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Isabella

Por alguna extraña razón, los dos últimos días habían sido los más estresantes de todos los tiempos. 

"¿Mamá, puedo adoptar un canguro?" 

Mamá, Mateo está molestándome"

"¿Mamá, puedo teñir mi cabello como el tuyo?" 

"Mamá quiero esto, quiero lo otro"  

Había pensado en cambiar mi nombre legalmente, eso haría todo mucho más fácil. 

Leía un libro desde hace un poco más de una hora, estaba sentada sobre la barra de la cocina comiendo un poco de cereal con yogur cuando el timbre de la puerta sonó. 

Revisé la hora en la pantalla de mi celular y me sorprendí al ver lo tarde que se había hecho, abrí la puerta encontrándome con mi pequeña niña que sostenía las correas de su mochila rosa con fuerza. 

-Bienvenida cariño, dejé un beso sobre su frente antes de que entrara a la casa con pasos firmes en silencio- Muchas gracias, Greg. 

Me despedí del chófer antes de cerrar la puerta y caminar detrás de la pequeña a su habitación, me quedé de pie en el marco de la puerta mientras la veía dejar su bolso sobre la cama. 

Se acercó a la pared y arrancó su poster de Mulán de ella, fruncí el seño sorprendida al ver que ponía todos los objetos relacionados con su princesa favorita en el suelo. 

-¿Mel?- abrí la puerta completamente y entré a la habitación. 

-Mami ¿Puedes darme una bolsa?- sus ojitos cafés estaban cristalizados, asentí antes de ir a la cocina y tomar una bolsa plástica, al regresar la encontré en el suelo con las piernas abrazadas a su cuerpo. 

-¿Que pasa, hijita?- me senté a su lado poniéndome en la misma posición.

-Los niños del kínder dijeron que soy muy fea para ser Mulán- un par de lágrimas bajaron por sus mejillas dejándome con el corazón hecho bolita. 

-Mi amor... eso no es cierto- acaricié su cabello ondulado con delicadeza. 

-Tienen razón, no soy una princesa- sorbió su nariz- mi cabello no es tan bonito. 

-Melody...- jugué con un ricito en mi dedo- ¿Sabes porque te llamas así?- la pequeña negó con un puchero- Verás... A tu padre y a mí nos encantaba ver películas juntos, un día vimos la sirenita y decidió que yo era Ariel por mi color de cabello... Solía llamarme así delante de cualquier persona y en cualquier momento "Mi sirenita" No sabes lo vergonzoso que era algunas veces. 

Sonreí mientras recordaba aquellos momentos- Hicimos un acuerdo, al igual que Ariel nombraríamos a nuestra hija Melody- tomé la mejilla de mi niña limpiando su mejilla- Cuando eras una pequeña bebé, solía cantarte las mismas canciones que la sirenita a su Melody. 

-¿En serio?- la pequeña me miraba con sus dulces ojos cristalizados. 

-Por supuesto que si, cariño ¿Y sabes que? Creo que eres igual a Melody, muy valiente y hermosa. 

-¿Ah sí?- asentí con una sonrisa- Yo creo que eres igual a Ariel, mami... Eres muy dulce y bonita. 

-¿Eso crees?- la pequeña asintió rápidamente, abracé su cuerpo al mío sin poder evitar hundirme en los recuerdos. 

Las olas golpeaban fuerte contra las rocas que yacían alrededor de nuestro hogar, por el ventanal blanco veía a varias gaviotas volar sobre el cielo despejado. 

En mis brazos una pequeña bebé castaña sonreía mientras arrullaba su cuerpo por la habitación, dos hombrecitos me miraban con adoración desde el sillón junto a su padre. 

The Great War|SP11Where stories live. Discover now