25. Graduación

Începe de la început
                                    

Pero a pesar de esto Gaara volvía a mi mente y pensaba ¿Qué hice mal? ¿Qué pude haber hecho para que esto no fallara? ¿Yo fui suficiente para él?

—Hinata ¿En qué tanto piensas? —Naruto me miraba con atención, reaccioné y negué con la cabeza.

—Nada...—Debía dejar de pensar en él. Al menos por este momento.

—¿Tú crees que no se le van a quemar las palomitas a Neji? —Preguntó.

—¡¿Está cocinando?!

—Sí, como no respondiste, él dijo que se encargaría. Tenten lo siguió para ver que todo saliera bien.

Me levanté y fui a la cocina, estábamos en casa ajena y debía impedir que Neji la incendiara.

—Si ves Tenten no fue para tanto.

En la olla se escuchaban como reventaban las palomitas y Neji tenía un aspecto seguro de sí mismo. Di un suspiro de alivio.

—Al parecer no soy la única que no te tenía fe —dice Tenten en cuanto nota mi presencia.

—Hinata vuelve a la sala, esto estará en un minuto.

—No me haré responsable si es que inicias un incendio.

—¡Naruto encárgate de Hinata!

Naruto soltó una risita y se puso a mi lado.

—Vamos Hinata, Tenten lo vigila.

Naruto empezó a acomodar los juegos de mesa y yo le estaba ayudando, hasta que empezamos a oler a quemado, Naruto me regreso a mirar con una cara pálida, no hizo falta decir algo, ambos nos levantamos y fuimos a la cocina.

—¡¿Qué sucedió?! —Naruto estaba alarmado.

—El tonto dejo un poco más las palomitas al fuego. Pero todo bien —nos informó Tenten.

Neji estaba pasándolas a una fuente y algunas estaban de color negro, pero al menos la mayoría se las veía bien.

—Las quemaste... —dije e intenté intimidarlo con la mirada.

—Nada mal para ser la primera vez —me guiñó un ojo.

Volvimos los cuatro a la sala y Menma entró a la casa, había ido a comprar cosas para comer, traía una bolsa en cada mano llena de golosinas y también trajo un par de cervezas que las escondió rápido entre los sillones.

—¿Por qué huele así? —miró amenazante a Naruto.

—Fue Neji, yo no tuve nada que ver.

—Aun así debías vigilarlo.

—Tenten lo estaba vigilando.

—¡Acepta tus responsabilidades Naruto! —Le gritaba, mientras nos empezamos a reír.

—¿Por qué escondes las cervezas? —preguntó Neji.

—Mamá puede molestarse.

Ya teníamos la edad legal para beber, pero a Menma se le había quedado la manía de ocultar este tipo de cosas a sus padres.

—Dudo que se molesten, además no están en casa.

—Es verdad. Después escondo las botellas.

A pesar de eso, los señores Namikaze nos dieron su confianza de que podríamos pasar solos por esta noche, mismo porque era nuestra despedida a la vida del colegio.

Menma empezó a servir la cerveza, mientras que Tenten y yo acomodábamos las papitas y demás golosinas.

Hicimos una especie de brindis, en donde dábamos la bienvenida a nuestra etapa de vida.

Mi amor de mala suerte |NaruHina|Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum