Capítulo XLVII

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El lunes finalmente llegó y con él, el día de la esperada gala en la academia. Juanjo y Martin se encontraban en vestuario, cada uno ocupado con los detalles finales de su ropa. El primero en subir fue Juanjo, que empezó a comer junto a Nai y Lucas mientras hablaban de las actuaciones que les habían tocado y de las pocas ganas que tenían de marcharse de la academia.

- Loki tienes a mucha gente esperando fuera, yo les amo mucho a ustedes pero también quiero ver a toda mi familia. Ya verás que la gente te va a apoyar muchísimo.

- Que sí maño, tú no te preocupes por eso que si no te quieren ya está mi familia para adoptarte, si ya eres como mi hermanito pequeño - le dijo Nai levantándose para darle un abrazo al que se uniría segundos más tarde Lucas.

- Gracias chicos pero me agobia mucho pensar en salir, me da miedo que la gente no haya entendido que soy una persona impulsiva y que a veces soy como un gato, salto a la mínima y no quiero que se me juzgue por eso - les dijo Juanjo, temeroso de la reacción de la gente.

- Mira quién llegó loki, llegó tu agaporni, vete a saludarlo anda, que se te nota que tienes ganas - le dijo Lucas impulsándolo a que se levantase.

- Cállate Lucas, además voy porque quiero no porque me lo digáis vosotros.

- Que monos los agapornis, míralo cómo corre el mayor para abrazar al pequeño - Gritó Lucas haciendo que Martin se empezase a reír al darse la vuelta y ver que Juanjo venía corriendo hacia él.

Martin no pudo abrazarlo porque Clara le dijo que tenía que ponerse el micro antes de ir con Juanjo, Martin no lo sabía pero a Juanjo le había parecido mal que no fuese hacia él y se lo echaría en cara en unos minutos, dejando al pequeño sin capacidad de reacción.

- ¿Qué tal chicos? - dijo Martin mientras agarraba la mano de Juanjo y tiraba de él.

- No voy a ir contigo a ningún lado - le respondió Juanjo frunciendo el ceño y dejando al menor muy extrañado.

- Ven conmigo anda, quiero enseñarte una cosa - Juanjo estaba sentado en la silla y Martin seguía tirando de él provocando que fuese la silla la que se moviese y no Juanjo.

- Que orgulloso eres maño, vete ya con él y déjanos solos - le dijo Nai empujando la espalda de Juanjo y haciendo que no le quedase más remedio que levantarse.

Juanjo tomó la mano de Martin entrelazando sus dedos y haciendo que el menor lo arrastrase a dónde él quisiese, nunca se lo diría pero confiaba tanto en él que cerraría los ojos y dejaría que lo guiase a donde él quisiese.

Cuando llegaron al vestuario y se pararon los dos delante del espejo, repararon en algo en lo que no habían reparado antes. Los dos se quedaron atónitos al darse cuenta de que llevaban la misma ropa pero intercambiando colores; Juanjo llevaba una camiseta negra de tirantes y un pantalón rojo mientras que Martin llevaba una camiseta roja de tirantes con un pantalón negro. 

Los dos tenían los mismos tonos pero al revés, creando una combinación única de colores pero sorprendentemente atractiva, algo que resumía muy bien la relación que ellos mismos tenían.

- No me lo puedo creer - exclamó Juanjo con una sonrisa, admirando la peculiaridad de su apariencia reflejada - Supongo que hoy vamos a llamar la atención, ¿no crees?.

Martín rió, asintiendo mientras ajustaba los pliegues de su ajustada camiseta - Definitivamente seremos el centro de atención esta noche, aunque tú siempre eres el mío.

- Y tú el mío, aunque te levantes con pelos de erizo y me dejes el pecho lleno de babas - le respondió Juanjo provocando que Martin le diese un golpe en el brazo y el mayor empezase a reírse.

Reescribiendo las estrellasWhere stories live. Discover now