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Isabella

Revisaba las cajas una por una de nuevo, no podía permitirme que nada faltara. Pasaría un largo tiempo para volver a Alemania y si Melody llegaba a perder alguna de sus "Preciadas nuevas cosas de princesa" sería una tragedia.

-Entonces ya no podré decir palabrotas en español, todos van a entenderme- Mateo rodaba los ojos desde su lugar en la barra de la cocina.

-Nunca haz tenido permiso para hacer eso, aquí no es Alemania cariño, y te digo de una vez que si no quieres darle problemas a tu papá con la prensa, será mejor que dejes de meterte en peleas.

-Me gusta México, las abuelas están cerca y el mar también- mencionó Melody tratando de atar sus zapatillas.

-Será genial, ya lo verán- dejé un beso sobre la mejilla de mi niña cuando por fin logró amarrar sus lazos.

-Papá está en la puerta- anunció Sergio corriendo hacía mí- Te veré en la tarde mami.

Dejó un beso sobre mi mejilla con delicadeza, fue seguido por sus hermanos y luego caminamos los cuatro hasta la puerta.

-¿Todo listo?- preguntó el piloto recostado al auto.

-¡Listos!- dijeron los tres niños corriendo hasta el auto, saludaron a su padre y luego se pusieron cómodos en sus respectivos asientos.

-Hola- me saludó ahora acercándose, dejó un beso sobre mi mejilla mientras yo sonreía solo un poco.

-No los acostumbres, cuando te vayas van a extrañarte- le dije metiendo las manos en mis bolsillos.

-Mientras esté aquí los llevaré cada día, además ¿Qué clase de padre sería si mis hijos no me extrañan cuando estoy lejos?- me límite a encogerme de hombros mientras el disimulaba una sonrisa, me sentía como una tonta recién enamorada.
-Haz luchado mucho por nosotros, déjame luchar a mi ahora.

-Shh, yo quiero ver- escuché unos susurros desde la ventanilla del auto.

-Se van a besar...- escuché a Mateo ser silenciado por sus hermanos casi de inmediato, solté una risita por sus ocurrencias.

-Tienes varios refuerzos.

-Tengo una larga batalla por delante- respondió acomodando un mechón de cabello detrás de mi oreja- ¿Vendrás a la ultima carrera?

-Tendré que consultarlo con el horario de los niños- falso, ya lo había hecho y estaba completamente libre.

-Ya lo hice, está libre al igual que el tuyo... El avión los estará esperando, renté el lugar perfecto para pasar unos días agradables- rodeé los ojos mientras lo veía sonreír victorioso- Solo estoy esperando que me des el sí.

-Lo consultaré con mi almohada- le respondí dándole un vistazo al reloj en mi muñeca- Se hace tarde, buena suerte.

Dejé un beso sobre su mejilla antes de entrar a la casa y cerrar la puerta detrás de mi.

La situación era esta, tomamos la decisión de reparar los daños uno por uno y todo bajo mis términos, no iríamos a Londres para hacerle la vida más sencilla, nos quedaríamos a vivir en Mexico y él mismo se ganaría su derecho de regresar a la casa y con eso a nuestra cama.

Por ahora dormía con Melody o en el sillón, la pequeña disfruta de poner sus pies en la cara de su padre mientras duerme, él mismo se rehusó a dormir en la habitación de huéspedes porque será más difícil salir de ahí.

He apreciado y valorado cada esfuerzo que está haciendo, sin embargo no lo halago porque es lo que debió hacer desde el principio.

Me concentro en analizar que le hace falta a mi nueva cocina, Checo insistió en traer servicio y toda la cosa pero acepté a medias, de mi cocina me encargo yo. Nina había tenido que quedarse en Alemania para continuar sus estudios, la extrañaba en estos momentos cuando me quedaba sola en casa y ella aparecía de repente.

Pero me siento orgullosa de que haya decidido continuar su educación, me vuelvo hasta la barra cuando escucho mi celular vibrar varias veces, lo tomé debido a que no noté nada que faltara en mi alacena.

Una notificación me hizo fruncir el ceño.

"La secretaría de la marina armada de Mexico, seccional Puerto Vallarta, le extiende la invitación para unirse a su marco formativo como fiscal auditora del estado de Jalisco.

Para: Isabella María Hernández .

No lo dudaría ni por un segundo, esto es obra de Mauricio si o si.

Le dije de mil maneras que no volvería al trabajo por nada del mundo, ahora soy madre y si algo me pasa ¿Quién cuidará de mis niños? Es un rotundo no.

Marqué el número de mi hermano un par de veces antes de lograr ser contestada.

-Herma...-

-Mauricio Hernández ¿Será que me puedes decir porqué la marina está enviándome correos?- lo interrumpí con voz firme, se aclaró la garganta antes de responder.

-Hola Bella, que bonito que me llames ¿Sabes?- rodeé los ojos con impaciencia.

-Te hice una pregunta, Mauro.

-¿Yo acaso soy recadero? No tengo ni idea de lo que me estás hablando, Bella- lo oí refunfuñar de su lado.

-No me andes hablando así, te dije claramente que no volvería al trabajo- levanté la voz inconscientemente, este tema me hacía perder la cordura de alguna forma- Disque fiscal auditora ¡Puedes olvidarte de eso!

-El auditor fiscal ni siquiera sale de su oficina, es una buena opción para ti ¿No te gustaría volver a hacer lo que amas?

-Ahora soy madre, Mau... Ya no es lo mismo.

-¿Sergio te dijo eso?- su voz sonaba cautelosa, sentí un frío recorrerme mientras recordaba el tema, no me gusta tocarlo mucho.

-Él no tiene nada que ver con esta decisión- era verdad, un día volví a casa y le dije "No volveré" frunció el ceño confundido pero no dijo nada al respecto, en cierto modo lo agradecí.

-Deveras que no entiendo nada, Isa...- solté un suspiro invocando mi paciencia, era el peor tema del que me podían hablar.

-Perdí a un bebé, Mauricio, en plena misión perdí a mi hijo por estar de necia- me sostuve de la barra de la cocina con fuerza mientras sentía el dolor subir por mis piernas una vez más.

Lo recordaba todo claramente, la pésima sensación de tener que decirle a mi esposo "Lo perdí" Me lo dijeron muchas veces y no hice caso, tuve mis consecuencias.

-Lo siento, Bella- lo escuché decir antes de que colgara el celular, me sentí indefensa y frágil al igual que esa vez.

Recordaba todo el dolor, la perdida fue más grande que mi cuerpo mismo.

El peor sufrimiento del mundo que no le deseaba a ninguna madre.

Las lágrimas me inundaron cuando unos brazos abrazaron mi cuerpo completamente, me quedé quieta en el lugar mientras los brazos del hombre trataban de calmarme.

-Vas a estar bien, mi amor- lo escuché murmurar casi sobre mi oído mientras yo intentaba no ceder al llanto.








¿Cómo va todo? Ya estamos casi a la recta final de esta historia, déjenme sus opiniones.

Pd: acabo de subir la intro de la historia de Carlos, trataré de terminar la de Charles antes de empezar esa para que todo esté más claro.

The Great War|SP11Where stories live. Discover now