010

885 83 11
                                    

Isabella

Salí del baño recién bañada y con ropa más cómoda, estaba decidida a tirarme en la cama y dormir por horas. Me detuve junto a la cama al ver a mis tres pequeños rendidos uno sobre el otro, habían dejado un espacio para mi y sonreí al notarlo.

Jalé la sabana para arroparlos y me metí a su lado cayendo también en un sueño profundo. Perdí la cuenta sobre cuanto tiempo permanecimos así, solo sé que fue el suficiente para que la noche cayera sobre nosotros, el suficiente como para que un vuelo desde Londres aterrizara en Múnich.

Me removí en la cama al sentir la ausencia de dos cuerpos junto a mi, fruncí el seño al notar que Melody era la única que permanecía a mi lado y varios gritos viniendo desde la entrada. 

Me puse de pie y salí de la habitación cubriéndome con un albornoz, mi enojo volvió a invadirme al ver a mi esposo de pie frente a mi hijo con los ojos llorosos. 

-Esto es entre tu madre y yo, te pido por favor que no vuelvas a faltarme el respeto así ¿Eh, Sergio?- demandó el hombre volviéndose ahora al otro niño que tenía el seño fruncido- Y tu no tienes porque golpear a tu hermano. 

-¿Golpear? ¿Quién está golpeando aquí?- interrumpí los regaños del hombre caminando a ellos. 

-Señor Pérez, será mejor que...- Nina intentó intervenir. 

-¿Que estás haciendo aquí, Sergio?- pregunté cruzándome de brazos. 

-Vine a verte mi amor, tenemos que hablar- dio unos pasos hacía mi- Todas esas cosas son falsas, yo...

-Nina, llévate a los chicos por favor- le ordené a la rubia que solo asintió y sacó a ambos del ahora convertido en campo de batalla. 

-Isabella, escúchame...

-¿Vas a decirme que es falso?- le solté con todo el enojo que había acumulado en mis pulmones- Porque he vivido contigo durante diez años para conocer perfectamente tu espalda y saber que ese eres tu, peor todavía, encontré esa misma camisa con olor a vieja y maquillaje regado por todas partes. 

-No es lo que crees, Isa- tomó mis hombros mientras rogaba ser escuchado, yo en cambio rodee los ojos sintiendo mi piel arder bajo su toque- Estaba ebrio y ella se me acercó...

-¿Se supone que con eso vas a defenderte? No me hagas reír- solté una risa amarga. 

-No, escucha, lo frené enseguida, nunca la llevé a la cama y todo terminó en el bar de inmediato. 

-¿Esperas que crea eso?- di un paso atrás separándome de su toque- No puedo creer que de todas las personas tu hayas sido capaz de esto ¿Acaso es una especie de moda entre los pilotos ahora? ¿Sus vidas no son lo suficientemente entretenidas?

-No es eso, amor...- di un paso para acercarse a mi. 

-¿Entonces que es?- pregunté a lo que él quedó en silencio unos segundos- ¿No estás conforme con tu vida, Sergio? 

-¿De donde sacas eso, Isabella?- preguntó ahora irritado. 

-Pues de los hechos, Sergio- me encogí de hombros haciendo lo posible para que no me tocara de nuevo- Esto es más grande que unos cuernos. 

El hombre negó masajeando su sien, me quedé esperando algo más de él, cualquier cosa, lo que sea para no seguir con mis palabras, no obtuve nada.

-Abandoné mi carrera por formar una familia contigo, te entregué mis mejores años por estar aquí para ti... A este punto ya no me importa que vayas por ahí acostándote con quien sea, suficiente tiempo pasas por fuera de casa para hacerlo. 

The Great War|SP11Where stories live. Discover now