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Isa

Una victoria más para el quipo que parece recuperarse después de toda una temporada detrás de Mercedes, corro lo más rápido que puedo por el paddock con Mateo y Sergio de la mano, Christian a mi lado corre con Melody en sus brazos.

No puedo evitar llenarme de recuerdos al recorrer mis pasos, una Isabella de hace casi diez años atrás corriendo al podio para recibir con un beso al amor de su vida. Son exactamente los recuerdos con los que quiero vivir por el resto de mi vida.

Me detengo frente al barandal y no puedo evitar que una lágrima recorra mi mejilla al ver a mi esposo subir al primer lugar, le lanzo un beso mientras levanta su premio emocionado, lo merece tanto.

-¡Vayamos a ver a papá!- tomé a Melody de los brazos de Christian mientras Mateo corría al ver a Checo bajar del podio.

-Tomaré la mano de Melody y tu puedes tomar la mía, mamá- mi pequeño Sergio ofreció a lo que yo asentí, tomé la mano del niño caminando hasta donde mi esposo se encontraba, giraba mi cabeza cada dos segundos para asegurarme de que la niña siguiera tomada de su mano.

-Mi amor- sonreí apenas lo vi abrazando a Mateo, levantó la vista y se acercó para dejar un beso sobre mis labios y luego abrazar a la pequeña Melody.

A mi lado Sergio lo veía de forma neutral y mi interior era un completo caos al no ver la misma emoción de sus hermanos en su rostro, le di un pequeño empujoncito disimuladamente y Checo soltó a Mely para verlo ahora.

-¿No hay abrazo para tu papá, campeón?- el mayor abrió sus brazos pero su hijo siguió sin moverse, él mismo cerró su cuerpo en un abrazo que el niño no tardó en corresponder fuertemente- Te amo hijo.

Parpadee varias veces mientras evitaba los pensamientos atosigantes, estaría bien, lo sé porque yo misma me encargaría de que así fuera. Encontraría la manera de sanar el corazón de mi niño y no permitiría que se repitiera con Teo y Mely.

-¿Iremos a casa?- preguntó mi niña abrazando a su padre por la pierna- Por favor di que si.

-Por supuesto que si princesa- el mexicano levantó a la pequeña en sus brazos.

-¿Veremos los caballos?- preguntó emocionada a lo que su padre asintió- ¿Y me llevarás a entrenar?

El mexicano volvió a asentir con una sonrisa antes de que Mateo jalara su brazo- ¿Vendrás a los karts, verdad? Tendremos una carrera la próxima semana.

-No me lo perdería por nada- respondió el mayor mientras sus hijos soltaban sonrisas encantados.

Pasé mi brazo detrás del cuello de Sergio y lo acerqué a mi para abrazarlo, me entregó una sonrisa abrazándome de regreso, siempre un niño de mamá.

Llegamos a la casa donde nos alojaríamos hasta mañana por la mañana porque iríamos a pasar unos días en México.

Los niños asaltaron el refrigerador mientras nuestra comida llegaba, tres pequeñas cabezas devoraban el helado de fresa sobre la encimera de la cocina, les permití comerlo debido al calor tan inquietante de Monza.

Revisé mi celular encontrándome con un mensaje de Audrey, respondí rápidamente asegurándome de que mi nueva amiga tuviera las instrucciones correctas sobre como sacar manchas de vinilo de un suéter de lana, travesuras de pequeños que se quitan con bastante jabón y agua tibia.

Caminé hasta la habitación que compartiría con Sergio y me dejé caer en la cama mientras otro mensaje se asomaba en la pantalla de mi celular.

"¿Estás?"

Fruncí el seño al leer el nombre del destinatario ¿Cuánto tiempo había pasado?

"Siempre para ti, Martinz"

The Great War|SP11Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang