26.- Latidos dolorosos.

1.6K 262 31
                                    

JOHNSON.

Me dan el alta del hospital una semana después. Debería sentirme feliz por seguir vivo, eso es lo que todo mundo dice, pero lo cierto es que no me alegro ni una mierda, aunque no es algo que vaya a decir en voz alta, claro está.

—No sé por qué eres tan testarudo —dice Kyle cuando deja las maletas en el centro de mi sala. —La casa es lo suficientemente grande como para que te quedes unos días con nosotros.

—Sí, pero no voy a interrumpir en tu dinámica familiar —expreso —estaré bien.

Mi hermano no está convencido en absoluto, suelta un suspiro mientras avanza hasta llegar al sillón, y se deja caer sobre él. Camino con lentitud hasta conseguir llegar a su costado.

Ninguno habla, permanecemos en silencio y no sé si es buena idea decir algo, después de todo lo que ha pasado, ¿qué podría decirle?

Nada. Esa es la respuesta.

—Probablemente no me creas, pero lamento lo que ocurrió con Bea.

Me tomo unos segundos antes de responderle.

—No lo sientas, tenías razón.

Kyle me mira.

—Desearía no haberla tenido —toma una inhalación, sus hombros se elevan y luego se desploman como si se hubiese dado por vencido.

—Es como debía ser, no puedo culpar a nadie más que a mí por el resultado. Pero lo cierto, es que aprenderé a vivir con eso.

Kyle me mira en silencio.

—Lo cierto es que esperaba que fueses más...insistente.

—¿En ir detrás de Bea? —asiente —¿Qué caso tenía? Ella no quiere verme, se ha mudado a sabrá Dios y yo no voy a ser un acosador siguiéndola. Si quiere estar lejos, bien. Lo nuestro de cualquier manera está condenado.

Mi hermano asiente brevemente.

—Estoy seguro de que no tienes que amargarte para siempre, no quiero sonar como esos discursos motivadores pero...

—No lo digas —me río brevemente —he escuchado mucha mierda motivacional en los últimos días que creo que tengo suficiente para el resto de mi vida.

Kyle se ríe también. Por un segundo, es como si toda la tensión se esfumase, como si fuésemos de nuevo solo dos hermanos confesando nuestras intimidades el uno al otro.

Luego de unos segundos de silencio, habla de nuevo.

—Lamento en serio que lo de Bea no haya funcionado, porque a pesar de todo, pude ver que te hacía feliz. Por esos meses fuiste el hermano que no has sido desde que perdimos a papá, y me duele que hayas perdido a quien te hacía desear ser como el antiguo John.

Un sabor amargo se instala en mi boca, la sensación molesta en mi pecho obligándome a sentir cosas que no deseo. Ya he pasado mucho tiempo lamentándome.

—He aprendido que no podemos tener todo en esta vida. Amo a Bea, es probablemente la única mujer por la que puedo sentir algo, y será la última. Porque he tenido suficiente del estúpido amor.

Kyle me mira con seriedad.

—Nunca es suficiente del amor —dice —me escucho como un idiota sentimental pero, el hecho de que hayas hecho las cosas mal no quiere decir que tengas que castigarte. Todos merecemos ser felices, tú más que nadie.

Sonrío, quiero debatir, decirle que deje de considerarme como un santo porque no lo soy en lo absoluto. Y odiaría terminar decepcionándolo. Pero no lo hago, porque no quiero discutir con mi hermano.

Tentación ProhibidaOn viuen les histories. Descobreix ara