5.- Un cabo suelto

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Jonhson

La primera semana pasa con normalidad, o eso es lo que quiero creer. Bea ya no parece tan renuente a mi compañía y hemos llegado a una especie de tregua que no involucra discusiones. Tal y como lo dijo, estuvo viniendo conmigo para dejar a los niños en la escuela, sin embargo, Thiago parecía adaptarse cada vez más a mi presencia así que al final de la primera semana, él estaba bastante familiarizado como para que su madre se diera cuenta que no tenía que venir con nosotros.

Así que al inicio de la segunda semana, Bea se quedó en casa y yo me encargué del llevar y traer a los niños. Fue un alivio, en realidad, saber que Bea confiaba lo suficiente como para permitirme una pequeña responsabilidad con Thiago, aunque no canto victoria porque aún reconozco la distancia que Bea intenta interponer entre nosotros.

—¿Realmente no tienes que ir al trabajo? —mantengo mi atención en Bea mientras prepara el desayuno.

Intenté ayudarla pero como suele suceder, me mandó a sentar y ordenó que no interfiera con sus actividades, como si el darle mi ayuda fuese a arruinar el par de huevos con tocino que se preparan en la sartén.

—No —le doy un sorbo a mi taza de café —Kyle fue bastante condescendiente en realidad —sonrío levemente.

Ella me mira curiosa.

—Eres el mayor, ¿no es cierto? —asiento —¿por qué entonces Kyle es el director y no tú?

Quiero pensar que ella en realidad sabe la historia, es decir, ¿Cómo podría ignorarlo? Pero incluso si no lo supiera, realmente no me apetece contarle justo ahora toda mi trágica historia.

—Kyle merece el puesto —me encojo de hombros —en la última década ha sido él quien ha hecho todo por las empresas, no sería justo intentar adueñarme de un puesto que no me corresponde.

Bea mantiene la mirada fija en mí, soy consciente que tal vez tenga más preguntas. Ella es accionista de las empresas que nos pertenecen, aunque nunca ha estado demasiado involucrada. Según la información que Kyle me dio, su dinero funciona como inversión cuando queremos arriesgarnos con un nuevo diseño, y ella recibe grandes cantidades de dinero por las ganancias cuando los modelos salen al mercado.

Bea Collins es una mujer de negocios con una tierna proyección de madre dedicada.

—Así que, ¿solo cediste el puesto?

—Para ceder algo, tenía que haberme pertenecido antes —bajo la vista brevemente —las empresas de mi padre me pertenecían, pero de eso no queda nada. Kyle se encargó de que las empresas Beckham resurgieran, sé que si pidiera el puesto de director ejecutivo, él me lo daría sin chistar, ¿pero que clase de hermano sería? Le estaría robando algo que le pertenece, algo por lo cual luchó por años, eso no sería justo.

Cuando elevo la mirada de nuevo, me encuentro con una mirada suave y una pequeña sonrisa en sus labios.

—No pareces el tipo de hermano que renunciaría al poder por los suyos.

—Créeme, Bea —sonrío con algo de tristeza —he renunciado a mucho más que al poder por los míos.

Hay un corto silencio entre nosotros, tengo la tentación de decir algo pero no sé en realidad qué, ¿por qué de pronto todo se siente tan incómodo?

—Supongo que a veces tenemos que renunciar a ciertas cosas por las personas que amamos —dice con suavidad —a veces renunciar es lo mejor que podemos hacer por el bienestar de los demás, ¿no es verdad?

—Parece como si supieras bien lo que es renunciar a algo —me apoyo en la barra de la cocina, inclinando mi cuerpo hacia el de ella.

—Sí —me sorprende su sinceridad —no eres el único que ha perdido cosas aquí, John.

Tentación ProhibidaHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin