sensación de que solo me querías para eso.

Vox suspiró soltando mis manos y se pasó una por la pantalla.

— Yo quería precisamente que pensaras lo contrario —dijo él— Esto se me da fatal, Val tiene razón... olvida lo que he dicho.

Reí levemente.

— ¿Le has hablado a Val de mí?

Vox me miró con cara de "¿no era obvio?"

— Cariño, no se si recuerdas que Val y yo somos... socios de trabajo. Obviamente le he hablado de ti.

Solté una carcajada.

— ¿Sabes? Debería sentirme celosa pero no sé por qué no me molesta saber que te acuestas con Val. Siento que él no puede tener lo que yo tengo.

Vox sonrió levemente y me miró, los dos de pie ahí plantados.

— Sabes que no puedo deshacerme de él —dijo— Me alegro que no lo odies. Sinceramente también... bueno, nunca nadie habla de esto aquí porque estamos en el puto infierno pero yo también tengo sentimientos ¿sabes? Siento que realmente tengo conexión con él. Pero es diferente.

Me quedé quieta unos momentos. Me acerqué y abrí los brazos un poco.

Vox enseguida entendió que quería un abrazo y me lo dio. Yo reí mientras él me lo daba.

— ¿Qué? —dijo.

— No eres tan malo como pensaba —susurré, sintiendo su cuerpo pegado al mío— De verdad estaba preparándome para asumir que solo era tu juguete y nada más. Me hace feliz saber que no —dije.

Vox suspiró acariciando mi espalda.

— ¿Mm? —pregunté. Su suspiro había sonado cansado.

— Se supone que no puedo, pero te quiero. ¿Qué hago?

Apreté el abrazo.

— Vaya, jefe, no sabía que ibas a preguntarme algo jamás —reí levemente. Me quedé en silencio unos momentos— Dicen que el amor puede con todo, no luches contra él.

— _______, estamos en el Infierno, no me hagas creer que todo es bonito y fantástico como dices.

Reí.

Él sonrió y yo apoyé mi frente en su pantalla.

— Si no es así, entonces, ¿por qué olvido todos mis problemas cuando estoy contigo? Olvido quién fui y quién seré, todo lo que hice. Esfumado. Quizá no soy la única que se estaba aprovechando aquí, eres mi escape —murmuré.

Vox sonrió y sus manos se posaron en mis caderas.

— Te voy a pedir algo —dijo— Quédate conmigo esta noche —susurró— Nada de sexo. Solo hablar y... ¿dormir?

— ¿Y abrazos? —pregunté, casi haciendo un puchero, mis manos en sus hombros mientras nuestras cabezas estaban juntas.

— Y abrazos.

— Trato hecho.

The Masochism Tango || Vox x LectoraTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang